Aquí tienes lo prometido
Hola, buenas noches, bienvenidos a este remanso de paz y buen gusto que es la 2. Hoy, antes que llegue la pausa de publicidad y por ende los tocamientos entre espectadores, vamos a hablarles de una obra de arte admirable, algo que parece increíble en estos tiempos en que las facilonas olas propias de telefilme americano nos llevan mar adentro:
Nos estamos refiriendo, obviamente, a “Largo domingo de noviazgo”. Película que cumple los requisitos imprescindibles en toda película francesa: vino tinto, sexo despreocupado y una socarrona burla hacia el poder.
Esta no es una crítica objetiva, hacía mucho tiempo que no salía tan contento del cine. De Jeunet he visto poco (“Delicatessen” y poco más), aunque en “Largo...” se cumplen todas las constantes que lo definen como autor.
Es difícil escribir sobre una película, en mi totalmente parcial opinión, que fascina: que pasa de mostrar la brutalidad de la trinchera que acabó con la épica en 1914 a revelar un pequeño detalle de ternura o un chispazo cómico a cargo de un perro peculiar o un jumento hallado en un pueblecito corso.
“Realismo mágico” podría ser una posible definición de la película que combina sin estridencias batallas espectaculares, amores más grandes que la vida, escenas que mueven a la sonrisa, coñas marineras, Baudelaire y algún detalle fantástico. Cuando estás sumergido en el fango te eleva hasta un faro, en ocasiones se te muestra como un viejo nickelodeón, y la historia adquiere un tono surreal.
¿Qué decir de los actores? Como siempre en Jeunet, encontramos una huérfana que subvierte la realidad contra viento y marea, y a Dominique Pinon (Freddy Mazas en “Mortadelo”) en su salsa habitual, también a una viuda con los rasgos de Jodie Foster y tenientes que no casualmente se llaman Esperanza (Jean-Pierre Becker). Caras conocidas del cine francés como Tchéky Karyo...
Los efectos especiales, como han de ser: al servicio de la historia. Magnífica recreación digital del París de la época y de los campos de batalla. El vestuario, los uniformes, las armas... impecables.
¿Defectos? La narración, de tan alambicada, puede parecer confusa y excesivo el metraje. Pero miento, es por la impaciencia que te domina por saber cómo acaba la búsqueda de Mathilde.
Nada más que añadir, tan sólo que tengas “cuidado con el hilo”.