La historia de 'El Kepa', tunning, pedofilia y mariconismo en Salamanca.

¿Y?, ¿quién ha pagado todo el rollo ese de Franco? No me seas ingenuo, Perrino, que el dinero público no es de nadie, está ahí pa que lo gasten los que tienen la llave.
Os pego algo que escribí al día siguiente del desentierro de Franco y que compartí por wassap:

Perro Sánchez, como todo teórico burdo que vive de sus esquemas mentales y no de realidades, se enamora de su teoría y descuida las sorpresas de la praxis, la fuerza de los detalles. Ayer, el gobierno del PSOE quiso hacer una gran puesta en escena por medio de un especial televisivo dedicado a la humillación de su enemigo muerto, y el tiro les ha salido por la culata. Como siempre, confundiendo la historia de su partido con la historia del país. Ganaron la batalla legal y perdieron la de la imagen. En las soflamas públicas quedaba muy bien hablar de desenterrar y sacar de paseo el cadáver de un dictador, pero en la imagen, a todo color, cuando las promesas atrevidas se materializan, éstas ya no resultan tan bellas ni heroicas. Se convierten en fanfarronadas que sólo pueden hacerse realidad en forma de abuso y atropello. La vileza del acto se manifiesta entonces en toda su magnitud.
No se daban cuenta de que en la era de la imagen puede resultar atractivo lo que ayer en las tribunas se reprobó y denigró. En la era de las muchedumbres, resultaba sobrecogedora la explanada vacía del Valle de los Caídos, con sólo un puñado de serias figuras vestidas de oscuro, la familia del muerto, y con la ministra en un rincón, junto a dos secuaces, lejos como una apestada, símbolo de la mano indecente del poder inmiscuyéndose en la intimidad de lo privado. Y qué más íntimo y privado que la soledad del sepulcro. Dónde más indefensos. Los crápulas de la familia Franco, personajes más que dudosos, por obra y magia de la imagen aparecían como transfigurados, envueltos en una dignidad que el acontecimiento, y sólo él, propiciado por don Perro, les otorgaba. Y con mi primo Alfonso de Borbón, legítimo rey de Francia, bien elegante, en cabeza, sacando a hombros el ataúd del general. Galán protagonista y todo, a despecho de Perro. Enhorabuena, presidente en funciones. Porque como no había más buenos de la peli presentes que la ministra (una hierática mujer hombruna que era la auténtica momia del día), los malos se convirtieron en buenos, y los buenos, a fuerza de invisibles, se transformaron en el Mal, presentándose con los atavíos del poder mecánico: leyes invisibles y enrevesadas, helicóptero, policías requisando los móviles de los familiares. Y lo que es peor, mal gusto. Gesto macabro de desenterrador. Un desenterrador no se deja maquillar tan bien como un cadáver. Huele peor, a efectos emocionales, inconscientes. Y ahora a los socialistas se les ha pegado el olor a muerto. Qué poco cine han visto los del PSOE. O bien sólo ven cine español, ése que subvencionan, lo que equivale a no ver cine en absoluto. ¿Símbolos prohibidos? Sí, por favor. Nada de banderas. Mejor que mejor. Pues en la superficie gris mineral del Valle, sólo quedaron las sombras negras de los abrigos y el verdor de la corona de laurel con el fuego rojo y amarillo de la cinta con los colores de la bandera nacional, resaltando dabuten. Nuevo tanto de imagen a favor de los Franco. A los familiares se les ha prohibido esto, y lo otro, y lo de más allá. Y el espectador lo sabe. Y toma nota, aunque sea a nivel inconsciente. Ve de lo que es capaz el Poder.
Y en el telediario de la noche, el lavado de cerebro habitual. TVE sufre de gases. Gases muy lacrimógenos. Entrevistas fugaces a los ancianitos supervivientes del bando republicano. Olvidan que hay tantas historias personales como personas, y que no son un buen argumento porque se anulan unas a otras. Aparte de esto, y al contrario que en los días precedentes, ni una sola imagen ni declaración de ese sector de defensores de la ley de memoria histórica que señalan lo absurdo de sacar a Franco de un suelo público para enterrarlo en otro suelo público. Manifiesta queda así la intención meramente vengativa, electoral y carnavalera del acto. Porque ésa es otra: el acto es ilegal en campaña electoral, al ser un gesto electoralista. Esta gente no respeta ni sus propias leyes. La junta electoral lo sabe, pero todos, salvo Vox, callan. Ya dijo el próximo cadáver errante, José Antonio Primo de Rivera, que la democracia no cree nada, ni siquiera en sí misma.
Muchas personas con un mínimo de sensibilidad sentirían, quizás a su pesar, simpatía por la familia Franco. El hombre de la calle no se va a identificar con el poder omnímodo que se arroga derechos sobre los muertos. Nadie tiene helicópteros ni impunidad legal para humillar enemigos muertos. Pero todo el mundo tiene familia. Y móviles. En eso no se habían parado a pensar los suciolistos. Sospecho que, contra lo que éstos soñaban, ayer perdieron unos cuantos votos. Ya algunos, más listos que los del PSOE, se han dado cuenta. Y los Podemos, que saben más que nadie de marketing, han visto con claridad qué bando salía ensalzado y cuál no con las imágenes de ayer, y están ya criticando y haciendo aspavientos contra lo que vimos. “¿Cómo que sacar a un dictador a hombros?” clama hoy, muy indignado, el Coletas.
 
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