Houellebecq debe estar a estas horas pensando que el dinero que va a ingresar de más por la subida de ventas que este atentado va a traerle se lo va a tener que gastar todo en guardaespaldas.
De todas formas a mí Houellebecq me parece que atina en no pocas cosas, y su desprecio por las religiones que pretenden imponer su ley a sangre y fuego y por quienes las secundan, así como su punto de vista acerca de la decrepitud moral y sexual de occidente son de lo más acertado que tiene. Podrá exagerar en sus novelas, que al fin y al cabo son novelas, pero bajo esa capa de exageración, invención y literatura existe un sustrato de verdad al que los medios en general y los palmeros del buenismo, del 'nadie es ilegal', del multiculturalismo chupi en particular, son completamente ciegos y que aún niegan.