Método educativo Perrinnori hace furor en Twitter.

No es cuestión de un móvil, es cuestión de si como padre tragas con imposiciones sociales con las que no estás de acuerdo sacrificando lo que para ti es lo correcto para tu hijo a cambio de una aceptación social. Ese es el drama, y no otro.

P.D: Haría lol poder ver por una mirilla cómo al mestro chino de kung fu le comía las pelotillas por detrás del culo a voluntad la alegre Amelie, por cualquier esquina de un pueblo Amish standard. La puta risión, joder. Y que en vez de gatos hubiera dingos, por si se le ocurría volver a empujar a un animal por la ventana.
 
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Hace bien, que ostias, a pajearse usando la imaginación
Y tiene toda la puta razón el hombre este.
Un padre como es debido y ya estamos tardando en decirle que se haga forero de este pantano si es que no lo es ya

Los cojones le compra el móvil al crío para que no haga el subnormal en redes sociales, pero bien que va a pregonarlo en Twitter como si fuese la noticia del año y ante un público enfervorizado.

Menudo doble rasero, el puto subnormal.

Mis hijas no tienen móvil ni lo tendrán hasta que no estén preparadas para ser foreras.
 
indudablemente viven mejor los nenes de ahora, con de todo.

Y son más gilipollas, dilo todo. Hete aquí una prueba irrefutable: Las gentes de la pre/posguerra eran invariablemente gente que se vestía por los pies, con principios arraigados hasta el hipotálamo. Así valía para ir a una revolución como para encarar el pelotón de fusilamiento con la mirada bien alta y la honra intacta. Eso era así.

Ahora dile a alguno de estos endebles que se quedan sin internete un día. Lloros y lamentos cuan emos de mierda, inopinadamente.

Yo no le compraba el móvil al crío, por marica. Así te lo digo.
 
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Con el asunto videojuegos, tres cuartos de lo mismo. Recuerdo que compre —aunque tarde–, la Master System II. Como dije, tras la experiencia de la espada de He-Man, mejor olvidarse de la opción de pedírselo al "serio" (mi padre), por tanto, entre mi hermano, un primo y yo nos dejamos quincemil pesetas en consola, que nos sabíamos el Alex Kid in Miracle World de memoria Los cartuchos los comprábamos de segunda mano y los intercambiábamos con gente del barrio por semanas. ¿Quién hace eso de hoy en día? Cada crío con su consola y sus subscripciones,... indudablemente viven mejor los nenes de ahora, con de todo.
Con esa edad tenía yo que ir, era el menor de la casa, a por agua a la fuente de había a las afueras del pueblo porque en Las Hurdes hasta hace nada no había agua corriente ni alcantarillado. Y ay de mí como llegase a casa mi padre o mi madre y no hubiese agua para que bebiesen las bestias o para beber los demás. Me daban unas buenas hostias y corriendo con el cántaro a por agua, fuese de día o de noche, hiciese un calor tórrido o un frío glaciar, lloviese o atronase. Y descalzo. De camino pasaba cerca de las ventanas y oía en el interior de las casas como otros niños jugaban a eso que dices tú de las maquinitas eléctricas. Me los imaginaba felices, en el calor del hogar, con su madre preparándolos una hamburguesa o una pizza y su padre comentándoles los planes para el finde de ir de caza o al fútbol. Cuando llegaba a la fuente y ponía el cántaro en el caño, intentaba llorar, pero no podía porque el manantial de mis ojos estaba seco ya.
 
Buen padre es aquél que le compra cosas a su hijo para que no sea rarito, o sea, porque todos los demás tienen, si señor.
A mi me decían " y si tus amigos se tiran a un pozo tú también te tiras?"
Pues eso, que hay que comprar cosas que necesite, no cosas que te hayan dicho que necesita

Un teléfono todavía es práctico. Al final se trata de no condenar a tu hijo a ser un baneado social.
 
Con esa edad tenía yo que ir, era el menor de la casa, a por agua a la fuente de había a las afueras del pueblo porque en Las Hurdes hasta hace nada no había agua corriente ni alcantarillado. Y ay de mí como llegase a casa mi padre o mi madre y no hubiese agua para que bebiesen las bestias o para beber los demás. Me daban unas buenas hostias y corriendo con el cántaro a por agua, fuese de día o de noche, hiciese un calor tórrido o un frío glaciar, lloviese o atronase. Y descalzo. De camino pasaba cerca de las ventanas y oía en el interior de las casas como otros niños jugaban a eso que dices tú de las maquinitas eléctricas. Me los imaginaba felices, en el calor del hogar, con su madre preparándolos una hamburguesa o una pizza y su padre comentándoles los planes para el finde de ir de caza o al fútbol. Cuando llegaba a la fuente y ponía el cántaro en el caño, intentaba llorar, pero no podía porque el manantial de mis ojos estaba seco ya.


Flaco, lanudo y sucio. Con febriles
ansias roe y escarba la basura;
a pesar de sus años juveniles,
despide cierto olor a sepultura.​


Cruza siguiendo interminables viajes
los paseos, las plazas y las ferias;
cruza como una sombra los parajes,
recitando un poema de miserias.​


Es una larga historia de perezas,
días sin pan y noches sin guarida.
Hay aglomeraciones de tristezas
en sus ojos vidriosos y sin vida.​


Y otra visión al pobre no se ofrece
que la que suelen ver sus ojos zarcos;
la estrella compasiva que aparece
en la luz miserable de los charcos.​


Cuando a roer mendrugos corrompidos
asoma su miseria, por las casas,
escapa con sus lúgubres aullidos
entre una doble fila de amenazas.​


Allá va. Lleva encima algo de abyecto.
Le persigue de insectos un enjambre,
y va su pobre y repugnante aspecto
cantando triste la canción del hambre.​


Es frase de dolor. Es una queja
lanzada ha tiempo, pero ya perdida;
es un día de otoño que se aleja
entre la primavera de la vida.​


Lleva en su mal la pesadez del plomo.
Nunca la caridad le fue propicia;
no ha sentido jamás sobre su lomo
la suave sensación de una caricia.​


Mustio y cansado, sin saber su anhelo,
suele cortar el impensado viaje
y huir despavorido cuando al suelo
caen las hojas secas del ramaje.​


Cerca de los lugares donde hay fiestas
suele robar un hueso a otros lebreles,
y gruñir sordamente una protesta
cuando pasa un bull-dog con cascabeles.​


En las calles que cruza a paso lento,
buscan sus ojos sin fulgor ni brillo
el rastro de un mendigo macilento
a quien piensa servir de lazarillo.​
 
Con esa edad tenía yo que ir, era el menor de la casa, a por agua a la fuente de había a las afueras del pueblo porque en Las Hurdes hasta hace nada no había agua corriente ni alcantarillado. Y ay de mí como llegase a casa mi padre o mi madre y no hubiese agua para que bebiesen las bestias o para beber los demás. Me daban unas buenas hostias y corriendo con el cántaro a por agua, fuese de día o de noche, hiciese un calor tórrido o un frío glaciar, lloviese o atronase. Y descalzo. De camino pasaba cerca de las ventanas y oía en el interior de las casas como otros niños jugaban a eso que dices tú de las maquinitas eléctricas. Me los imaginaba felices, en el calor del hogar, con su madre preparándolos una hamburguesa o una pizza y su padre comentándoles los planes para el finde de ir de caza o al fútbol. Cuando llegaba a la fuente y ponía el cántaro en el caño, intentaba llorar, pero no podía porque el manantial de mis ojos estaba seco ya.


En los tiempos en que en las Hurdes todo estaba sin entramado sanitario (alcantarillado, etc) ocurría que en España todavía no se conocían las bondades del plato estrella italiano. Ni habían más de dos canales en el TV, etc.

Fake new de aquí a donde vive el mono baneado, shimo.
 
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A mí me regalaron mis padres mi primer móvil ya estando bien talludo y fue un regalo envenenado. Me lo dieron para que les llamase, porque me fui a la vendimia y no daba señales de vida. Me decían que les llamase, antes había unos teléfonos públicos en las calles que se llamaban cabinas de telefónica, pero yo pasaba totalmente y se les ocurrió que si tenía el móvil podrían llamarme ellos. A veces no lo cogía, pero era peor porque entonces se montaban sus paranoias y me llamaban de forma histérica con 10 llamadas perdidas en menos de media hora y cosas así. Como nunca he tenido muchos amigos ni ninguna novia, no gastaba apenas nada.
En fin, que Dios le da pan a quien no tiene dientes.
 
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Con esa edad tenía yo que ir, era el menor de la casa, a por agua a la fuente de había a las afueras del pueblo porque en Las Hurdes hasta hace nada no había agua corriente ni alcantarillado. Y ay de mí como llegase a casa mi padre o mi madre y no hubiese agua para que bebiesen las bestias o para beber los demás. Me daban unas buenas hostias y corriendo con el cántaro a por agua, fuese de día o de noche, hiciese un calor tórrido o un frío glaciar, lloviese o atronase. Y descalzo. De camino pasaba cerca de las ventanas y oía en el interior de las casas como otros niños jugaban a eso que dices tú de las maquinitas eléctricas. Me los imaginaba felices, en el calor del hogar, con su madre preparándolos una hamburguesa o una pizza y su padre comentándoles los planes para el finde de ir de caza o al fútbol. Cuando llegaba a la fuente y ponía el cántaro en el caño, intentaba llorar, pero no podía porque el manantial de mis ojos estaba seco ya.

Oliver Twist a tu lado es Richie Rich.
 
Tan fácil como darle móvil, hacerse una cuenta fake de chavala de su edad y agregarlo para tenerlo controlado. Yo ya lo tengo planificado para cuando cumplan los 17.
 
Tan fácil como darle móvil, hacerse una cuenta fake de chavala de su edad y agregarlo para tenerlo controlado. Yo ya lo tengo planificado para cuando cumplan los 17.
a los 17 ya tiene el coño mas dado que si que la bernarda, pero tu en que mundo vives.
 
En los tiempos en que en las Hurdes todo estaba sin entramado sanitario (alcantarillado, etc) ocurría que en España todavía no se conocían las bondades del plato estrella italiano. Ni habían más de dos canales en el TV, etc.

Fake new de aquí a donde vive el mono baneado, shimo.
Se le está yendo de las manos el muñeco de ninio de la tierra sin pan.

El tipo del tweet es gilioollas de libro. Coarta a si hijo para que no abuse ni se exponga a las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea, y va él sale al ruedo en el Twitter como un Miura
 
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a los 17 ya tiene el coño mas dado que si que la bernarda, pero tu en que mundo vives.
Ves, este es de los que te decía yo antes. Gente que te cuentan sus mierdas de padres y que por dentro te parecen unos subnormales perfectos. Además Señor del quinto es uno de los foreros más grises y tristes de este foro, yo le tengo mucho aprecio.
 
¿Peeo habeis bisto el tuiter de ese hijo de su madre?, ese moñas no tiene dos dedos de frente ni para criar una tortuga en una pecera.
 
No es fácil criar una tortuga. Se me morían al poco de tenerlas cuando niño era.

Seguro que era una muerte lenta.

La infancia de los niños esta perdida...el 95% de la chavalada ni lee, ni escribe, ni pinta...todo el puto día con las tablets. Se esta digitalizando de una manera brutal.
 
¿No os pasa a vosotros, me refiero a los foreros estériles, que todo este mundo de las angustias paternas por las adolescencias de los hijos/as, os resbala cosa mala?
yo es que dorectamente pongo el cerebro en off cuando empiezan a hablar de cosas de carapadres... me importa una soberana mierda

Tal cual.

Y ahora lo que sigue es que se pase el pterodáctilo granadino por el hilo, para recordarnos que “tener hijos es una bendición” :lol:
 
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Espérate que el afanoso niño Verruguita aplacaba la sed de las bestias, además de las otras bestias que eran su propia familia, a base de viajes a la fuente con un cántaro.

Una trola así no se le ocurre ni a Curro Jiménez, es una trola-hazaña digna del mismísimo Hércules, por no hablar de las picsas.
A este ya se le ha ido de las manos el asunto y nesesita halluda.
 
El tipo del tweet es gilioollas de libro. Coarta a si hijo para que no abuse ni se exponga a las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea, y va él sale al ruedo en el Twitter como un Miura

Uno que curraba conmigo de chapador, se llevaba de peón al hijo que tenía dos años menos que yo. El tipo plantaba yerba en el chalet para tener todo el año, se fumaba los pies todo el día metido en cuartos de baño pequeñajos que venían allí las parejas y las viejas a ver las viviendas y lo flipaban. Un santo varón. Y al hijo no le dejaba fumar nada más que tabaco. Pero no en plan de buen rollo que no, sino en plan de que si te veo fumar te casco.

La verdad es que ser padre es un papelón. Yo me partía la polla cada vez que iba y lo veía allí chapando todo fumao con un leño en la boca, y el hijo que le tocaba irse a fumar a escondidas de lo que pillaba por ahí.
 
Putos niños (pijos) gritando uno, que su teléfono hacía mejores fotos que el iphone 11 de la gordaca detrás del de la chaqueta azul, imagino que tendría otro gama alta. De verdad que me alegro de que les roben los móviles a esos gilipollas

Qué mala es la envidia. Seguramente ud nunca escuchó aquello de que “la mejor venganza es vivir bien.” Lo otro que noto es un tufillo podemita que tira para atrás.
 
Menudo invent, que los compañeros de clase de sus hijos les enviaban mensajes a las 11 de la mañana con ordinarieces, pensando que el móvil lo tenían ellos, claro que sí.

Le estoy cogiendo un asco a todo el afán de protagonismo y ansias de aplausos y laiks y demás lamidas escrotales, que empieza a sobrepasar los límites ya. Cogía al tuitero y le metía el smartphone y el tuiter entero por el ojaldre, y a continuación a sus hijos y a los compañeros de sus hijos, a ver si se quedaba a gusto o todavía quedaba hueco para un volquete de menas.
 
Tener una hija y que te pida un smartphone con datos ilimitados para Internet.

Para unos padres, los más conscientes, les traerá sudores fríos y la seguridad de que es el principio del fin.


Para los más imbéciles, se auto engañaran pensando que sus hijas son seres de luz que solo lo usarán para hablar con las amigas, pobres ilusos.


Pero lo peor son los hijos con móvil: adiós a dedicar tiempo a formarse, hola a entrar en la gran ruleta rusa de ser acusados de acoso y violación de jóvencitas, con las consecuencias que ya todos conocemos.


Es lo que hay, no haber tenido hijos.
 
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