Yo acabo de venir esta mañana, he compartido estos días con una gorda en el Pirineo, e incluso la he regado con la ambrosía que producen mis santos cojones. No es que haya sido la mejor experiencia de mi vida, pero al menos he estado bien, no he salido mucho al campo y eso, pero he estado haciendo el gilimonguer y al menos he cambiado de ambiente por unos días. Ni siquiera me ha molestado el desorden y la suciedad de la casa, además de ser fría y vieja, porque he podido ordeñar el manubrio, y a fin de cuentas, después de unos días estresantes de mierdas varias, ha venido a ser como si pasase unos días en un balneario, follando de gratis y encima comiendo bien, porque la tipa tiene un restaurante familiar y tal.
Manejo una especie de agenda, vamos a decirlo así, con alguna tipa con la que intimé en algún momento de mi vida pasada, y sí, algunas no me hacen ni puto caso e incluso ya no conservan el mismo número de teléfono, pero otras están tan desesperadas como un servidor, y a veces recurro a alguno de esos chochos mugrosos y alguna, milagrosamente, responde. En el caso de la mencionada la conocí trabajando en mis años juveniles en un restaurante de la zona, ahora tiene 32 años, es una subnormal profunda, no lo niego, tampoco es guapa, pero tiene el culo gordo y está más bien fofa, tetas de niño gordo, y algo desastrosa en el vestir. Pero, vamos, que tampoco voy a casarme con ella, y además le pone ganas a la jodienda. No necesito más.