Parece ser que en las cámaras de seguridad no se aprecia más que algún empujón y enfrentamiento dialéctico.
En otro orden de cosas hoy hay un Clippers-Chicago y vengo aquí a confesarme, porque realmente yo no entré a la NBA más que por Pau Gasol, eso sí, me metí hasta la cocina porque a base de muy poco sueño y una adicción enfermiza me vi casi todos sus partidos en los años de contender, también todos los que pude de Marc, Rudy, el chacho y Garbajosa... Soy un paleto de la ÑBA, ahora conozco bastante bien la liga pero llegué aquí por culpa suya y por eso odio visceralmente a Chris Paul y a Griffin. Nada me dolía más que verlo sufrir contra los Clippers en unos Lakers en barrena, por suerte se tomaba la familia sus pequeñas venganzas por medio de Marc, recuerdo un partido contra los ositos justo después de los mates vergonzantes de Griffin en la cara de Pau y aquel pique en el que le cogió la cabeza a Chris Paul mientras le llamaban blando. Fue el peor partido de Griffin y Paul en tiros de la temporada. Griffin ni siquiera llegó a tocar el aro y Paul no se atrevía a penetrar porque allí había un catalán de muy mala hostia herido en su orgullo de hermano, repartiendo contacto físico y sin miedo a lesionarlos, sino más bien al contrario, hostias como panes de pueblo.
Hoy, después de dos años de miseria es el día en el que tengo la esperanza de que ocurra algo que pensé que jamás llegaría a pasar ya, que Pau vuelva a ser el que fue y pueda resarcirse contra Griffin y Paul. Dios perdone mis ojeras mañana.