Las primeras Champions noventeras tienen una mística especial.
Intro de la primera Champions, la de 1992-93
En la anterior temporada (ganada por el Barça) ya había habido una liguilla, pero no era oficialmente Champions League.
En esta no hubo participación española, porque el Barça perdió en la previa con el CSKA Moscú (me acuerdo yo de la remontada que nos hicieron los hijos de Putin en el Camp Nuevo). Por supuesto era una Champions pura, donde sólo los campeones de sus ligas participaban.
Constó de dos grupos:
Marsella
Rangers
Brujas
CSKA Moscú
Milan
Goteborg
Oporto
PSV
Los ganadores de ambos grupos, Marsella y Milan, se enfrentaron en la final. Ni semis ni pollas. Romario, del PSV, fue el máximo goleador con 7 dianas.
La siguiente temporada fue la 93-94, y la Champions seguía buscando su modelo y formato ideal.
Esta vez nuestro representante (como no, el Barça) no se dejó sorprender y superó en las previas a Dynamo Kiev (no sin apuros) y Austria Viena.
Nuevamente dos grupos:
Barcelona
Mónaco
Spartak
Galatasaray
Milan
Oporto
Werder Bremen
Anderlecht
Esta vez hubo semis, pero fueron curiosas. Eran a una vuelta en el campo del ganador de grupo. En ellas el Barça apeó al Oporto y el Milan al Mónaco. De la final, de infausto recuerdo, no hace falta hablar.
Por alguna razón recordaba al Anderlecht en aquellas primeras Champions.
Increíblemente un defensa, Ronald Koeman, fue máximo goleador de aquella Champions con 8 goles, junto a Wynton Rufer, aquel delantero neozelandés del Werder.