ruben_vlc rebuznó:
El tipo de Marlboro fue escogido como el personaje de ficción más influyente de la historia.
Ya. Sólo quería decir eso.
Desconocía este dato, pero eso nos da una idea de lo manipulable y gilipollas que puede ser la raza humana.
Podríamos hablar también de los tatuajes y piercings como las nuevas formas de adornar los cuerpos de los hombres y de como han variado las costumbres.
Yo recuerdo que hasta hace muy pocos años, casi nadie llevaba tatuajes y el llevar uno era una auténtica vergüenza, pues sólo lo exhibían gente de mal vivir, chusma, presidiarios, algún legionario imbécil y alguna que otra puta.
Eran tatuajes muy pobres y muy mal diseñados, recuerdo que uno muy típico era una frase "amor de madre".
Otro muy típico era llevar la silueta de una mujer desnuda y el nombre de la susodicha como una corona. La cabronada venía cuando te gustaba otra mujer o la que tenías tatuada te dejaba porque se había ido a comer pollas por ahí. No había manera de arreglar el desaguisado.
Por otra parte algunas gitanas y gitanos llevaban los nombres tatuados de sus hijos en los brazos de manera bastante burda, dandose el caso de tener que hacer malabares con las letras de los nombres, al tener un hijo cada año, y empezar a escasear el espacio y la manera de ahorrar piel era poner los nombres con letras cada vez más diminutas. (En otras cosas no sé, pero de follar estos pájaros no se privan).
Muchas actrices se han tatuado, provocando que millones de chicas en todo el mundo se lancen a imitarlas con mayor y a veces lamentable fortuna. El ejemplo más conocido es Angelina Jolie, en el extranjero y Elsa Pataky en España.
Ahora voy a hablar de los pendientes. Esto si que merece una mención especial. Si los tatuajes eran una vergüenza y un símbolo social de pertener a una minoría despreciable, un hombre con pendientes ha sido durante muchos años impensable.
No sólo era impensable, si no que el hombre que los llevaba, se arriesgaba a recibir toda clase de insultos, palabrotas y se arriesgaba a ser incluso agredido por ser tachado de "maricón".
Durante muchos años jamás vi a nadie que tuviera los santos cojonazos de ir con pendientes.
Y el primer hombre que vi con uno, recuerdo que era un catalán allá por el año 89 con el cual coincidí en el ejército y que por cierto se le infectó la oreja y la llevaba negra.
En mi opinión el tema de llevar tatuajes tiene un pase, en especial si se es mujer, reconozco que me llaman mucho la atención y me excitan.
Por el contrario, los piercings y pendientes en el ombligo, la nariz, la ceja, el labio, o en el coño, no me ponen en absoluto.
¿Vosotros que opinais?
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