Los gimnasios son la cosa mas gay que te puedas echar en cara, miras para cualquier lado y no ves mas que tios sudorosos poniendo cara de estreñidos y hablando de coches y mierdas asi. Solo he ido una vez en mi vida y la ultima, que coñazo de lugares. Lo unico que se salva es que se ven algunas buenorras de vez en cuando, pero no merece la pena.