¿Os ha puesto burro alguna prima vuestra? Historias familiares

A mi también me pasó algo similar con mi prima, lo típico de las guarradas y los médicos cuando se es un niño pero de mayor nada de nada y eso que esta buena... El problema es que esta pasando un mal momento ahora mismo y atacarla sería -a parte de incestuoso- algo rastrero... Me la he cascado pensando en sus dos melones como el que más...
 
un verano mis padres, debido al trabajo, no pudieron coger (¿sabéis que había escrito coger con j? así de cateto y de subnormal soy) vacaciones y mis tios se ofrecieron a llevarme con ellos y mis primos, cual seria mi sorpresa cuando un dia mi tia, estandoyo sentado a la mesa del apartahote merendando) se saca una teta y me dice: A que no esta mal?

yo con mis 13 años no pue mas que decir un timido si e ir corriendo a hacerme un pajote al baño...que japuta.
 
Mi padre murió en un accidente en el trabajo el día de mi decimotercer cumpleaños. Alguno puede que recuerde la noticia. Un viaducto que se desplomó cuando lo estaban probando para abrirlo al tráfico. Era un hombre muy joven, mis padres me tuvieron cuando aún eran unos adolescentes.

Mi madre no podía dormir sola. Solo conciliaba el sueño cuando me metía en su cama. Me acariciaba el pelo entre lágrimas hasta que al fin caía rendida de puro cansancio. Pasaron las semanas y llegó el verano. Ella dormía con un modesto camisón de raso. Sus formas femeninas quedaban ocultas bajo esa pieza de tela. Era la noche más tórrida que conozco. El sudor me caía por las sienes, yo me movía buscando la pequeña corriente de aire que entraba por la ventana abierta. El molesto ruído de las chicharras me retumbaba en la cabeza. Mi madre se levantó de la cama. Tenía el cabello empapado en sudor, la rubia melena se le pegaba a los hombros. En un solo gesto se despojó del camisón y lo dejó en el suelo. A la luz de la luna pude ver el cuerpo más femenino que nunca ví. Tenía unos enormes pechos, unos pezones negros como la boca del infierno, su vientre brillaba a causa del sudor. Un pequeño riachuelo dorado bajaba desde su ombligo hasta desembocar en un encendido mar. La sombra que la cama proyectaba contra el fondo de la habitación hacía que no se acertara a adivinar si sus piernas tocaban o no el suelo, haciéndolas más largas y estilizadas de lo que en realidad eran.

Se tumbó pesadamente en su lado de la cama. Yo solo quería abrazar aquel cuerpo. No era nada sensual lo que sentía, era una especie de incontrolable atracción hacia algo tan bello. Tan femenino. Me situé a su espalda. Puse mi mano en su hombro. La deslicé hacia abajo por todo su brazo, notaba erizarse cada vello tras el paso de mi mano, hasta llegar a las yemas de sus dedos. Al llegar a su mano advertí que me la agarraba. Con mimo me sujetó la muñeca. Dirigía ella mi mano ahora por su vientre, haciendo círculos alrededor de su ombligo. Luego la subió hasta sus tetas. Tenía los pezones duros, movía mi mano grácilmente de un pecho a otro. La bajó, tan delicadamente como antes la subió. Ahora me encontraba acariciando su monte de venus. Luego sus muslos. Por último noté una cálida humedad, tenía la mano en su vulva. Nunca antes había tocado una, tampoco creía que fuera así. Tenía un tacto como de una especie de tejido desconocido para mí, como un terciopelo aún más delicado. Gimió. Me asusté y retiré la mano, creía que le había hecho daño. Me la cogió y la situó de nuevo en su coño. Se estaba masturbando con mi mano adolescente. Cerró las piernas en torno a ella y comenzó a mover las caderas. Sus nalgas de piedra me rozaban la polla que ahora tenía a punto de estallar. Yo ya me masturbaba, no creais que no sabía lo que sentía. Pero nunca había estado tan cachondo. Su mano ahora libre comenzó a buscar dentro de mi pantalón. Me liberó la polla y comenzó a meneármela. Seguía dándome la espalda, todavía no había articulado ninguna palabra, pero yo la estaba masturbando y ella a mí.

Cuando quiso algo más que mi mano, se liberó de ella y se dió la vuelta. Me tumbó boca arriba, se sentó a horcajadas sobre mí y se metió mi polla de un tirón en su aún estrecho coño. Me estaba desvirgando. Mi madre me estaba desvirgando. Yo quería cerrar los ojos, pero no podía dejar de mirar aquellas tetas, su cara henchida de gozo. Tenía la barbilla apuntando hacia arriba, se mordía el labio inferior -ahora no puedo ver a una mujer morderse el labio inferior sin tener una erección- sus ojos estaban fijos en algún punto entre el cabecero de la cama y el techo, su cuerpo subía y bajaba, pero sus ojos seguían inmóviles fijos en aquel punto. Creo que en todo el rato no me miró a la cara, algo que yo agradecí.

La experiencia me superaba. No podía obviar que era mi madre la que me estaba follando, tampoco quería perder detalle de cada rincón de su cuerpo, quería inmortalizar en mi cerebro cada poro de su piel. También estaba pendiente de las sensaciones. Ese cosquilleo que producía su vello en la base de mi polla, la calidez y la humedad de su vagina, mi capullo rozando alternativamente sus paredes y su cérvix, podía distinguir su suavidad y su delicada rugosidad, alternativamente. La piel de mi glande subiendo y bajando. Sus uñas clavadas en mi pecho.

Ella empezó a gemir más quédamente, como queriendo oírse solo ella, noté que yo empezaba a estar de más, que me iba haciendo invisible. Se movía más rápido y menos rítmicamente. Su coño se iba haciendo más pequeño, abrazaba a mi polla, cada vez que ella se levantaba parecía querer expulsarla cuando de nuevo se volvía a sentar sobre mí. Por fin noté, un último gemido quedo de ella mediante, como por entre mis muslos se deslizaba una viscosa sustancia. Ella se quedó muy quieta, se levantó, me dió la espalda y, a cuatro patas y tratando de recuperar la respiración, me ofreció su culo. Me situé detrás suya y torpemente traté de metérsela en el coño. Era la primera vez que me veía en esa situación, era realmente difícil. Noté como su mano me la sujetaba, notó que aún seguía con la polla dura y la dirigió hacia su agujero del culo. Aquello sí que era realmente nuevo para mí. Nunca había follado antes, claro, pero tenía una idea muy fiel a la realidad, pero nunca antes había tomado en serio a aquellos críos que en el colegio decían que se podía follar también por el culo. Ni lo había visto en ninguna revista de esas que compartíamos algunos chavales. Lo tomé como una equivocación por su parte, pero no me atreví a decir nada, ella todavía no había dicho ni una palabra y yo no me atrevía a hablar. Así que hice lo que se suponía que tenía que hacer. Empujé. Primero tímidamente, podía notar como mi polla se doblaba sin poder penetrar su culo. Más fuerte después. Advertí como mi capullo se introducía por aquel estrecho agujero. Me sentía morir de gusto. Como poseído empujé con todas mis fuerzas, introduciendo de un tirón la polla entera por el culo de mi madre. Ella gimió. De dolor, pensé. Ya no me importaba. Yo solo podía meterla y sacarla, meterla y sacarla. Estaba disfrutando aquello como nunca antes había disfrutado nada. Cualquiera diría que aquella noche marcó la frontera entre mi niñez y mi juventud. Nunca me he sentido más niño que esa vez. Gozando el instante como si no existieran el pasado y el futuro, como si nunca más fuera a amanecer. Solo existíamos yo y aquel rotundo trasero.

Ella ahora gritaba, nada de gemidos o morder las sábanas. Gritaba como si la estuvieran apuñalando con un estilete empapado en vinagre. De pronto habló. La primera palabra que me dijo desde la cena. -¡Pégame! No podía hacer otra cosa que hacerle caso. Le dí un azote en un cachete. -¡Más fuerte! -Insistía. Le dí otro azote, esta vez más fuerte. -¡Más fuerte! -La que dijo esto último ya no era mi amante, volvía a ser mi madre, era una orden. Aquello me sacó de mis casillas. La ví como mi madre, me sentí mal. Fatal. Me sentía sucio, pensé en mis trece años, en todos los días juntos. En sus caricias, en sus azotes, sus regañinas, sus cuentos, nuestros juegos. Recordé a mi padre. Recordé cuando íbamos juntos a la playa. Me sentí morir. Iría al infierno sin solución. Como poseído comencé a golpearla con todas mis fuerzas. Primero el culo, la espalda. Le tiré del pelo haciendo que ella volviera su cara, le solté un puñetazo en la nariz. Ella se dejó caer en la cama. Seguía pegándole y arañándola, ella ya no gritaba, ahora gemía cada vez más quedamente, como antes, yo se la metía todo lo profundo que podía sin dejar de golpearla en ningún momento. Quería golpearla por robarme mi inocencia, por mostrarme ese nuevo camino que sería mi perdición. Ella quería ser castigada. Sus orgasmos cabalgaban uno encima del otro igual que yo cabalgaba sobre su culo. Enrollé en mi mano un mechón de su cabello, atraje su cabeza hacia mí, presioné mi cadera contra su culo con toda mi fuerza y, en ese momento, me corrí. Vacié mis huevos y mi alma dentro de ella.

Esa noche ya no dormí junto a ella. Ni ninguna otra.
 
Pues yo si... y banega, me acabo de hacer un señor pajote pensando en tu madre. Y no es broma. :lol:

Magistral tu relato, coño, magistral.


Creo que es la primera vez que me la casco leyendo a otro forero. Me siento, en cierto modo, desvirgado por ti... ¿gracias?


En fin, que si, que tenías una buena madre y tal. Un poco puta, eso si, pero buena. :lol:



P.D. Contaría lo de mi hermana, pero creo que hay cosas que mejor que queden en el recuerdo.

P.D.D. Me la voy a cascar otra vez, esta vez ya dejaré la imaginación en automático, a ver lo que improvisa para tu madre. :lol:
 
Yo hasta los 7 u 8 años, tuve ese tipo de jueguecitos con mis primAs. Los niños me daban miedo. Varios de mis primos intentaban toquetearme, pero me daba miedo el cuerpo masculino (a pesar de ser solo niños). Esto ultimo es debido a un trauma infantil, un niño de la escuela infantil que siempre me tocaba y, cuando se lo intentaba impedir, me zurraba.

Yo me toqueteaba con mis primas, una tres años mas pequeña, otra dos años mayor. A la pequeña no se quien le habia enseñado esos juegos, conmigo ya los conocia y de sobra; a mi me enseño la mayor. Nos quedabamos a dormir juntas porque nuestros padres salian juntos de fiesta o por la razon que fuera. Entonces, habia un pequeño roce, al cual la otra tenia que responder. Si respondia, pasabamos a toques mas y mas subidos de tono; Si no, pues nada. Siempre eran respondidos. Recuerdo que ambas me hicieron algo parecido al sexo oral. Yo nunca. Me daba bastante asco todo aquello porque sabia que estaba mal. Ademas, casi siempre nos pillaban (nunca en nada demasiado subido de tono) y nos hostiaban de lo lindo. Tambien porque el hecho de pensar en poner MI BOCA en sus genitales, me producia arcadas. Disfrutabamos frotandonos, no habia razon para subir mas la intensidad de aquello. Yo siempre intentaba llegar al placer la primera porque la primera que llegara, dejaba la otra a medias y se iba a otra parte. Y asi pasaban unas horas, para olvidarlo y volver a ser primitas.

Todo esto, hasta que empezaron los juegos sexuales con los hombres.

A los 14/15 años, mi primo mayor me pedia que lo enseñara a besar. Y con la tonteria, alguna vez llegamos a frotarnos y que me comiera los pechos. Al principio empezaba como un juego, otras veces el me "obligaba" y, como soy un poco puta, me ponia ese toque de violencia. Esa historia duro unos meses, hasta que empezo a decirme que me queria y no se que historias. Asi que le quite el habla un tiempo y, cuando volvimos a hacer primitos, le corte el grifo. Mas tarde mi prima pequeña (con la que tenia los jueguitos) me conto que ella hacia lo mismo con el y con mi otro primo. Asi que se me paso el sentimiento de culpabilidad rapidamente.
 
Jose David rebuznó:
Pues yo si... y banega, me acabo de hacer un señor pajote pensando en tu madre. Y no es broma. :lol:

Magistral tu relato, coño, magistral.

Pues ya somos un par.
Y encima, se me está poniendo un nudo en el estómago porque ayer mi novio me dijo que se encontraba deprimido, y se fue a charlar a la cama de su madre, y se quedaron durmiendo juntos. Me lo había tomado a risa, me había hecho gracia lo infantil de su actitud. Pero ahora ya no sé que pensar.
 
Muy buena tu historia Zara.


Pero por favor, por favor... parad ya que tengo que cubo de fregar lleno hasta la mitad de una cosa blanco perla, y creo que me voy a MORIR si sigo leyendo vuestras historias.

Lejos de lo que creía, masturbarse hasta la muerte no es algo agradable y tal.


Para volver al tema primas, diré que la primera mujer de la que me enamoré fue mi prima, yo tenía trece años y ella once.

Casi me había olvidado de aquello, pero sin duda fue mi primer amor, y para variar, no correspondido.


Pero ya que aquí se habla de cerderías, en cierta ocasión dormimos juntos en casa de mis abuelos y hubo eso de dormir abrazados. Molaba. :lol: (yo ocho años, ella seis, la misma de la que luego me enamoré y tal, y es que parace que las primas que nos dejan toquetearlas son candidatas al tema amoroso. Que curioso ¿no?)


Edito para decirle a Candela que lo que su novio haga con su madre en la intimidad es cosa de ellos y no debería inmiscuirse. Más de un noviazgo se ha roto por eso. :lol:
 
Mi primo y su madre venían a veranear a casa. Sólo nos veíamos en verano...él era como una niña más....hasta que un verano llegó y nos daba hasta vergüenza mirarnos!, vamos que de domir juntos, cambiarnos juntos y ducharnos juntos, pasamos a esas miraditas de adolescente.
Una noche, jugando al "conejo de la suerte" (es un juego en el que al terminar la canción uno debe besar a otro) nos besamos. Y al verano siguiente se fue a Irlanda...FIN
 
Yo también el primer beso que di en mi vida, se lo di a una prima.
Me lo dio ella a mi más bien, porque yo aún era un niño.
 
ya había contado una vez mi historia con mis dos primos pero no la encuentro,raro raro :S

Se resume en unos 12 años de relación con uno y unos 9 con otro,teniendo en cuenta que tengo 21 echad cuentas
 
Yo cuando tenía 15 años me la machacaba poniéndome las bragas de mi prima en la cabeza. Una vez casi me pilla.
Recuerdo que le vi un poco el coño una vez en el río y aquello dió para paja durante un par de semanas.

:roll: Me pregunto cuántos lítros de semen habré generado y derrochado desde entonces.
 
lo único fue una vez con 11 o 12 años que mi prima nos enseño el coño a mi y a su hermano ahora no la tocaría ni con un palo por que a digievolucionado y esta echa un horco de mordor gorda y fea a mas no poder.
Tengo otras dos primas una tendrá 17 y la otra 16 o así una es perroflauta y la otra una neogitana der flamenquito shulo pero están muy buenas las dos la pega es que mi relación con ellas es nula solo las veo el día de navidad.
 
Todo hombre ha fantaseado con su prima y el que diga lo contrario, miente.
 
saca-al-tarado rebuznó:
Yo le comí una vez torpemente el coño a mi hermana y ella me hizo un tímido intento de mamada.
Y se queda tan ancho.

Yo, hermanos no tengo, pero primos para parar un carro. Todos altos y guapos, hay uno que es el vivo retrato de Alain Delon en sus años mozos. Vive Dios que jamás se me pasó por la cabeza ni el rozarme con cualquiera de ellos. Es más, hace unos años me sorprendí a mí misma pensando más de veinte segundos seguidos en lo bien desarrollado que estaba mi primo tercero Fernando, y no pude mirarle a la cara en todo el verano.

Lo más sexual que he hecho con un familiar fue contemplar la pilila de mi primo Juan, que me la enseñó cuando yo tenía cuatro años y él siete. Me la quedé mirando un rato y me pareció algo tan horroroso que merecía ser aplastado con el globo de agua que llevaba en ese momento en la mano. Su madre me dio unas buenas hostias por ello, todo sea dicho.
 
Tocamientos con una prima y con una tía.

Joder hija, para unas cosas das más detalles que Grissom y para esta tan interesante nos dejas a medias.

Cuando era pequeño mi única prima me sacaba más de 10 años y nos veíamos poco y a las pequeñas les saco más de 20, cosa que las descarta.

Una vez un tolai que conocí en el trabajo me contaba que sus primos (hermanos ellos) en vez de hacerse las pajillas a solas y en el lavabo, como todo hombre que se precie, se hacían mamadas el uno al otro.

El tío me lo contaba como lo más normal del mundo y mirandome raro por no darle la razón.
 
Interesante hilo que acabo de leer tras mi pequeño retiro vacacional (del cual tengo algunas anécdotas para postear cuando no me ataque tanto la pereza) acerca de las familiares ;).

Efectivamente, pocos son los que no hemos tenido fantasías con algunas primas y/o demás familiares. Mi prima por ejemplo, pasó de ser un mini-orco de Mordor a un pibón del 15 de tetas perfectas y culo poderoso, objeto de numerosas pajas. Pero la que realmente siempre me ha puesto a 1000, desde la etapa de mono pajillero por la que todos hemos pasado, hasta el dia de hoy, ha sido mi tía.

Mujer que, pese a no ser ningún bellezón, no se conserva nada mal y me da un morbo tremendo desde un día que, de vacaciones en la playa, una oportuna ola de dimensiones considerables la revolcó unos cuantos metros.

Cuando se levantó del suelo y salió de debajo del agua, lo hizo con el bikini completamente descolocado, permitiéndome ver sus tetas que, aunque algo caídas, son muy bonitas y parte de su depilado pubis, ya que la parte de abajo también se descolocó.

El momento fué de tensión, pues se levantó con el bikini como acabo de describir justo delante de mí. No hace falta decir que, al verla así, el rabo se me puso como el zapato de Miliki y claro, yo, con 14 años, en plena etapa de mono pajillero tuve que estar un buen rato en el agua antes de poder salir (hasta que se me bajara la erección :roll:).

Aquella misma noche, estaba yo en mi cuarto zurrándome la sardina con el material para pajas de primera que me dió aquella oportuna ola cuando mi tía entra en el cuarto (en mi opinión aposta) y me pilla salchichón en mano.

Segundos de tenso silencio, yo rojo cual tomate, inmóvil. Cierra la puerta y se tumba en mi cama junto a mi y me dice: "¿te gustó lo que viste esta tarde?" yo no podía soltar palabra, estaba totalmente cortado, sólo asentí con la cabeza para luego decirme: "déjame que te la termine" (la paja). Y así lo hizo, me pajeó mientras se sacaba las tetas y me dijo: "tócalas, que esta tarde no pudiste".

Me corrí como un mirlo mientras pensaba: "qué cerda!"

Fue la ostia en el momento, pero luego no pude evitar sentirme sucio habiendo sido mi tía la que se comportó como una zorra.

Hoy, después de unos cuantos añitos, cada vez que nos miramos, sigue habiendo tensión secsual (de hecho, no me la he follado porque no he querido), aunque paso de historias e intento evitarla todo lo que puedo a pesar de que sigue estando muy buena, pero paso de movidas, además, aquella vez en el cuarto no tenía escapatoria y estaba bastante loleado como para reaccionar.

He aquí mi pequeña anécdota.

Saludos.
 
Pues tio, te la tendrías que cepillar hombre. La TSNR es muy mala para la salud.
 
Eso he pensado montones de veces, pero es una situación bastante delicada eso de follarte a tu tía. Puede desembocar en problemas gordos y tal.
 
Coñe, todo es hablarlo, pillar unos cubatas y dejar las cosas claras, esta claro que los dos sabeis de que va el tema.
 
Zaratustra69 rebuznó:
Esto ultimo es debido a un trauma infantil, un niño de la escuela infantil que siempre me tocaba y, cuando se lo intentaba impedir, me zurraba.

Zaratustra69 rebuznó:
Ademas, casi siempre nos pillaban (nunca en nada demasiado subido de tono) y nos hostiaban de lo lindo.

Zaratustra69 rebuznó:
Al principio empezaba como un juego, otras veces el me "obligaba" y, como soy un poco puta, me ponia ese toque de violencia.

Los canarios sois el eslabon perdido entre los presas canarios y el hombre. Teneis una sexualidad salvaje y brutal, igualito que cuando se aparean dos bestias. De alguna manera teneis que mezclar el sexo con la violencia, la dominacion fisica, o directamente con el dolor.

Yo quiero ser canario!!!! :1
 
-Milo- rebuznó:
Eso he pensado montones de veces, pero es una situación bastante delicada eso de follarte a tu tía. Puede desembocar en problemas gordos y tal.

Que va. Es la situación ideal. Piensa que es la que más tiene que callar, por lo tanto NUNCA dira nada sobre el tema, y tú podras hacer presión (nunca mejor dicho) para zumbartela cuando quieras, así que miel sobre hojuelas.
 
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