Me estoy follando a una VIEJA. No me arrepiento.

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Yo creo que se la seguirían follando hasta que se acabara la gracieta de que le saliera agua por los agujeros mientras empujan o viniera la pulisia.
 
Mmmmm, delicado este asunto. En principio suena brutal, una experiencia única; el problema que yo veo aquí es el nivel de locura y masoquismo de la gabacha. Además, si se riega todo con alcoholol y cocaína, la cosa ya sube muchos niveles de dificultac. Tres o cuatro tíos bien puestos de fariña y medio borrachos y una cerda sin límites es un peligro muy gordo, imagínense que, simplemente con lo de la manta en la cabeza, la colega se queda en el sitio; porque claro, los notas al ver que la tía no tiene freno pues no se van a comedir ni de coña, todo lo contrario. Mu peligroso lo veo.

Yo me apunto del tirón si la cosa va de un rollo guarro y pichicológico, menos peligroso phisicamente, ahí ofrezco garantías de que tanto la tía como los participantes van a disfrutar de una auténtica sesión de humillación, pero sin acabar en la topboxería como antesala del talego.
 
Imagínate a la suso dicha yendo al medico con el orto rotísimo y el facultativo haciéndole preguntas de cómo se ha hecho usted estas lesiones... Supongo que los galenos estarán curados de espanto.
 
Imagínate a la suso dicha yendo al medico con el orto rotísimo y el facultativo haciéndole preguntas de cómo se ha hecho usted estas lesiones... Supongo que los galenos estarán curados de espanto.
Pues cualquier día se le cruza el cable y dice ha sido mi Didier que me droja y me obliga a acostarme con desconocidos de brutal comportamiento oyga.
Y ahí que el pobre Didier acaba en prisión, pero feliz de acabar con su desquiciante existencia sepsual.
 
Imagínate a la suso dicha yendo al medico con el orto rotísimo y el facultativo haciéndole preguntas de cómo se ha hecho usted estas lesiones... Supongo que los galenos estarán curados de espanto.

Lo están, lo están.

Recuerdo una anécdota de una auxiliar que estaba de sustitución en otro hospital. Estaba en el servicio de urgencias y una noche se les presenta un pavo medio llorando, resulta que el muy imbécil se había puesto un anillo de acero en la base del nabo para pajearse, cuando vieron cómo tenía aquello, poco menos que estaba a punto de caramelo para necrotizarse, se lo había puesto tan estrecho que cuando estaba con toda la erección aquello se le puso morado y luego casi negro, se había quedado retenida la sangre y el anillo trabado. De la forma que contaba cómo le quitaron eso no podía parar de reirme. Se ve que el anillo era tan gordo y fuerte que con la cizalla que tenían no servía y tuvieron que coger una radial pequeña de los de mantenimiento. Y claro, la cuestión también es quitar el anillo sin desgraciarle otra cosa del cuerpo, pues a la que lo contaba le tocó sostenerle una tabla de madera en el abdomen para que las chispas de la radial no quemaran al chaval y por si se escapaba la herramienta tampoco le cortara, y otra auxi poniéndole una sabana encima a la que sostenía la tabla para las chispas, otra auxi también con otra sabana al médico que cortaba, en fin, no me quiero ni imaginar el cuadro, nos estábamos descojonando todos de la risa.

Al final se le salvó el nabo, pero le faltó muy poco.
 
Tenéis todos razón, fue una experiencia única e irrepetible, pero conlleva demasiados riesgos para repetirla. Hubo cosas chungas y aunque nos encendimos como monos los dos, ninguno quiere volver a pasar por ello y hemos decidido que igual hay que ir cortando lazos con esta gente.
Tanto la vieja como yo disfrutamos de la sumisión, los roleos y las vejaciones, pero no de la violencia física, ni de las drogas duras ni de las enfermedades mentales autodestructivas.
No me gustaría lidiar con una tipa como la francesa, por muy guarra que sea tiene que ser complejísimo soportarla. No compensa.
En cambio, la vieja es un remanso de paz y es más guarra sin necesidad de taras mentales que la catapulten.
 
Última edición:
Fascinante.

Me gustaría saber la relación diaria de los franceses, me produce curiosidad.

@VCR no vuelvas a follarte a la francesa o se te va a infectar la polla de negritud.

A diisfrutar de la señora marrana, amijo.
 
Por de pronto acabo de poner en mi App de intercambio de "idiomas" que estoy estudiando francés.
¿Casualidad? No lo creo.
 
El pana @VRC es hamo , dieses.:121::121:

Lo malo de estos últimos acasos es meter nigros y libroamores en la ecuación.
El olor a cuero que se me viene a la mente solo de pensarlo, in situ, haría que mi libido cayera a nivel -273.
Llamadme raro

K#rma a lot de dieses.
 
El pana @VRC es hamo , dieses.:121::121:

Lo malo de estos últimos acasos es meter nigros y libroamores en la ecuación.
El olor a cuero que se me viene a la mente solo de pensarlo, in situ, haría que mi libido cayera a nivel -273.
Llamadme raro

K#rma a lot de dieses.

Desperdicias el potencial sexual de los niggers como bestias de faenar. Y todo el contexto histórico y cultural que subyace en su presencia. No me considero racista en mi vida diaria, pero en el sexo, la negritud tiene un morbo especial basada en nuestra dominancia histórica.

No tardaré mucho en conseguirle un negro a la vieja. Y yo quiero repetir con alguna más dispuesta. Lo guapo sería darle al roleo con cadenas, sumisiones y varios días de teatrillo, pero por lo que sea, no hay muchos de ellos (y menos de ellas), dispuestos a jugar a ese juego.

De momento, últimamente estoy entrenando a la vieja con un dildo gigante que le pillé, de esos que parecen una barra de pan flexible. Ya le entra casi hasta la altura del esternón, y por el chocho hasta que se le marca en la barriga.
 
No tardaré mucho en conseguirle un negro a la vieja. .
Pues que quieres que te diga amego. Lo típico de para gustos los colores y tal.
Eso dice el dicho, pero de olores no dice nada.

Jdrrrr, es que solo de imaginarme el olor a cuero pues ya no me pone ni el relato. Y en vivo, ni te cuento: arrrrggggg y tal.
Pero bueno, si a ti te pone, pues nada. Tu sigue contandolo, que eres un puro crá.

K#rma y usted valore.
 
Reconozco que sólo sigo muy diagonalmente este hilo, pero al parecer han participado de este aquelarre unos negros... Sólo se justifica la presencia allí de un forero de esta manera:

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El siguiente paso en este descenso a los infiernos, creo que todos estamos de acuerdo, es el Parque Amate.
 
Bueno, después de una temporada algo tranquilos por la sobredosis de estímulos que supuso la encerrona gabacha y por el finde del verano, la vieja y yo recuperamos poco a poco nuestra rutina.
Este finde ha sido rutinario, pero fantástico.
Me llamó el viernes a medio día, y solo me dijo, entre jadeos: necesito una polla en el culo ya.
Se estaba tocando.
Advertí que había dicho "una", y no "tu polla". Lejos de incomodarme, me excitó aún más.
Sin pasar por casa, monté en el coche y fui directamente a la suya.
Dejó la puerta entreabierta y me esperaba desnuda con el culo en pompa, en el suelo de su salón. Había juguetes por el suelo y el sofá. Llevaba un rato saciandose sola. Se abría las nalgas y contraía y abría el hogete con violencia. Lo hace mucho. Ya os pasé alguna foto de esa posición. Lo hace cuando va especialmente cachonda y pasa de preliminares. Yo me había sacado la polla ya en el rellano, pero me contuve sobrehumanamente y decidí jugar con ella.
Me acerqué y le bese las mejillas desde atrás, montándola ligeramente, rozando el orificio anal con mi prepucio, pero evitando penetrar. Emitía ese calor tan agradable. Esa temperatura por encima de la media corporal. El hogar de mi cipote me llamaba. Pero me llamaba más tener el poder. Me incorporé y me acerqué a la cocina a por algo de beber. Oí como refunfuñaba.
Luego me tumbé el el sofá y me hice un pajote mientras relamia los juguetes pringosos que habia estado usando.
Ella, buscando captar mi atención, se metía los dedos en el orificio y se lo abría hacia los lados. Las berzas le sobresalían por los costados, aplastadas contra el suelo. Últimamente les estamos dando poco uso, cuando siempre han sido mi principal ilusión en esta vida. Pensé que debería volver a poner en el centro de mis prioridades existenciales disfrutar de esos pechos.
No podía seguir fingiendo y haciéndome el duro: me incorporé, le de derramé el acuarios en el orto, que se contrató por el frío, y ensarte mi lanza en él justo en el momento en que su esfínter se cerraba en un cálido abrazo sobre mi cipote.
Y de ahí al domingo por la noche, lo pasé con esta fogosa dama. No hubo sexo violento, ni múltiple, ni sádico, ni extrañas aventuras. Pero si muchos fluidos, muchos orificios y asaltos.

El domingo llegué a mi casa oliendo a semen, orina, flujo, sudor y saliva. Me sentí afortunado de poseer a semejante hembra. SSe me vino a la mente una nueva fantasía que tengo que cumplir, por ella y por mí. Me pondré a prepararlo todo esta semana.
 
Este finde le dije que quería teta como un bebe lactante. Que no quería nada más. Solo comer berza. Llegué el sábado a su casa, a la hora de la siesta. Le pedí que no se maquease mucho, que no quería a la vieja puton, quería un par de pechos acogedores y cálidos. Ella me esperaba en camisón, sin bragas, recién duchado, con el pelo aún mojado y su cara limpia dd maquillaje. Cuando se le nota tanto la edad, me pone aún más. Al llegar, me esperaba ya dispuesta, y recostada en la cama, se sacó una teta por la del camisón. Me acurruqué en su costado y me enganché al pezón. Se puso un rato la tele, un dramón turco, mientras yo me entretenía a lo mío. Se quedó frita mientras yo recorría con su lengua la curva de sus berzas y volvía una y otra vez a su pezón. La señora se clavó una buena siesta. Yo discretamente procuraba desgastarle los cántaros a lametadas. Finalmente despertó, y empezó a magrearse la pepitilla mientras me veía seguir a mis asuntos. Seguimos así un rato. Ella me acariciaba el pelo, y yo le babeaba el canalillo. Me monte encima de ella, agarrándole los pechos y estirandolos hacia mi boca, hacia arriba. Cuanto pesan... Mi cipote rozaba con su chocho, y ella se empujaba contra mi violentamente. Sus labios vaginales abrazaban mi tranca. Parecía un hot dog.
Se corrió suavecito, pero mojó bastante. Salió chorrillo transparente en suaves oleadas, mojándome el pito, la entrepierna, y dejandome mojados los cojones, que rebotaban en su culo. Pero no la penetré.
Ella, con violencia se me quitó de encima. Yo me agarraba a su teta izquierda como un salvavidas. Pretaba la ubre de mi vaca como si fuese a salir leche en cualquier momento. Se me puso encima y comenzó a asfixiarme con las dos cabezas que tiene por pechos. Sabe leer lo que quiero, y me lo dio. Me las metió en la boca hasta que mi mandíbula no asumía más carne. Me estrujó la cabeza con ellas hasta que mis ojos se salían de las órbitas. Obstruyó todas mis vías respiratorias con sus grasientas mamas. Me empezó a faltar el oxígeno. Intenté luchar contra ella. Es fuerte y es grande, no es fácil moverla si opone resistencia. No me dejaba liberarme. Yo tampoco estaba seguro de querer.
Cuando empezaba a marearme, me liberaba y me dejaba respirar unos segundos. Después volvía a introducirme la cabeza bajo el peso de sus melones. Cada vez me costaba más mantenerme consciente. Notaba los músculos entumecidos, dormidos. Y sentía sueño y mareo. Era extremadamente agobiante, pero a la vez, una de las situaciones más placenteras de mi vida. Notaba el cipote durísimo, creciendo más allá de sus posibilidades físicas buscando un agujero en el que meterse. Pero ella me rehuía. En una de estas acometidas de sus tetas, recuerdo que pensé: "quiero morir, quiero morir así y ahora, quiero que sus tetas me maten". Y automáticamente, sin roce físico alguno, mi cimbrel disparo un buen chorro con violencia, que impactó en las lumbares y las nalgas de la vieja, chorreando luego hasta su ojete. Dandose por satisfecha, se bajó de mi y se recostó a mi lado. Yo, con violencia, me aferre a sus berzas y lamí poco a poco, recuperando el aliento y la sensibilidad en mi cuerpo hiperventilado. Ella me hablaba de cosas en tono jocoso, pero no recuerdo que decia. La tontería de morir asfixiado por sus pechotes me empezaba a parecer una gilipollez, y temía haber sufrido daño cerebral por falta de oxígeno, porque me sentía lento y lelo, como ausente. Además el cipote seguía medio muerto, y eso no es ni medio normal en mi.
Mientras yo iba a mear, ella fue a por algo de cenar y pasamos al salón. Al ir al sofá, la encontré ya preparada. La cena era ella. Se había untado filadelfia por las tetas y se estaba echando lonchas de salmón ahumado. Me encanta comer en ella. Ella cenó tostadas, pero yo me cené sus tetas con cosas. La dejé limpia y reluciente. La cena me sentó bien, me sentía otra vez con fuerzas.
Le enrosqué las peras con el cable de un ratón de pc que había por ahí, elevandolas y pretendo fuerte. Quería "condenarlas" en un espacio reducido, concentrar toda ess masa en un espacio menor y abarcable. Generar un agujero negro de tetas.
Se empezaron a poner moradas, y entonces las liberé. Se desparramaron de una forma tan excesiva...
Estaban sensibles, y yo jugaba con ellas. Comencé a lamer rítmicamente, rápida y belicosamente. Sus gemidos empezaron a acompasarse a mi. En cualquier otra ocasión, le habría tocado el chumino o el ojete, pero yo solo quería teta. Y fue ella la que se encargó de satisfacerse. Se me corrió encima al roce con mi pierna.
Luego me dormí, no se muy bien cómo. Desperté, y ella veía la tele, pero me había puesto el pecho derecho en la boca durante todo ese rato. Me dormí otra vez, confiando en su cuidado. Desperté de nuevo al amanecer, ella estaba de costado y yo estaba recostado sobre una de sus tetas, como si fuera una almohada. La otra me colgaba al lado de la cara.
El domingo por la mañana fue una sucesión de siestas matutinas e intentos de levantarnos, pero culminaban todo el rato en nuevos periodos de lactancia. Salía de su casa a las 2 y pico del medio día, porque había planes que me reclamaban, pero la idea de morir bajo esos kilos de grasa volvía a resultarme apetecible.
Por la tarde me dijo que había tenido que ir a comprar una crema para lactantes porque llevaba los pezones irritadisimos. Yo también llevaba las comisuras de los labios y la lengua completamente destruidos. Quiero más.
 
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