Benito rebuznó:
En una excursión durante la EGB a un pueblecito de la sierra madrileña, nos metieron en barracones separados críos de crías, creo que fue en 7º, con lo que ya había peligro. Por aquella época yo seguía siendo sonámbulo (de los de verdad), pero los profesores no estaban avisados. El caso es que fue en invierno, y fuera nevaba con cierta fuerza, lo que parece ser que me espoleó más en mi vuelo nocturno. Recuerdo que la noche empezó bien, ya que mientras trataba de dormir ignorando las conversaciones de varios compañeros hijos de puta "
hostia quillo, la Tere tiene las tetas más grandes cada día", "a mi la que me gusta es la Noemí, que me ha dicho el Rafa que le ha hecho una paja con la boca", "¿quién se apunta a ir pa su barracón? ¿a que no hay cojones?, etc, no podía dejar de pensar que me estaba cagando vivo, pero por el frío ni de coña iba a salir (los wc estaban en un pasillo largo que comunicaba los barracones con el resto del edificio, y allí no había mucha calefacción. No sé cuándo me dormí, pero evidentemente nadie tuvo cojones de ir a donde las tías para ver qué estaban haciendo, principalmente porque había dos profesoras durmiendo con ellas, y las dos tenían una mala hostia que amedrentarían al puto Rancor si lo tuvieran delante.
Al día siguiente descubrí que me había levantado sin que nadie se diera cuenta, había salido al pasillo cerca de la puerta que comunicaba con la entrada del edificio principal, y allí, tranquilamente solté un chorongo de proporciones ciclópeas, una auténtica mierda de megalómano, para después, tranquilamente volver a la cama sin que nadie se diera cuenta. Cuando me desperté, noté un fortísimo olor a mierda que inundaba el dormitorio, donde todos mis compañeros trataban como locos de averiguar el origen del pestazo. Soltando gritos de queja como el que más, me fui volando a los servicios, donde constaté que era yo la fuente del insoportable hedor, ya que había cagado y no me había limpiado el culo. Me enjaboné como un loco, gasté como 2 rollos de papel para limpiarme, y al final acabé duchándome (secándome con una diminuta toallita de mano), para terminar, escogí entre tirar los calzoncillos y volver sólo con la camiseta al dormitorio, exponiéndome al escarnio total, o seguir con la mierda delatora y que saliera el sol por Antequera. Escogí el dolor. Tiré los calzoncillos al wc (no sé cuántas veces tiré de la cadena), y salí con la frente bien alta del baño. Al volver al dormitorio, literalmente me crucificaron cuando vieron que no iba desnudo de cintura para abajo, y que la excusa que solté no se la tragaba ni Dios "
es que me he hecho una paja esta noche y huelen fatal". Eso no había por dónde cogerlo, TODOS se habían hecho pajas la noche anterior y TODOS se habían limpiado con los calcetines o los calzoncillos, y nadie se quejaba de olores, o bien yo era maricón florido, o la peste a mierda venía de mi inocente culo. Literalmente, la cagué.
Como era de esperar, tuve que limpiar la mierda y pedir disculpas a todo el mundo, ya que un hijo de puta (Juanito el rata) se chivó de mi hazaña nocturna. Las dos únicas cosas que me devolvieron un mínimo de dignidad, fueron que convencí a mi profesor de Naturales (Andrés, espero que sigas bien, estés donde estés) para que llamara a mi casa y comprobara que efectivamente yo era sonámbulo, y que cuando volvimos a la civilización, Juanito el rata aprendió que no se debe chivar uno tan rápidamente, y que hay que dejar que las cosas sigan su curso sin intervenir.
Y fin.