@ilovegintonic, acomódate:
Un planeta sin aspectos puede manifestar su potencial con gran impacto en un área exclusiva de la vida (indicada por su posición por Casa y signo). Uno de los rasgos descollantes de este sol sería su
naturaleza impredecible, muy influenciada por Plutón. En este caso, cobra gran importancia la casa 6 (la de la salud y el trabajo), donde se forma un stellium de otros cinco planetas. También resalta la influencia de Plutón de nuevo, y por tanto su signo
Escorpio, que aparece en la carta con 3 planetas (Marte, Venus, Urano), y la de
Libra, por disponer de otro stellium.
Sol conjunción Plutón en casa 6 (sin otros aspectos)
Plutón (Hades, el Infierno, la propia oscuridad) es nuestro personaje que se enfurece,
que odia, que quiere poder, control, que manipula, que se obsesiona y que es capar de cualquier cosa con tal de obtener lo que desea. Los aspectos entre estos dos planetas nos dicen que el sentido de identidad personal (Sol) va a estar teñido por todas estas características. Un Yo identificado con su necesidad de sentir control y poder, un Yo con una potencia y fuerza tremenda para alcanzar lo que quiere, un Yo cargado de emociones muy intensas, dolorosas y difíciles de manejar. Cuando Plutón está aspectado al Sol, el apego que trae el alma es a querer ser visto, reconocido, ser tomado en serio,
dominar a otros, tomar un rol de poder y control.
El nativo adquiere los
rasgos del volcánico y misterioso
Plutón (Hades). Tras una apariencia externa normal y a veces hasta flemática, se esconde una personalidad en extremo apasionada, de la que emana un misterioso encanto. Su vida interior puede alcanzar una gran profundidad e intensidad mientras que por fuera cultivarán una imagen mucho más intrascendente y al mismo tiempo impenetrable. Para estos nativos el secreto y la intimidad son de gran importancia, pues en su interior esconden los más intensos impulsos e instintos, ya sean violentos, sexuales o de otra clase, que luchan por ocultar a toda costa.
Los animan asimismo fuertes impulsos de transformación, tanto para consigo mismos como hacia el mundo que los rodea. Pero si esa inmensa fuerza no está bien orientada puede ser causa de
graves conflictos neuróticos, y sus propias pasiones pueden "autodestruirlos", al tiempo que ellos pueden intentar destruir el mundo que les rodea.
Estas personas poseen una energía sexual muy poderosa y aunque físicamente no suelen ser bellos, emana de ellos un misterioso y poderoso atractivo. Tienen una ardiente ambición, cualidades de líder y
profundas ansias de poder. En su fuero interno se sienten impulsados para llevar acabo grandes cosas, ya sea para bien o para mal, según esté orientada su energía. A pesar de su apariencia normal, el inmenso poder interior de estos nativos los llevará a soportar y superar las mayores pruebas, renaciendo de cualquier crisis como si tuviesen algo de sobrehumano.
El padre de ILG
El padre puede haber mostrado rasgos "plutonianos", puede haber sido
apasionado, dominante, "misterioso", temido o "vigilante". Su influencia en la vida del nativo es siempre enorme, incluso aunque esté muerto, y monopolizará su existencia, dominándolo totalmente, ya sea física o espiritualmente. Alguien que tiene el Sol aspectado a Plutón (especialmente en cuadratura, oposición, conjunción o quincuncio) va a sentir desde el principio de su vida que su deseo de ser todopoderoso y de que se haga lo que quiere, no se cumple. ¿Cómo lo hace la evolución?: poniendo a una figura masculina extremadamente dominante y poderosa, que se encargue de derrotarnos. Es por eso que muchas personas con estos aspectos sienten que su padre es un ser muy poderoso, conectado con una
rabia, violencia y una fuerza tremenda, que les llegaba a dar miedo. Un padre que impone su propia voluntad a su hijo, frente al que hay que estar atento, porque si se conecta con su lado “oscuro”, puede llegar a destruirnos.
Esto tiene varios efectos en el niño:
1. Como no puede ganarle al padre, el niño se carga de emociones plutonianas y con un deseo desbordado de ser todopoderoso.
2. Al sentir que a uno lo pueden destruir, genera una
personalidad defensiva, que oculta una parte de sí, pues tiene miedo a exponerse. Es como si existiese un estado de alerta muy potente porque hay algo que me puede destruir.
3. Buscar protegerse, lleva a construir una personalidad que quiere
controlar todo en exceso.
4. Un gran resentimiento y rabia hacia esa figura que sentimos que nos hizo daño.
5. Una sensación potente de que hay algo “malo” dentro de sí; una fuerza oscura y destructiva, frente a la cual el niño se suele sentir sumamente culpable.
Hay personas con este aspecto que niegan sentir estas emociones; sería interesante preguntarnos si lo hacen para sentirse poderosos y no aceptar sus propias emociones de vulnerabilidad e impotencia. En otros casos, se trata de personas con estos aspectos que vivieron la muerte de su padre durante la infancia, por lo que de igual forma se conectaron con la destrucción mediante su progenitor.
En definitiva, estos nativos pueden experimentar las emociones más terribles:
violencia, celos, rabia, envidia, sentimiento de culpa o intenso erotismo y, a veces, sus miedos internos los llevan a ir contra los que le rodean.
Otro efecto de esta posición es que lo que aterroriza a la mayoría de la gente, a ellos los atrae casi como un imán: la muerte, el peligro, las grandes crisis, etc