ensaladadeestacas
Emiliou tengo miedou
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- 19 Abr 2013
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Yo a Entelequia lo invitaba a unas cañas y a unas tapas si viviera cerca.
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Yo en el año 87 no sabía lo que era la soledad, no como la conozco hoy. Creo que fue el año que hice la comunión, mi única abuela aún vivía, un ser maravilloso que irradiaba amor. Por parte de mis padres me sentía aborrecido, nunca un abrazo, nunca un beso, nunca se preocuparon por mí ni me preguntaba qué tal me iba. Me sentía como un estorbo en una familia numerosa y pobre (humilde se dice ahora), con una madre que me tuvo con cuarentaitantos y un padre que no le recuerdo mucho porque no entraba en casa. Del trabajo al bar, en casa no abría la boca, y si la abría era para bocear; y luego en los bares era un fiera. Siempre he sabido que nací por casualidad, algún día que llegó mi padre borracho. Recuerdo a mi madre siempre enfadada, supongo que por la menopausia, siempre irritable, histérica, resabiada, de vuelta de todo. Yo fui un hijo no deseado, nací por error y lo percibía.
Ya por entonces sentía que era un basurilla, un desheredado, un mierda seca sin futuro. Lo curioso, o no, es que todo el mundo sabía y me hacían saber que mi sino sería fracasar. Tenía que apestar ya a fracaso, y aunque hoy me hace gracia recordarlo, por aquel entonces me hacía daño que la gente me despreciase e hiciesen cábalas sobre mi futuro de mierda, delante mio. No se cortaban, al fin y al cabo qué coño les importaba, me veían como un ser inferior a ellos. Pero joder, era un tierno infante, tenía mi corazoncito, tenía sentimientos, sólo quería agradar, ser como mis amiguitos, que tenían unas familias de puta madre y se criaron sanos mentalmente gracias a una cosa que llaman "cariño". No entendía por qué yo era repudiado y ellos apreciados, se supone que los niños son adorables en sí mismos. Pero de eso nada, ya de niño tanto tienes tanto vales y tanto se te apreciará.
Mi mente no entendía el porqué de mi mala suerte, entonces me ideé una respuesta, me convencí firmemente de que todo lo que me pasaba me lo merecía, que era lo normal, que el desprecio que percibía era lo que merecía. Y ahí empezaron mis traumas, mi única posesión, los cimientos sobre los que se construyó mi personalidad actual.
No recuerdo ni un solo día, ni un solo instante en que me haya sentido solo en los 80. Siempre me sentí acompañado por mí, que era mi mejor amigo y con quien podía fantasear y sorprenderme a mí mismo de mi capacidad de inventarme vidas paralelas, películas, ilusiones. Supongo que los autistas somos más dados a la imaginación que los demás, al no tener la capacidad de relacionarnos con otros, desarrollamos un complejo mundo interior. Como un ciego desarrolla el oído o el olfato para suplir la falta de visión.
Y eso que algunos dicen de los VHS, las consolas, de salir los domingos a los bares con los padres, y demás cosas chachis. Ni por asomo, ni de coña, sólo en mi mente. Por las noches cuando me metía en la cama, antes de dormirme, con la luz apagada; me creaba un escenario con todo lujo de detalles donde poder vivir. Me imaginaba una casa sin goteras, ni voces, ni miedos a un padre alcohólico. Una casa de serie televisiva americana, con muchos juguetes en la habitación, con la nevera llena de comida y bollos de chocolate y crema para después del cole, con padres comprensivos y de voz dulce que explicaban y daban lecciones vitales a sus hijos, un mundo donde la niña que me gustaba del cole se fijaba en mí y sabía que existía. Un puto mundo donde yo existiese y no fuese un mero espectro imperceptible para los demás.
Sí, ya sé que es curioso que en la cabeza de un asocial se cree un mundo paralelo con todo lujo de detalles donde uno es super popular, querido e integrado en la sociedad. Mi cerebro gastaba todos sus recursos en crear un matrix ideal y a mi medida. Y lo creó tan perfecto que nunca salgo de él, lo prefiero al mundo real.
Con los años cada vez me cuesta más mantener el matrix, las neuronas se mueren y no se reponen, uno se va haciendo perezoso mentalmente, y cada vez el mundo interior es más difuso. Menos detallado, menos exacto, y es a través de esas fisuras donde empieza a penetrar la soledad, que devora todo el mundo de fantasía. Supongo que cuando mi mundo interior, mi fantasía, haya desaparecido porque mi cerebro no pueda mantenerla, y me dé cuenta de lo que me rodea y de quién soy en realidad con respecto a mi entorno. Entonces sí, ahí sí que sentiré la más absoluta de las soledades posibles.
Yo en el año 87 no sabía lo que era la soledad, no como la conozco hoy. Creo que fue el año que hice la comunión, mi única abuela aún vivía, un ser maravilloso que irradiaba amor. Por parte de mis padres me sentía aborrecido, nunca un abrazo, nunca un beso, nunca se preocuparon por mí ni me preguntaba qué tal me iba. Me sentía como un estorbo en una familia numerosa y pobre (humilde se dice ahora), con una madre que me tuvo con cuarentaitantos y un padre que no le recuerdo mucho porque no entraba en casa. Del trabajo al bar, en casa no abría la boca, y si la abría era para bocear; y luego en los bares era un fiera. Siempre he sabido que nací por casualidad, algún día que llegó mi padre borracho. Recuerdo a mi madre siempre enfadada, supongo que por la menopausia, siempre irritable, histérica, resabiada, de vuelta de todo. Yo fui un hijo no deseado, nací por error y lo percibía.
Ya por entonces sentía que era un basurilla, un desheredado, un mierda seca sin futuro. Lo curioso, o no, es que todo el mundo sabía y me hacían saber que mi sino sería fracasar. Tenía que apestar ya a fracaso, y aunque hoy me hace gracia recordarlo, por aquel entonces me hacía daño que la gente me despreciase e hiciesen cábalas sobre mi futuro de mierda, delante mio. No se cortaban, al fin y al cabo qué coño les importaba, me veían como un ser inferior a ellos. Pero joder, era un tierno infante, tenía mi corazoncito, tenía sentimientos, sólo quería agradar, ser como mis amiguitos, que tenían unas familias de puta madre y se criaron sanos mentalmente gracias a una cosa que llaman "cariño". No entendía por qué yo era repudiado y ellos apreciados, se supone que los niños son adorables en sí mismos. Pero de eso nada, ya de niño tanto tienes tanto vales y tanto se te apreciará.
Mi mente no entendía el porqué de mi mala suerte, entonces me ideé una respuesta, me convencí firmemente de que todo lo que me pasaba me lo merecía, que era lo normal, que el desprecio que percibía era lo que merecía. Y ahí empezaron mis traumas, mi única posesión, los cimientos sobre los que se construyó mi personalidad actual.
No recuerdo ni un solo día, ni un solo instante en que me haya sentido solo en los 80. Siempre me sentí acompañado por mí, que era mi mejor amigo y con quien podía fantasear y sorprenderme a mí mismo de mi capacidad de inventarme vidas paralelas, películas, ilusiones. Supongo que los autistas somos más dados a la imaginación que los demás, al no tener la capacidad de relacionarnos con otros, desarrollamos un complejo mundo interior. Como un ciego desarrolla el oído o el olfato para suplir la falta de visión.
Y eso que algunos dicen de los VHS, las consolas, de salir los domingos a los bares con los padres, y demás cosas chachis. Ni por asomo, ni de coña, sólo en mi mente. Por las noches cuando me metía en la cama, antes de dormirme, con la luz apagada; me creaba un escenario con todo lujo de detalles donde poder vivir. Me imaginaba una casa sin goteras, ni voces, ni miedos a un padre alcohólico. Una casa de serie televisiva americana, con muchos juguetes en la habitación, con la nevera llena de comida y bollos de chocolate y crema para después del cole, con padres comprensivos y de voz dulce que explicaban y daban lecciones vitales a sus hijos, un mundo donde la niña que me gustaba del cole se fijaba en mí y sabía que existía. Un puto mundo donde yo existiese y no fuese un mero espectro imperceptible para los demás.
Sí, ya sé que es curioso que en la cabeza de un asocial se cree un mundo paralelo con todo lujo de detalles donde uno es super popular, querido e integrado en la sociedad. Mi cerebro gastaba todos sus recursos en crear un matrix ideal y a mi medida. Y lo creó tan perfecto que nunca salgo de él, lo prefiero al mundo real.
Con los años cada vez me cuesta más mantener el matrix, las neuronas se mueren y no se reponen, uno se va haciendo perezoso mentalmente, y cada vez el mundo interior es más difuso. Menos detallado, menos exacto, y es a través de esas fisuras donde empieza a penetrar la soledad, que devora todo el mundo de fantasía. Supongo que cuando mi mundo interior, mi fantasía, haya desaparecido porque mi cerebro no pueda mantenerla, y me dé cuenta de lo que me rodea y de quién soy en realidad con respecto a mi entorno. Entonces sí, ahí sí que sentiré la más absoluta de las soledades posibles.
Yo a Entelequia lo invitaba a unas cañas y a unas tapas si viviera cerca.
Qué magnífica historia. Por cosas como esta me registré en este foro de mierda.
Con los años cada vez me cuesta más mantener el matrix, las neuronas se mueren y no se reponen, uno se va haciendo perezoso mentalmente, y cada vez el mundo interior es más difuso. Menos detallado, menos exacto, y es a través de esas fisuras donde empieza a penetrar la soledad, que devora todo el mundo de fantasía. Supongo que cuando mi mundo interior, mi fantasía, haya desaparecido porque mi cerebro no pueda mantenerla, y me dé cuenta de lo que me rodea y de quién soy en realidad con respecto a mi entorno. Entonces sí, ahí sí que sentiré la más absoluta de las soledades posibles.
Veo que comprais el postureo victimista de Entelequia sin mayores reparos.
A mi no me la das macho, esa pose de loser esta mas vista que el tebeo
En realidad Entelequia vive en una casa apareada con jardín, tiene un 4x4 nuevecito con el maxi-cosi para el crío y está casado con una directora de sucursal bancaria. Lo de aquí es el personaje que se ha creado.
Le contaba a mi parienta lo que me habian regalado en la mia, 12.000 pesetas en una cartilla a mi nombre de la que nunca mas supe de ella, unas kelme, un chandal sin marca, un walkman y un plumier/estuche de aquellos de dos caras que le apretabas un boton y salia el sacapuntas, apretabas otro y se abria un cajoncillo
Al dia siguiente fui a la escuela con mi estuche/plumier mas contento que todo...
121121121121:121
Vive dios que sí. Por cosas como esta nuestro chatarrero favorito es el número uno del foro actualmente y la mejor razón para justificar el foro y nuestra permanencia en él.
Como os gusta la mierda, cabrones. Disfrutáis revolcándoos en la inmundicia ajena, como cerdos en un charco de fango.
En realidad Entelequia vive en una casa apareada con jardín, tiene un 4x4 nuevecito con el maxi-cosi para el crío y está casado con una directora de sucursal bancaria. Lo de aquí es el personaje que se ha creado.
Entonces te apañabas con lo que había. Consola en casa, no, no hubo, no les miento, cosas de los padres.... Tele, pues los dibus de la 2, las series miticas como V o El equipo A, y poco mas. Desde el año 85 video VHS en mi casa, con una tarjeta de alquiler, era el puto amo. Juegos mayormente terminado en ostias en el descampao, que no parque, donde años despues la burbuja inmobiliaria hizo miles de pisos para gilis con hipotecas a 40 años; Biblioteca pública, donde me devoraba comics a mansalva y te podias tirar horas y horas. Joder NO ESTABAMOS TAN MAL, al menos no nos caen bombas como los Sirios. Entonces había poca multimedia si, pero si te lo currabas mas allá de un misero click de ordenador, era una epoca dorada. Bueno y las pajas claro, con catalogos del Venca y alguna Playboy o Lib de contrabando en el cole je je.
Ah eso si. Es un cuentacuentos aceptable.Si a mí lo que le pase al chararrero me suda la polla. Pero el tío escribe bien. Que es lo que cuenta.
Yo no lo echo de menos. Sencillamente me adecuo a la época que me toca vivir. Y en la que estoy ahora, con las cosas que tengo a mi alcance, estoy encantada.
Pero tampoco reniego de lo que me tocó vivir, era lo que había y ya está.
Imagino que si ahora pillara el Delorean, lo pasaría francamente mal allí. Pero yo me considero una superviviente.
De hecho cuando llegue el apagón virtual, o los zombies, también me pillarán preparada. ;)
Yo en el año 87 no sabía lo que era la soledad, no como la conozco hoy. Creo que fue el año que hice la comunión, mi única abuela aún vivía, un ser maravilloso que irradiaba amor. Por parte de mis padres me sentía aborrecido, nunca un abrazo, nunca un beso, nunca se preocuparon por mí ni me preguntaba qué tal me iba. Me sentía como un estorbo en una familia numerosa y pobre (humilde se dice ahora), con una madre que me tuvo con cuarentaitantos y un padre que no le recuerdo mucho porque no entraba en casa. Del trabajo al bar, en casa no abría la boca, y si la abría era para bocear; y luego en los bares era un fiera. Siempre he sabido que nací por casualidad, algún día que llegó mi padre borracho. Recuerdo a mi madre siempre enfadada, supongo que por la menopausia, siempre irritable, histérica, resabiada, de vuelta de todo. Yo fui un hijo no deseado, nací por error y lo percibía.
Ya por entonces sentía que era un basurilla, un desheredado, un mierda seca sin futuro. Lo curioso, o no, es que todo el mundo sabía y me hacían saber que mi sino sería fracasar. Tenía que apestar ya a fracaso, y aunque hoy me hace gracia recordarlo, por aquel entonces me hacía daño que la gente me despreciase e hiciesen cábalas sobre mi futuro de mierda, delante mio. No se cortaban, al fin y al cabo qué coño les importaba, me veían como un ser inferior a ellos. Pero joder, era un tierno infante, tenía mi corazoncito, tenía sentimientos, sólo quería agradar, ser como mis amiguitos, que tenían unas familias de puta madre y se criaron sanos mentalmente gracias a una cosa que llaman "cariño". No entendía por qué yo era repudiado y ellos apreciados, se supone que los niños son adorables en sí mismos. Pero de eso nada, ya de niño tanto tienes tanto vales y tanto se te apreciará.
Mi mente no entendía el porqué de mi mala suerte, entonces me ideé una respuesta, me convencí firmemente de que todo lo que me pasaba me lo merecía, que era lo normal, que el desprecio que percibía era lo que merecía. Y ahí empezaron mis traumas, mi única posesión, los cimientos sobre los que se construyó mi personalidad actual.
No recuerdo ni un solo día, ni un solo instante en que me haya sentido solo en los 80. Siempre me sentí acompañado por mí, que era mi mejor amigo y con quien podía fantasear y sorprenderme a mí mismo de mi capacidad de inventarme vidas paralelas, películas, ilusiones. Supongo que los autistas somos más dados a la imaginación que los demás, al no tener la capacidad de relacionarnos con otros, desarrollamos un complejo mundo interior. Como un ciego desarrolla el oído o el olfato para suplir la falta de visión.
Y eso que algunos dicen de los VHS, las consolas, de salir los domingos a los bares con los padres, y demás cosas chachis. Ni por asomo, ni de coña, sólo en mi mente. Por las noches cuando me metía en la cama, antes de dormirme, con la luz apagada; me creaba un escenario con todo lujo de detalles donde poder vivir. Me imaginaba una casa sin goteras, ni voces, ni miedos a un padre alcohólico. Una casa de serie televisiva americana, con muchos juguetes en la habitación, con la nevera llena de comida y bollos de chocolate y crema para después del cole, con padres comprensivos y de voz dulce que explicaban y daban lecciones vitales a sus hijos, un mundo donde la niña que me gustaba del cole se fijaba en mí y sabía que existía. Un puto mundo donde yo existiese y no fuese un mero espectro imperceptible para los demás.
Sí, ya sé que es curioso que en la cabeza de un asocial se cree un mundo paralelo con todo lujo de detalles donde uno es super popular, querido e integrado en la sociedad. Mi cerebro gastaba todos sus recursos en crear un matrix ideal y a mi medida. Y lo creó tan perfecto que nunca salgo de él, lo prefiero al mundo real.
Con los años cada vez me cuesta más mantener el matrix, las neuronas se mueren y no se reponen, uno se va haciendo perezoso mentalmente, y cada vez el mundo interior es más difuso. Menos detallado, menos exacto, y es a través de esas fisuras donde empieza a penetrar la soledad, que devora todo el mundo de fantasía. Supongo que cuando mi mundo interior, mi fantasía, haya desaparecido porque mi cerebro no pueda mantenerla, y me dé cuenta de lo que me rodea y de quién soy en realidad con respecto a mi entorno. Entonces sí, ahí sí que sentiré la más absoluta de las soledades posibles.
Mejores tiempos, sin duda.
las pajas con porno son para degenerados, aquellas sí eran pajas
salir a la calle, verse en las plazas, zanganear
lo bueno si breve dos veces bueno ¿se decía así?
tener libros, leerlos, pero leerlos bien, no como ahora, que lees con un ojo al gato y otro al garabato, siempre pendiente de cosas más superficiales
conseguir un casette y aprenderlo sin entenderlo de tanto oírlo
ahora nada llena, antes hasta los sucedáneos sabían a auténticos, ahora hasta lo auténtico sabe a sucedáneo.
En los 80 para evitar la soledad te ibas al bar, como en los 70, los 60, los 50...
y con la melopea, a casa, paja y a sobar.
fin.
Hostia. El catalogo de venga.
La de pajas que cayeron con la sección de ropa interior
Soy pobre y tengo una mierda de VF-895N con mogollón de fotos de pollas
Los 80 fueron una época mágica para mí....
Gente de 34 años recordando las grandes vidas que llevaban allá por 1983.
Mola, sí
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