Er copypaste pajudo:
"Nada para siempre nana, dijeron tus ojos tristes nanainonana. Con una música pijilla a cargo de Cómplices comienza esta serie, que desde el principio da una idea de lo que nos depara. Con unas imágenes cutres, cutres, grabadas en algún psiquiátrico o en un estudio fotográfico de poca monta comienzan a sucederse ante nuestros ojos las imágenes de los protagonistas. Superado el desconcierto inicial de confundir "Nada es para siempre" con el nuevo anuncio de Ariel Microtablets nos adentramos en el particular universo de naderías que la serie nos ofrece. (Advertencia: Espectadores epilépticos abstenerse de ver el comienzo de la serie, es mejor un maratón de Pokémon que un minuto con el blanco cegador de Nada es para siempre").
En los títulos de crédito advertimos una circunstancia peculiar, donde en otras series suele poner guionistas, aquí pone guionista. Si el tío todavía fuera algo inteligente como y... ehem, pues eso, pero como debe de haberse sacado el graduado escolar con CCC pues la serie lo nota. Se supone que esta producción propia (con denominación de origen) está rodada en A Coruña, pero jamás lo sabremos porque no hay exteriores. Los "actores" jóvenes son malos, pero es que los veteranos dan pena, sobresaliendo el director del colegio, un tipo que parece esquizofrénico y que nos deleitó en anteriores interpretaciones como Manu, el pizzero de "Al salir de clase". La historia va de un crío -Adrián-, que trabaja en el "antro" donde se reune la "basca", él forma parte de la típica familia televisiva: padre que engaña a madre con secretaria, hermana con problemas de pubertad, hermano pequeño (el de "La lengua de las mariposas"), madre maruja que se convierte en trabajadora de éxito, y vecinos amigos que se pasan el día en casa. Cabe destacar como dato original que el mejor amigo de Adrián tenga nombre de animal. Carlos Castel es el actor que interpreta a Adrián, antes lo habíamos visto en "Al salir de Clase" y "El pequeprix", entrañable...
Todo cambia cuando llega al colegio una niña pija, hija de un mafiosete, y Adrián se enamora de ella, olvidándose de su vecina semi-novia, la chica del anuncio de El Pozo, que tiene un hermano autista con nombre de signo del zodiaco: Virgo, no, Virgo no es, que ha dejado preñada a una cría, es Leo. A partir de entonces, la serie cuenta lo de siempre, pero peor que nunca. Entre los amigos de Adrián hay que destacar a Max, un gordo gafotas con un brazo quemado (agggh), con el que pretenden identificar al español internauta. Bueno, este tío habla como un gilipollas, que si: "No me dejes colgado el procesador", "Me estás rayando el disco duro" o "Me lo estudiaré todo, tengo buena memoria RAM"; de esta forma Antena3 pone a los internautas como bichos raros y antisociales cuando no lo sois...¿verdad?. No voy a dejar de comentar el personaje de Manu, el malo, que es una copia de Raúl de Al salir de clase. El tal Manu, bueno el actor, es lo peor que he visto en mucho tiempo, habla abriendo los ojos como platos y moviendo la cabeza, este tic es consecuencia probable de su trauma infantil de mearse en la cama, ¿cómo que nada es para siempre? : ese tic es eterno.
Resumiendo, que me estoy yendo por los ciervos de Úbeda para hacer un guiso, que es una especie de "Al salir de clase", pero -agárrate a las polainas- peor. Como diría el amigo Pumares: "¡Horrible!".
Mi calificación para "Nada es para siempre" es: "
Yo solo vi par de capitulos para poder indentificar a una que salia (rubia, canariona... ni zorra de quien era en la serie ni su nombre ni mierdas)en la serie ya que un colega mio la conocia.