hitsfromthebong
Veterano
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Pues no sé si se fue a Mashorca, pero sí le puedo decir, señor Gintonic, que yo me la encontré en el ferry que va de Ibiza a Formentera. Íbamos dos colegas y mi persona de empalme de un fiestón en el Circoloco (DC10) a relajarnos en las playas formenterianas cuando, en un rincón de la cubierta del bateau, estaba ella fumándose un cigar ahí to agusto mirando el mar. Echando hostias le pedí un Chester a uno de los que venían conmigo y me acerqué a pedirle fuego. Me lo dio y automáticamente empecé a comerle la oreja, pero no llevaba ni cuatro palabras pronunciadas cuando me espetó: "estoy con una amiga si no te importa, ¿vale?", que venía a querer decir "déjame en paz, yonkigitano con la cara echa un cristo por la drogaína y el fiestón". Me retiré mirándole descaradamente el culo y no la molesté más. Luego me dediqué a buscarla enfermizamente con la vista por todos los rincones de la isla, pero no hubo suerte.Esta tía fue un pelotazo de cojones. De ser una persona anónima a copar todas las portadas de todo y todas las entrevistas y todos los espacios como si hubiera bajado la virgen del cielo. De la nada al todo para volver a la nada, y todo porque estrenó tres pelis casi seguidas -la infame Tengo una casa, Hola ¿estás sola? y Tierra- y todo el mundo se la rifaba. Por algún motivo decidieron hacer el preestreno de Tierra en mi facultad, y allí que fui con mis colegas de clase. No la habíamos visto en ningún lado, claro, y todos flipamos. Todos salimos enamorados de ella. En mi puta vida me había empalmado en un cine viendo a una tía bailar hasta que vi Tierra.
Silke fue un pelotazo absolutamente demencial. Una vez me la crucé por la calle y lo flipé de lo ultrabuena que estaba y del allure que iba desprendiendo.
Y después, la nada. Después desapareció, agobiada por los focos y los medios, y creo que se fue a hacerse jipi a Mallorca o algo así. Veintiséis años han pasado y aún se recuerda a esta tía cuyo fulgor duró apenas un año, pero brilló como pocos.
Qué colección de jacas, madre mía. Todas frescas, cada una distinta y todas naturales. Sin pintarrajos, sin uñas postizas, sin poses sacando el culo como un mandril en celo. Tienen todas una ligereza y una frescura que las que ocupan sus lugares hoy día no tienen. Y sonríen, sonríen todas, están contentas y felices -¡como para no estarlo!-, y ninguna va con cara de mala leche ni gruñen ni eran portavoces de ideologías de mierda como hoy lo son todas.
Me encantaría contarle que me la focké a saco en los servicios del barco o en una cala por ahí perdida, pero no, me mandó al carajo a toda velocidad. Bueno, al menos tuvo el detalle de darme fuego y llegué a oler, gracias a la brisa marina que me venía de cara, su perfume, que no sé si sería de los caros o una mierda jipi, pero olía de puta maiden.