Victor I
Freak
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Dios Vengativo rebuznó:(...)
Estilita: es usted un phorero preclaro, y muchas de sus opiniones rebosan sabiduría. Pero creo que lo que menos nos conviene a los que aún defendemos esta nación es asumir la dialéctica "España - Cataluña" de los nacionalistas catalanes. Si hablamos su lenguaje, han ganado. Cataluña es una parte integrante y atributiva de España. El catalán más catalán es español y lo ha sido durante demasiados siglos como para ignorarlo.
(...).
Cataluña es y ha sido una parte integrante de nuestra España, como en su momento lo fue Portugal y el Rosellón. Pero las fronteras evolucionan y los sentimientos también. Mi ideal tiene una geografía concreta pero la realidad desbarata cualquier pretensión de tomar el pasado como referencia. Lo que fue no tiene porque ser. A día de hoy, mediante la voluntad expresada en las urnas por la inmensa mayoría de los catalanes, apoyando con su voto a partidos que defienden y ponen en práctica unas determinadas ideas, es evidente hacia donde miran los intereses del pueblo catalán. Quieren ser un país dentro de un país, profundizar hasta el paroxismo en esta "aberración administrativa", tensar las leyes, probar los límites, llegar todo lo lejos que sea posible. Un país no puede funcionar en un estado de alerta continuo, siempre bajo sospecha, siempre pidiendo perdón por las ofensas contra las sensibilidades de los pueblos oprimidos. La negociación y la tolerancia es una cosa y el secuestro otra muy distinta
Como soy una persona razonable, como estoy lleno de amor y le deseo la felicidad a los hombres de bien, comprendo que cada pueblo tiene derecho a buscar su propio camino, a constituirse en comunidad autónoma o en estado independiente. Yo quiero una España sentimentalmente comprometida, no me interesa un país de desganados, un país de los tiempos de Cánovas, donde sólo era español "el que no podía ser otra cosa". Yo quiero una España sin traductores en el Senado. Yo quiero una España real, histórica, emocional, no un país de cartón piedra, convertida en un pacto de conveniencias.
No estoy pensando en los nacionalistas catalanes, me da igual si esto significa que se han salido con la suya o no. Estoy pensando en lo mejor para España. Quizá sea una de esas gracias del azar en la todos salimos ganando. Hay que avanzar y romper la dinámica del "y yo más". Por mi parte no hay rencor, se agradecen los servicios prestados, el gol de Puyol y las canastas de Gasol, y no tendría ningún problema en compartir espacio dentro de la Unión Europea. Estoy seguro que serán mejores vecinos que compatriotas, que la relación de estado a estado serán mucho más fluida que la de Estado a región, entre dos adultos que se tratan de igual a igual en lugar de esta continua insatisfacción que desgasta hasta la médula. Cataluña debe alcanzar lo que es justo y su pueblo desea, y todo lo que sea cerrar los ojos a esta verdad, nos debilita, nos convierte una nación mendicante, pendientes de los suspiros de desamor de una país que decidió hace más de un siglo iniciar el camino de la escisión.