La reflexión de nuestro entrañable compañero de foro me ha traido a la memoria lo que le sucedió hace años a mi padre del que ahora mismo desconozco su paradero. Mi progenitor era camarero en el único hotel que tenemos en el pueblo. No ha pasado nunca por ser un hombre ejemplar en ninguna faceta, ni familiar ni laboral, ni tampoco por ser demasiado trabajador. Desde su adolescencia ha tenido problemas de alcoholismo, lo cual se ha traducido en problemas laborales, familiares y de todo tipo incluyendo alguna que otra reyerta callejera. No ha sido una persona con éxito, solamente tiene estudios primarios, nunca llegó a tener la EGB.
Bueno, la cuestión es que en el momento de su vida al que me refiero era camarero y su jefe, por encima del metre, era el director del hotel. El director era un tipo joven, con problemas de obesidad y algún que otro problema psicológico derivado de una infancia de orfanato en orfanato. Al parecer su madre era prostituta y lo abandonó de pequeño. Creció con imnumerables complejos de inferioridad y traumas que afloraban de vez en cuando. A pesar de todo presumía de sus estudios de turismo, su conocimiento en idiomas, estudios de posgrado que había hecho en no sé que universidad y más cosas incluidas en un curriculum envidiable, según él claro. Su frustración la pagaba con los trabajadores del hotel (camareros, cocineros, pinches de cocina, camareras de habitaciones etc). Su forma de llevar el hotel era tiránica, despótica y bastante desorganizada porque carecía de la preparación necesaria para el cargo que ocupaba. Normalmente acostumbraba a meterse con las mujeres, hablándoles mal, faltando al respeto y mostrando su prepotencia y chulería.
En una ocasión la mayor parte de los trabajadores quisieron enviar una carta al dueño del hotel y por ende una autoridad superior a la del director obeso y subnormal. La carta era una protesta contra la forma de dirigir el hotel por parte del susodicho. Finalmente no hicieron nada, mi padre no intervino porque pensó que como con él no se metía y además le permitía trabajar en estado de ebriedad no le afectaba. De hecho mi padre a pesar de no ostentar ningún cargo y ser un empleado llano se aprovechaba de sus compañeros y les robaba la propina para financiarse sus borracheras y polvos en los antros puteriles más cutres. No obstante, en una ocasión el director del hotel osó meterse con mi padre. Todo ocurrió durante la comida del mediodía, en la que el director, en contra de las normas establecidas, comía con el resto de empleados para contar sus ridículas e imaginarias hazañas. Contaba que había follado mucho, que había tenido imnumerables novias, hablaba 6 idiomas y citándole textualmente "había sido un niño pijo". En una de estas ocasiones mi padre se encontraba comiendo en la misma mesa, no lo hacía habitualmente por cuestiones de horario, y ante la retahila de gilipolleces y mentiras que salían de la boca de cloaca del obeso director no pudo resistirse y le increpó. Le dijo que él solamente era un gordo fracasado hijo de la gran puta. Al parecer se hizo el silencio y el director se levantó de pronto ofendido y le dijo que lo repitiese si tenía valor y que estaba despedido. Mi padre, que había bebido bastante, le invitó a salir a la calle para arreglar sus diferencias como hombres. El muy valiente director, al menos 10 años más joven que mi padre dejó las ricas viandas que intentaba deglutir y se marchó cabizbajo sin responder a mi padre. La historia no queda ahí, minutos después mi padre se dirigió a su despacho, donde estaba el director, y le propinó una paliza. Hubo juicio, mi padre fue condenado a pagar una indemnización al gordo y fue despedido. Con gran fortuna no llegó a ser condenado a pena de prisión, y eso que según me contó mi progenitor se ensañó bastante con él.
En conclusión mucha gente que tiene complejo de superioridad en realidad oculta un complejo de signo contrario. Las personas que siempre han fracasado y no tienen nada que contar de una tristérrima existencia en cuanto tienen posibilidad de ascender son la mayor escoria del orbe mundial. Fin.