A la nueva izquierda los clavos ardiendo se les están acabando. Ya se vio en Madrid que "lo de todo el mundo es facha menos yo" no solo no funcionó, sino que la hostia fue memorable, y vuelven a la carga con el machismo y ese término que hasta hace tres días no lo conocía ni su puta madre "violencia vicaria". No les quedan más cartuchos en la recámara porque no tienen discursos y a lo poco que pueden sacar enseguida se les desmonta fácil.
Podemos está casi muerto, pero evidentemente, morirán matando y poniendo a la sociedad española enfrentada los unos con los otros. Ya se está viendo con el tema de Tenerife y el tema de Yaiza, la disparidad de ambos casos y la justificación burda, absurda e hiriente de las femisubnormales y aliades de que "es que lo hacen más los hombres" y por eso a la otra niña que le den por culo. Y lo de Juana Rivas, el próximo indulto, porque pobrecita, no sabía lo que hacía, y se llevó a sus hijos "impulsada por un contexto emocional, social e incluso político", según un articulista de eldiario.es. El padre, marichulo, maltratador y torturador, por supuesto, aunque la justicia italiana le haya absuelto hasta 8 veces.
Hasta gran parte de la izquierda no aguanta ya esto, este matonismo ideológico que en vez de hacer que una sociedad avance está haciendo que las relaciones personales entre la gente se vayan al carajo, matonismo auspiciado por la Irena Montera, que sabe que le quedan dos telediarios y que tendrá que volver a ser cajera para hacer algo en la vida. Ella y las cuatro charos imbéciles, ciegas y henchidas de rabia y odio contra todo lo masculino, con paguita y subvención, of course.