Le Déserteur
Freak
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- 22 Jul 2011
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No se si esta será un parafilia compartida, pero reconozco que yo soy un voyeur, me encanta observar sin ser observado, obtengo placer mirando, esperando ese momento de descuido, o contemplando una escena cotidiana, y si ya tiene algo de sexual, pues mucho mejor, cómo no.
Tengo recuerdos muy claros de cuando empecé a disfrutar de esos momentos, diría que el primero fue en el instituto, con unos 15 años. Estábamos en clase una tarde y habían unos grandes ventanales que recorrían el aula y un estante bajo las ventanas. Había una chica que me encantaba, rubia, muy mona, de rasgos finos, delgada y de poco pecho. Una tarde, sol estaba bajo y ella se subió al estante y se puso en postura como de gatear para buscar algo. Llevaba una camiseta muy fina, y a través de ella y gracias al contraluz, se podía observar su silueta perfectamente, su vientre plano, y como no llevaba sujetador, sus pequeñas tetas puntiagudas, la forma de sus pezones... diría que ese momento duró apenas unos segundos, pero para mi se hicieron larguísimos, me llegué a ruborizar y recuerdo que la erección fue espectacular, incluso recuerdo mirar alrededor por comprobar si alguien también había visto lo mismo que yo o incluso si me habían visto a mí poniendo cara de estar flipando ante lo que estaba contemplando. Han pasado 25 años y todavía es como si me hubiera pasado ayer.
Otro de las que me marcaron pasó en una acampada. Esta amiga era del tipo que le gustan a cocreta, bajita, con un buen cuerpo trabajado en el atletismo y la escalada, ya tenía sus buenos 18 años, y unos pechos que desafiaban la ley de la gravedad. Estábamos todo el grupo durmiendo en el suelo de una iglesia abandonada y por la mañana ella se despertó a mi lado, se puso en pie, e hizo el típico estiramiento mañanero con los brazos en alto. Al llevar una camiseta bastante corta junto a unos pantalones que dejaban ver media nalga y dado que yo estaba tumbado a sus pies, tuve la visión de sus perfectas tetas. Otro de esos momentos que duran segundos pero no se olvidan fácilmente. Todo el mundo estaba durmiendo y ella no se dio cuenta de que yo la observaba.
Escenas así recuerdo a cientos, y si me ha venido a la mente este tema es por ayer. Tenemos en casa a una amiga, una chica de orígenes japoneses que con un par de palmos más podría haber sido modelo. Estábamos cenando y controlaba a su hija con un monitor de bebés y a media cena se le despertó la niña por lo que se levantó para ir a calmarla. Como se sentaba a mi lado, yo también tenía una visión perfecta del monitor, pero lo que yo no esperaba es que iba a darle el pecho... así que la veo entrar en la habitación, y justo en el momento que se quitaba la camiseta, otra chica que se sentaba a mi otro lado, coge el monitor y lo apaga airadamente. La conversación que tuvo lugar luego fue de tintes surrealistas, ella en plan feminazi indignada y yo de puro cachondeo.
Otra vertiente de esta parafilia es el voyeurismo de terraza. Alguna noche, mientras me fumo un porro y me tomo un copazo, mis ojos escudriñan los edificios del otro lado de la calle, esperando ver algo que valga la pena, y en los pocos meses que llevo en el nuevo piso, ya tengo localizadas varias ventanas donde en cualquier momento puede surgir una joven vecina en ropa interior, o una pareja jugando en el sofá.
Ya se que un hilo de este estilo sin fotos no vale nada, pero esto es putalocura y nunca se sabe :1 Por lo pronto es un tema que se ha tocado en el ligue y se de algún que otro forero que comparte esta afición, que desde mi punto de vista está bastante alejada del tipo que polla en mano se va a buscar parejas follando en los coches mientras acerca la cara al cristal y se la machaca.
Tengo recuerdos muy claros de cuando empecé a disfrutar de esos momentos, diría que el primero fue en el instituto, con unos 15 años. Estábamos en clase una tarde y habían unos grandes ventanales que recorrían el aula y un estante bajo las ventanas. Había una chica que me encantaba, rubia, muy mona, de rasgos finos, delgada y de poco pecho. Una tarde, sol estaba bajo y ella se subió al estante y se puso en postura como de gatear para buscar algo. Llevaba una camiseta muy fina, y a través de ella y gracias al contraluz, se podía observar su silueta perfectamente, su vientre plano, y como no llevaba sujetador, sus pequeñas tetas puntiagudas, la forma de sus pezones... diría que ese momento duró apenas unos segundos, pero para mi se hicieron larguísimos, me llegué a ruborizar y recuerdo que la erección fue espectacular, incluso recuerdo mirar alrededor por comprobar si alguien también había visto lo mismo que yo o incluso si me habían visto a mí poniendo cara de estar flipando ante lo que estaba contemplando. Han pasado 25 años y todavía es como si me hubiera pasado ayer.
Otro de las que me marcaron pasó en una acampada. Esta amiga era del tipo que le gustan a cocreta, bajita, con un buen cuerpo trabajado en el atletismo y la escalada, ya tenía sus buenos 18 años, y unos pechos que desafiaban la ley de la gravedad. Estábamos todo el grupo durmiendo en el suelo de una iglesia abandonada y por la mañana ella se despertó a mi lado, se puso en pie, e hizo el típico estiramiento mañanero con los brazos en alto. Al llevar una camiseta bastante corta junto a unos pantalones que dejaban ver media nalga y dado que yo estaba tumbado a sus pies, tuve la visión de sus perfectas tetas. Otro de esos momentos que duran segundos pero no se olvidan fácilmente. Todo el mundo estaba durmiendo y ella no se dio cuenta de que yo la observaba.
Escenas así recuerdo a cientos, y si me ha venido a la mente este tema es por ayer. Tenemos en casa a una amiga, una chica de orígenes japoneses que con un par de palmos más podría haber sido modelo. Estábamos cenando y controlaba a su hija con un monitor de bebés y a media cena se le despertó la niña por lo que se levantó para ir a calmarla. Como se sentaba a mi lado, yo también tenía una visión perfecta del monitor, pero lo que yo no esperaba es que iba a darle el pecho... así que la veo entrar en la habitación, y justo en el momento que se quitaba la camiseta, otra chica que se sentaba a mi otro lado, coge el monitor y lo apaga airadamente. La conversación que tuvo lugar luego fue de tintes surrealistas, ella en plan feminazi indignada y yo de puro cachondeo.
Otra vertiente de esta parafilia es el voyeurismo de terraza. Alguna noche, mientras me fumo un porro y me tomo un copazo, mis ojos escudriñan los edificios del otro lado de la calle, esperando ver algo que valga la pena, y en los pocos meses que llevo en el nuevo piso, ya tengo localizadas varias ventanas donde en cualquier momento puede surgir una joven vecina en ropa interior, o una pareja jugando en el sofá.
Ya se que un hilo de este estilo sin fotos no vale nada, pero esto es putalocura y nunca se sabe :1 Por lo pronto es un tema que se ha tocado en el ligue y se de algún que otro forero que comparte esta afición, que desde mi punto de vista está bastante alejada del tipo que polla en mano se va a buscar parejas follando en los coches mientras acerca la cara al cristal y se la machaca.