Mear en el lavabo -> cagar en la ducha -> .... Distribución de deyecciones

Creo que ya lo he contado en anteriores episodios de "Los foreros y sus pasiones escatológicas". Hace años, sin haber colaborado ni pasiva y previamente con el pecado de la sodomía, sufrí una de las peores enfermedades que pueden devastar la felicidad de un hombre con independencia de sus querencias sexuales. Una fisura anal que me dejaba trémulo y lloroso después de cada descarga. Cada mojón que mi recto alumbraba eran como tizones hirviendo, como cuchillas de afeitar arañando con precisión mi ojete lastimado. Lloraba sincera y desconsoladamente cada vez que me bajaba los pantalones, cada vez que mi ano esperaba el paso de ese tiburón rabioso erizado de colmillos. Una minúscula herida y un sufrimiento descomunal amargaban mis noches, mis días y mi felicidad fecal.

Un día, ya desesperando, ante la certeza de una descarga dura, recia y de dimensiones imposibles de manejar intenté buscar una solución lo menos cruenta posible. Por lo visto los baños de asiento con agua tibia facilitaban el asunto evacuatorio. Así que llené el bidé con agua templada y lo sazoné con aceite de almendras y de aloe vera para facilitar tanto la lubricación como la cicatrización de mi descosido anal. Metí el culo y abrí las compuertas a ese tren infernal que me atravesaba el vientre. La cosa fue resbalando con algo menos de aspereza que en anteriores ocasiones. Al tiempo, mi vejiga también liberó su contenido, amarilleando aquella balsa aceitosa convertida ahora en la piscina particular de una hez sólida, espléndida en su tamaño, presencia y forma. Era una mierda imperial, una sierpe mitológica, una maza digna de mismísimo Heracles, chapoteando como un narval entre orina, un pellizco de sangre y los tonos satinados del balsámico óleo. Una obra maestra de la humanidad mostrándose desnuda y arrabalera, una humanidad descamisada y sin complejos.

Aquella mezcla de excrementos, dolor, placer, sangre, orina con restos seminales y aceites cosméticos era una especie de caldo primigenio, un crisol genésico, una mixtura que resumía la esencia del hombre, su gloria y su destino. En cualquier momento aquel precioso líquido podía entrar en efervescencia y darle la vida a mi mojón, erectarse, saltar del bidé y salir por la puerta de mi casa a conquistar el mundo. Antes de que eso pasara, lo cogí entre mis manos, note su vívido calor, y camine solemnemente hasta al váter. Estuve a punto de llamar a mi mujer para que tocara la corneta mientras le despedíamos. Allí le dejé, desapareciendo entre la espuma del remolino, palpitante, tan lleno de vida y de potencias, tan imponente, y sobre todo, tan MÍO.
 
Victor I rebuznó:
Creo que ya lo he contado en anteriores episodios de "Los foreros y sus pasiones escatológicas". Hace años, sin haber colaborado ni pasiva y previamente con el pecado de la sodomía, sufrí una de las peores enfermedades que pueden devastar la felicidad de un hombre con independencia de sus querencias sexuales. Una fisura anal que me dejaba trémulo y lloroso después de cada descarga. Cada mojón que mi recto alumbraba eran como tizones hirviendo, como cuchillas de afeitar arañando con precisión mi ojete lastimado. Lloraba sincera y desconsoladamente cada vez que me bajaba los pantalones, cada vez que mi ano esperaba el paso de ese tiburón rabioso erizado de colmillos. Una minúscula herida y un sufrimiento descomunal amargaban mis noches, mis días y mi felicidad fecal.

Un día, ya desesperando, ante la certeza de una descarga dura, recia y de dimensiones imposibles de manejar intenté buscar una solución lo menos cruenta posible. Por lo visto los baños de asiento con agua tibia facilitaban el asunto evacuatorio. Así que llené el bidé con agua templada y lo sazoné con aceite de almendras y de aloe vera para facilitar tanto la lubricación como la cicatrización de mi descosido anal. Metí el culo y abrí las compuertas a ese tren infernal que me atravesaba el vientre. La cosa fue resbalando con algo menos de aspereza que en anteriores ocasiones. Al tiempo, mi vejiga también liberó su contenido, amarilleando aquella balsa aceitosa convertida ahora en la piscina particular de una hez sólida, espléndida en su tamaño, presencia y forma. Era una mierda imperial, una sierpe mitológica, una maza digna de mismísimo Heracles, chapoteando como un narval entre orina, un pellizco de sangre y los tonos satinados del balsámico óleo. Una obra maestra de la humanidad mostrándose desnuda y arrabalera, una humanidad descamisada y sin complejos.

Aquella mezcla de excrementos, dolor, placer, sangre, orina con restos seminales y aceites cosméticos era una especie de caldo primigenio, un crisol genésico, una mixtura que resumía la esencia del hombre, su gloria y su destino. En cualquier momento aquel precioso líquido podía entrar en efervescencia y darle la vida a mi mojón, erectarse, saltar del bidé y salir por la puerta de mi casa a conquistar el mundo. Antes de que eso pasara, lo cogí entre mis manos, note su vívido calor, y camine solemnemente hasta al váter. Estuve a punto de llamar a mi mujer para que tocara la corneta mientras le despedíamos. Allí le dejé, desapareciendo entre la espuma del remolino, palpitante, tan lleno de vida y de potencias, tan imponente, y sobre todo, tan MÍO.



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Maravilloso. Me quito el sombrero ante la prosa de Victor I, ese forero capaz de elevar el relato de una cagada a las más altas cotas de la literatura. Las musas viven en ti, y no dudan en regalar su savoir faire hasta a las mierdas que cagas.
 
Que hijo de la gran puta, como escribe.

Enviado desde mi GT-N7100 mediante Tapatalk
 
Tools of the trade rebuznó:
No, kokillo, que si no se os duermen las piernas tanto rato sentados.

Ya le contesto yo: Por supuesto que sí se duermen las piernas. Pero ello no impide estar todo el rato que se tiene que estar. Bien sea leyendo un libro o tebeo, o bien foreando hasta agotar la batería del portátil. No en pocas ocasiones he tenido que salir del templo arrastrándome por el suelo con los cuartos traseros inertes, y tras un lapso de tiempo de recuperación sobre el sofá, volver para recuperar el portátil y apagar la luz, con la satisfacción de un trabajo bien hecho.
 
BAILARE SOBRE TU TUMBA rebuznó:
hablando de sensaciones placenteras ¿nunca habéis meado con tantas ganas, después de una prolongada espera, que hasta se os estremecen las muelas?

"La paja del cura" le llaman a eso cuando hecho a propósito.

mundele rebuznó:
Ya le contesto yo: Por supuesto que sí se duermen las piernas. Pero ello no impide estar todo el rato que se tiene que estar. Bien sea leyendo un libro o tebeo, o bien foreando hasta agotar la batería del portátil. No en pocas ocasiones he tenido que salir del templo arrastrándome por el suelo con los cuartos traseros inertes, y tras un lapso de tiempo de recuperación sobre el sofá, volver para recuperar el portátil y apagar la luz, con la satisfacción de un trabajo bien hecho.

:lol:
 
Victor I, me siento extremadamente afortunado de poder leerte. (Soy un bujarra, qué le voy a hacer)

Me lo he vuelto a releer, porque anoche cuando vi que habias posteado me abalance apresuradamente a leer el post como un niño en navidad hace con sus regalos. Vi el tocho, respire hondo y me lo lei sin pestañerar. Hoy entrandome ganas de evacuar me he traido el movil al wc y he llegado al extasis. Releerlo y defecando a la par teniendo la suerte de finalizar el post en el justo instante de que la salchicha se depositara en el agua.

Solo puedo decir una cosa, Gracias.
 
Joder victor que dominio del lenguaje, qué forma de tratar mierda, subirla al nivel de la mayor batalla épica o la mejor historia de amor.
Mis dies.
 
Yo siempre evito leer los tochacos de Víctor I, no sé por qué. Y eso que su entrevista me la leí de cabo a rabo, como todas las demás. Es una pena, pero es lo que hay.

La verdad es que tengo tanto que decir sobre el tema del hilo... Lo primero que se me ocurre es sobre el efecto relajante del agua caliente, muy caliente. Espero un rato a que el agua de la ducha esté tan caliente que haya empañado los espejos, y me meto. En cuanto percibo el brutal contraste de temperatura, me relajo de una manera tan... no sé, pero digamos que aún no entiendo cómo no caigo de rodillas entre sollozos cada vez. Bueno, pues eso, me relajo de tal manera, que la orina se me escapa, y siento un placer inmenso mientras siento mi uretra y mis muslos calentarse al paso del líquido. Es curioso cómo la orina siempre me parece más caliente que el propio agua de la ducha.

Y cuando estoy meando en la taza, y veo que aún queda algo dentro de mi vejiga —cosa que me incomoda muchísimo, sobre todo por las noches ya que sé que me despertaré a mitad de la madrugada para mear—, no me lo pienso dos veces: al bidet, chorro de agua ardiendo hacia mi raja, y relajación instantánea que me obliga a mear nuevamente. Igual que la ducha, pero focalizada.

Lo que cuenta Spawner de dilatar el ojete con el mismo método que el mío nunca lo he probado. De hecho, nunca sentí ganas de cagar en la ducha o lavándome el ojete en el bidet, por el mero efecto del agua caliente.

En cuanto a lo de quitarse la ropa, recuerdo que cuando era niña, me agobiaba tanto cagando que necesitaba quitármelo todo de encima, y así poder tener la libertad necesaria para maniobrar adecuadamente mi organismo. Valga decir que de niña me encerraba largo rato en el baño para cagar. cosa que no ocurre ahora; vamos, que me pasa igual que a Curro. Eso sí, muy de vez en cuando, me dan ganas de quitarme la ropa, y es ciertamente curiosa la sensación, es como si volviese a ser la niña que fui. Pero apenas me da tiempo a quitarme las bragas.

Lo de cagar en la ducha siempre me dio reparo. Suelo salir toda empapada a sentarme en el váter. Pero hace un par de semanas, probé a cagar dentro. Eran cagarrutas de oveja (cosa de haber comido orejas de cerdo del carrefús), redondas y pequeñas, pero sólidas. El agua de la ducha las llevó rápidamente al desagüe. Nunca supe si quedaron atrapadas en la maraña de pelos y mugre, o se fueron disolviendo hasta desaparecer. Eso sí, la semana pasada mi padre, limpiando el baño, estuvo muchísimo rato dedicado a la bañera. Qué nerviosa me puse, cagondiós.

Bueno, no tengo mucho más que contar, creo. Ah, sí: cuando me cuesta soltar el truño, lo que hago es apretarme la zona ésa entre la vagina y el ano (en el tío sería el perineo, imagino), para empujar manualmente la caca. Suele funcionar. Hasta otra.
 
No_sé rebuznó:
Yo siempre evito leer los tochacos de Víctor I, no sé por qué. Y eso que su entrevista me la leí de cabo a rabo, como todas las demás.

Pues porque eres gilipollas, por qué va a ser, porque ya hay que ser retrasada para hacerlo.

No_sé rebuznó:
Es una pena, pero es lo que hay.

Ya, sí que es una pena, sí.
 
No_sé rebuznó:
Lo de cagar en la ducha siempre me dio reparo. Suelo salir toda empapada a sentarme en el váter. Pero hace un par de semanas, probé a cagar dentro.
- Y el tío me dijo que me dejaba porque cagaba en la ducha. Jajaja. Cómo si no pudiera tener al tío que me diera la gana.

- Miau.
 
Carallo, a medida que iba leyendo el post de Víctor I me lo iba imaginando vestido de almirante y manteniendo la pose gallarda mientras se hundía el buque.

Derwent%20sinking.jpg
 
Victor I rebuznó:
Creo que ya lo he contado en anteriores episodios de "Los foreros y sus pasiones escatológicas". Hace años, sin haber colaborado ni pasiva y previamente con el pecado de la sodomía, sufrí una de las peores enfermedades que pueden devastar la felicidad de un hombre con independencia de sus querencias sexuales. Una fisura anal que me dejaba trémulo y lloroso después de cada descarga. Cada mojón que mi recto alumbraba eran como tizones hirviendo, como cuchillas de afeitar arañando con precisión mi ojete lastimado. Lloraba sincera y desconsoladamente cada vez que me bajaba los pantalones, cada vez que mi ano esperaba el paso de ese tiburón rabioso erizado de colmillos. Una minúscula herida y un sufrimiento descomunal amargaban mis noches, mis días y mi felicidad fecal.

Un día, ya desesperando, ante la certeza de una descarga dura, recia y de dimensiones imposibles de manejar intenté buscar una solución lo menos cruenta posible. Por lo visto los baños de asiento con agua tibia facilitaban el asunto evacuatorio. Así que llené el bidé con agua templada y lo sazoné con aceite de almendras y de aloe vera para facilitar tanto la lubricación como la cicatrización de mi descosido anal. Metí el culo y abrí las compuertas a ese tren infernal que me atravesaba el vientre. La cosa fue resbalando con algo menos de aspereza que en anteriores ocasiones. Al tiempo, mi vejiga también liberó su contenido, amarilleando aquella balsa aceitosa convertida ahora en la piscina particular de una hez sólida, espléndida en su tamaño, presencia y forma. Era una mierda imperial, una sierpe mitológica, una maza digna de mismísimo Heracles, chapoteando como un narval entre orina, un pellizco de sangre y los tonos satinados del balsámico óleo. Una obra maestra de la humanidad mostrándose desnuda y arrabalera, una humanidad descamisada y sin complejos.

Aquella mezcla de excrementos, dolor, placer, sangre, orina con restos seminales y aceites cosméticos era una especie de caldo primigenio, un crisol genésico, una mixtura que resumía la esencia del hombre, su gloria y su destino. En cualquier momento aquel precioso líquido podía entrar en efervescencia y darle la vida a mi mojón, erectarse, saltar del bidé y salir por la puerta de mi casa a conquistar el mundo. Antes de que eso pasara, lo cogí entre mis manos, note su vívido calor, y camine solemnemente hasta al váter. Estuve a punto de llamar a mi mujer para que tocara la corneta mientras le despedíamos. Allí le dejé, desapareciendo entre la espuma del remolino, palpitante, tan lleno de vida y de potencias, tan imponente, y sobre todo, tan MÍO
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Muy buen relato, Victor. Alguna vez sufrí experiencias similares y sé de lo que estás hablando. Pero... ¿no llegaste a pensar en embalsamarla, meterla en un bote de cristal con formol o incluso disecarla?

No_sé rebuznó:
... Ah, sí: cuando me cuesta soltar el truño, lo que hago es apretarme la zona ésa entre la vagina y el ano (en el tío sería el perineo, imagino), para empujar manualmente la caca. Suele funcionar. Hasta otra.

Es un gran remedio, para compensar la "descolocación anatómica" al sentarse en la taza, y facilitar la salida. Esa forma de sentarse forma un codo entre la ampolla rectal y el propio recto, que cuando bajan duras y secas las cacotas, quedan atrapadas sin fianza.
 
Died & Risen rebuznó:
Es un gran remedio, para compensar la "descolocación anatómica" al sentarse en la taza, y facilitar la salida. Esa forma de sentarse forma un codo entre la ampolla rectal y el propio recto, que cuando bajan duras y secas las cacotas, quedan atrapadas sin fianza.

Equilicuá, los WC del mundo occidental están maldiseñados desde su misma concepción:

defecar_cuclillas5.png


El WC japonés sería eñ más adecuado para squatear:

JapaneseSquatToilet.jpg
 
Pues lo que vengo diciendo desde hace varias páginas. No es que así salga solo, es que además no se corta en fragmentos antinaturales. Los truños salen bien compactados.


Hoy de camino al tren iba pensando en este hilo, así que al llegar a la estación he decidido rendirle homenaje. El WC está cerrado con llave, y hay que pedirla en un bar. La dueña me ha puesto mala cara y al entrar he entendido el porqué: acababan de limpiarlo. Sin embargo, como putos ratas que son, no habían repuesto el papel. En lugar de perder tiempo y energías discutiendo por un rollo de mala calidad, me he metido directamente en harina confiando en el squatting sabiendo que me garantizaba un 95% de posibilidades de generar un perfect, como ha acabado resultando. Como protesta no he tirado de la cadena, y cuando he salido le he dicho a un chaval que estaba esperando: "todo tuyo, jefe". Ha ido a devolver las llaves casi al instante, sin usarlo, con una mueca de terror en el rostro. Espero que el regalo estuviera aún ahí cuando hayan tenido que volver a limpiarlo.
 
Black Adder rebuznó:
Espero que el regalo estuviera aún ahí cuando hayan tenido que volver a limpiarlo.

>No hace ni la consumición de cortesía de un café o un botellín de agua
>Se queja de la mala cara de la camarera
>Deja todo el pastel en la escena del crimen


El ejército acabó con tus modales.
 
Yo no utilizo papel de baño, la innovadora tendencia higiénica - Noticias de Alma, Corazón, Vida

Max_Demian rebuznó:
>No hace ni la consumición de cortesía de un café o un botellín de agua

Hasta donde yo he entendido, la llave se pide en un bar pero el wc no es de ese bar. Entiendo por tanto que el establecimiento o la señora reciben algún tipo de contraprestación por realizar esa tarea, no creo que sea una ONG o una coprófaga. O una ONG de/para coprófagos.
 
Es verdad, era el baño de la estación. Lo siento, las ganas de llamar la atención de Black Adder han podido conmigo. :oops:
 
Maese Demiancio, cuenta alguna anécdota de cuando ibas a hacer caca y resulta que al levantarte la caca ya no estaba, ya que a mi me ha pasado pocas veces (además, la mayoría de veces hago caca blanda y pastosa e incluso cacaceitosa si he tomado vino).

Hoy estoy bastante decepcionado (más aún si cabe) conmigo mismo: me hice una pizza integral pensando en que haría un hermoso chorizo y en 3 veces que fui al Pantagruel de la Caca sólo pude hacer pastacaca que se hundía en el agua, y en poca cantidad.
 
Yo estoy por hacerme un audiolibro (hola Darkiano!) con los posts de Víctor I.
Patizambo, llevo 10 años limpiando cacas ajenas, de todos los colores, texturas y aromas posibles. Igual y en un día tonto recuerdo el meconio de mis hijos o esas cacas con aroma a requesón que hacían cuando eran bebés de teta. Puedo reírme incluso cuando evoco tiernos momentos de risas y diversión en la bañera que acababan bruscamente cuando un cagarro salía a flote. Serán los años , pues la gente cambia, así como cambian sus truños según crece. O será que ver, oler y tocar heces se ha convertido en algo tan rutinario para mí que tan solo siento placer cuando me entra el apretón y compruebo con alegría que el baño no está ocupado como siempre (y soy la primera en entrar) y consigo mi minuto de gloria sin que TODO EL MUNDO tenga la imperiosa necesidad de entrar a preguntar/pedir/charlar.
 
Supongo que le pasará a más gente, pero a veces parece que las tiro con efecto. Se sumergen en el agua y se van por el desagüe buceando.
 
No sé si se ha comentado porque este hilo avanza a una velocidad de la hostia y no me da tiempo a ponerme al día antes de salir de casa, pero apretar para cagar como normalmente se hace, intentando sacar el intestino para fuera, es la forma más rápida de tener almorranas. Me lo explicó un amigo que es muy buen fisio y que además ha padecido estreñimiento media vida. Por lo visto un buen fisio ha de saber de cómo cagar mejor. Lo que hay que hacer para soltar lastre de manera saludable es sacar barriga, si vas estreñido y el alcohol no te lo soluciona, poner el antebrazo a modo de resistencia entre las piernas y hacer fuerza como si quisieras juntar las rodillas (pero no puedes porque tienes el brazo entre ellas).

Yo soy del ojete tímido y muy mal me tengo que ver para defecar fuera de mi cueva. Cuando era mozo y me iba de festivales plantaba un pino de despedida y hasta la vuelta no volvía a evacuar al octavo pasajero. Las drogas, el alcohol y la comida basura acumuladas producían entes ectoplásmicos que blasfemaban en hebreo.

Esta costumbre de cagar solamente en mi terreno ha sido culpable de alumbramientos a niños mulatos que salían con la comunión hecha y se negaban rotundamente a irse por el desagüe. A alguno le tuve que dar muerte al estilo Breaking Bad, disolviéndolo con productos químicos, porque ni asestándole puñaladas con la fregona había manera de que colase.
 
Max_Demian rebuznó:
Supongo que le pasará a más gente, pero a veces parece que las tiro con efecto. Se sumergen en el agua y se van por el desagüe buceando.

Ostias, el misterioso caso de la cacanstama.

Solo me ha pasado una vez en la vida, eche el tronco al aserradero, me voy a limpiar, y me sale el papel limpio, miro al agua, y no hay zurullo ni marcas de frenada.

Estuve un rato largo considerando seriamente si de verdad habia cagado o me lo habia imaginado, porque al haber sido todo tan rapido, ni siquiera olia a mierda en el baño.



En otro orden de cosas, esto me paso durante una epoca que a mi madre le dio por comprarme para desayunar cereales de estos all bran con fibra, los cuales, aparte de que la cucaña de crocanti salga como un torpedo de terciopelo, tiene el curioso efecto conocido como "embolo". Es decir, segun lo ingieres, eso hace masa critica, y discurre por las tripas sin fisura alguna en su estructura, ni escape de aire entre esta y las paredes intestinales, por lo que va empujando todo lo que pilla para delante sin excepcion.

No recuerdo haberme tirado mas pedos que esa semana en concreto, ademas que salian con una presion inusitada, parecia que me fueran a hinchar los calzoncillos como un paracaidas.
 
iskariote rebuznó:
No...Lo que hay que hacer para soltar lastre de manera saludable es sacar barriga, si vas estreñido y el alcohol no te lo soluciona, poner el antebrazo a modo de resistencia entre las piernas y hacer fuerza como si quisieras juntar las rodillas (pero no puedes porque tienes el brazo entre ellas)

Efectivamente. Y mejora aún más la cosa si enarcas las cejas como si te encontraras de frente con un unicornio, estiras el cuello como si quisieras tocar el techo con la cabeza y los pies los apretas uno contra el otro tal que como si tuvieras que sostener a pulso con ellos un yunque de 35 kilos.

A mi también se me ralentiza el ritmo defecatorio cuando estoy fuera de casa. Si me tiro más de dos días fuera y no vacío intestinos, me encuentro especialmente incómodo. Lo soluciono normalmente haciéndome una lavativa con la manguera de la ducha del hotel. Alguna vez también tengo comprado una ídem en una farmacia. Pero prefiero la ducha, porque con el agua calentita a la temperatura corporal se hace mucho más placentero el momento.

Benito rebuznó:
...No recuerdo haberme tirado mas pedos que esa semana en concreto, ademas que salian con una presion inusitada, parecia que me fueran a hinchar los calzoncillos como un paracaidas.

En el pueblo de mi padre, hace muchos años ya, había una señora, una tal Erundina, brutísima ella, que decían que era capaz de bajarse las bragas a pedos. Yo nunca lo vi, pero me contaron que entre varios juntaban unos duros, se los pagaban y ésta les hacía el espectáculo.
 
Tools of the trade rebuznó:
y consigo mi minuto de gloria sin que TODO EL MUNDO tenga la imperiosa necesidad de entrar a preguntar/pedir/charlar/que le chupen la posha.

Ahora se entiende mejor lo del minuto de gloria.

Cuando me ponía, asi en general, era llegar el viernes y recibir el SMS del colega para quedar y subir a por la farla y entrarme unas ganas que pa qué. Y sueltecito, nada de apretao.
 
Tools of the trade rebuznó:
llevo 10 años limpiando cacas ajenas, de todos los colores, texturas y aromas posibles.

anda mira, un ingeniero agrónomo.
 
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