Eres tímido.
La última vez que saliste de fiesta viste a una rubia buenorra con la falda demasiado corta y te entró miedo, mucho miedo, y ganas, muchas ganas.
Finalmente te decidiste a pasar por su lado pensando en que lo podías intentar, aunque en ese momento un cani de 1,86, pinta de hacer "ki bosin" (o al menos así lo pronuncuaría él) y saber usar la navaja como Leo Messi maneja el balón, se aproximó a ella dejando claro que esa puta tenía novio, ello hizo que fingieras ir hacia el lavabo, pero eso sí: tu codo. Tu codo milimétricamente rozó su antebrazo, y eso fue más que suficiente para que al volver a casa y acostarte en la cama pensaras excitado en que la tocaste. La cosa acaba en paja y mañana otra dia.
Ese eres tú.