Protestas bancarias y foreros acojonados

Lo bueno es que me libro de la puñetera tarjeta al menos por unas semanas. luego me tendrán que hacer una nueva, porque sin ella incumplo el contrato con el banco, pero bueno.
 
Pues que los sistemas de pishing o cómo se llame eso son cada vez más refinados. Engañan hasta a un viejo avezado como yo
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Todo fue por culpa de mi hijo, que me recomendó registrarme gratis en megadede.com, pero lo hice en el móvil y cuando cliqué en registrarme, le di por error a lo que había alrededor del botón de registrarse, que está a tope de virus, y como el móvil no tiene antivirus ni te avisa de que te cambian de pestaña ni hostias, ni me di cuenta de que me estaba registrando en otra página que me quería cobrar 40 euros mensuales dentro de cinco días si no cancelaba la suscripción, cosa que intenté hacer enseguida, pero me salía un aviso de que había que esperar al menos 24 horas, con lo cual en realidad eran sólo cuatro días p ara darse de baja, así que me entró el acojone y me fui corriendo al banco en cuanto abrió.

Y esto es todo.
 
Las protestas y lloriqueos se reciben, no se hacen, merluzos.

Y como experimentado receptáculo de pedigüeños y protestantes, afirmo que se tiene más en consideración al demandante firme y sólido que al pusilánime que pide las cosas por favor.

No es lo mismo que te quiera acompañar un tiparraco vestido de torero para pedirte billeteh, o que te llame un capullo con mierdas así:

-Buenos días, el Sr. Herodes?
-Soy yo, dígame.

Un pequeño y nada desdeñable detalle en este punto, es no identificarse por aquello de las meigas y las conversaciones grabadas por las que me da a mí que lo primero que quieren es eso, que se identifique uno.

Me suele ir bien tal que así:

-Buenos días, preguntaba por el Sr. Matarratas.
-¿Y quién pregunta, si es usted tan amable?
(si la siguiente frase no empieza por "soy", colgamos.
-Soy Fulano, del despacho...
-Se ha equivocado, lo siento.
Y cuelgo y bloqueo.

Es decir, por lo menos saber quién le llama a uno antes de cerrar la puerta o teléfono a la Felicidad, y sin dar la más mínima oportunidad de que a uno le puedan sacar una grabación en un juicio (recordemos que es legal en según qué casos) que lo haya identificado. Reconocer luego que se es o que no se es, es otra historia, pero tampoco es cuestión de perder el tiempo.
 
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...Y en MasterCard emapapelan los rascacienlos con los otros 20-30 lerucs que le han levantado a usted y a otros doscientos millones de parguelas.

La próxima, que siempre la hay, prepare un escrito al defensor del cliente del Santander o del que sea. Ante la más que segura respuesta amable de "váyase a tomar por el culo", a Consumo, que parece mentira lo bien que funcionan, y cómo cuentan todos los monstruos con que la plebe no vamos a perder el tiempo.

Normalmente, con el escrito de Consumo basta, le reintegran los merkels y le remiten un "lamentamos las molestias, ya se ha procedido a corregir el error".

Menudas las charos, no les tose ni Dios.
 
Todo fue por culpa de mi hijo, que me recomendó registrarme gratis en megadede.com, pero lo hice en el móvil y cuando cliqué en registrarme, le di por error a lo que había alrededor del botón de registrarse, que está a tope de virus, y como el móvil no tiene antivirus ni te avisa de que te cambian de pestaña ni hostias, ni me di cuenta de que me estaba registrando en otra página que me quería cobrar 40 euros mensuales dentro de cinco días si no cancelaba la suscripción, cosa que intenté hacer enseguida, pero me salía un aviso de que había que esperar al menos 24 horas, con lo cual en realidad eran sólo cuatro días p ara darse de baja, así que me entró el acojone y me fui corriendo al banco en cuanto abrió.

Y esto es todo.

Sabes que no es verdad.

Fuiste al bingo a jugar tus cartones, allí Carmelo, el marido de María del Rosario, a quienes todos conocían más por Concha la del kiosco; que siempre fue un lujurioso e indecente te preguntó:

«Pepito50, se de un sitio que sofocará tu lujuria, hay mujeres con palo y mucho helado, si te lo digo, ¿me mantienes el secreto?».

Pepito fue al día siguiente al banco. Allí estaba su interventor de confianza, Nicanor, revisando pagarés y cheques de viaje, pues Lucio Urtubía, estaba desatado por entonces.

«Nicanor, quiero una tarjeta, pero sé discreto. La quiero para la Hinternec».

Al volver a casa, Pepito50 encendió el 286, conectó el modem a 14 kas, Megadede esperaba.

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Una de las cosas que más me llamó la atención cuando llegué a guirilandia es la cantidad de veces que se quejan/protestan y como lo hacen. Puedes usar el mismo tono y el 90% de las palabras para darte las gracias que para cagarse en tu puta madre. Y, claro, yo sigo la máxima de donde fueres haz lo que vieres y lo empecé a hacer de la misma forma.
Nunca había sido de quejarme pero ahora lo encuentro hasta divertido ya que me fuerza a hablar correctamente, sin rodeos y muy seriamente de que es lo que está mal y que es lo que quiero que hagan.
Lo gracioso es que cuando vuelvo de vacaciones hago lo mismo y se me quedan con cara de lol porque piensan que soy extremadamente educado porque me estoy intentando controlar y estoy a nada de hacer una locura. No hay nada que acojone más que alguien haga una queja y diga gracias al final. Quien lo diría.
 
Sabes que no es verdad.

Fuiste al bingo a jugar tus cartones, allí Carmelo, el marido de María del Rosario, a quienes todos conocían más por Concha la del kiosco; que siempre fue un lujurioso e indecente te preguntó:

«Pepito50, se de un sitio que sofocará tu lujuria, hay mujeres con palo y mucho helado, si te lo digo, ¿me mantienes el secreto?».

Pepito fue al día siguiente al banco. Allí estaba su interventor de confianza, Nicanor, revisando pagarés y cheques de viaje, pues Lucio Urtubía, estaba desatado por entonces.

«Nicanor, quiero una tarjeta, pero sé discreto. La quiero para la Hinternec».

Al volver a casa, Pepito50 encendió el 286, conectó el modem a 14 kas, Megadede esperaba.

Ver el archivos adjunto 41588

Ya está bien de bromitas, que me ha jodido picar en algo tan tonto. Y todo por no querer registrarme en Netflix.
 
Yo tampoco creo que fuese como él dice, se ha callado la carta mecanografiada que ha firmado con pulso firme a la dirección postal de la empresa del banner.
 
pues yo el otro día fui al banco a que me cancelaran la tarjeta porque me estafaron en una web de streaming, y vi que todos los que iban antes y después que yo usaban cartilla

a ver cómo explicáis esto

Muy sencillo: todos los que iban antes y después eran gente de más de setenta años y/o de extracción social y cultural baja, que son quienes usan aún la cartilla. Los viejos por viejos, de la misma manera que siguen diciendo "pues en la radio han dicho que..." como @Perrino Chico o llaman al telediario "el parte" o se creen que la tele se estropea de tanto darle al mando a distancia, y los otros porque no entienden de ese chisme raro y/o se creen que les va a salir más caro.

Una de las cosas que más me llamó la atención cuando llegué a guirilandia es la cantidad de veces que se quejan/protestan y como lo hacen. Puedes usar el mismo tono y el 90% de las palabras para darte las gracias que para cagarse en tu puta madre. Y, claro, yo sigo la máxima de donde fueres haz lo que vieres y lo empecé a hacer de la misma forma.
Nunca había sido de quejarme pero ahora lo encuentro hasta divertido ya que me fuerza a hablar correctamente, sin rodeos y muy seriamente de que es lo que está mal y que es lo que quiero que hagan.
Lo gracioso es que cuando vuelvo de vacaciones hago lo mismo y se me quedan con cara de lol porque piensan que soy extremadamente educado porque me estoy intentando controlar y estoy a nada de hacer una locura. No hay nada que acojone más que alguien haga una queja y diga gracias al final. Quien lo diría.
Esto es cierto. En Inglaterra me sorpendió el hecho de que la gente se queja si el servicio por el que paga no está a la altura de lo que debe estar, cosa que aquí no pasa, pero lo más sorpendente es que el que tienes enfrente TE HACE CASO si te quejas y te pide disculpas. Aún recuerdo un día que tras cenar con un colega en una terraza mi colega se le quejó al camarero de que habían tardado la de dios en traernos la comida, lo cual era cierto, unos veinte veinticinco minutos. Esa sola frase bastó para que, ojo al dato, NOS INVITARAN A LA CENA.

Lo normal es que cuando vayas a algún lado a cenar o comera se te acerquen y te pregunten siempre si está todo ok, y si les dices que mmmm no del todo porque el hielo se deshace rápido, por ejemplo, te piden perdón y te cambian el cocacolo de turno y te invitan a él por, simplemente, haberle dicho eso. Aquí primero ni te preguntan. Segundo, si te preguntan, esperan -ambos- que digas que ok todo aunque el filete esté como una suela, porque da vergüenza quejarse, quedas mal, quedas mal incluso ante el colega con el que vayas aunque se esté comiendo la misma suela de zapato que tú, porque parece que eres un quejica de mierda, y si pasa que se lo dices el camarero te mira como si te quisiera reventar la puta cabeza, encima te lo niega y hasta discute contigo, porque, vaya, el puto señorito, que viene a comer a mi bar de mala muerte y encima protesta porque tiene que pagar por comer la basura que le he servido, que se vaya a su puta casa si no le gusta.
 
Muy sencillo: todos los que iban antes y después eran gente de más de setenta años y/o de extracción social y cultural baja, que son quienes usan aún la cartilla. Los viejos por viejos, de la misma manera que siguen diciendo "pues en la radio han dicho que..." como @Perrino Chico o llaman al telediario "el parte" o se creen que la tele se estropea de tanto darle al mando a distancia, y los otros porque no entienden de ese chisme raro y/o se creen que les va a salir más caro.

Pues yo no pienso que tenga que ser así únicamente. Yo, por ejemplo, uso la cartilla porque no es tan fácil pagar, si te quedas sin blanca has de ir necesariamente a un banco para sacar dinero. Soy viejo y pobre, sí; pero no tonto. Con la tarjeta es más difícil controlar el impulso de gastar. Por eso, básicamente, es que le tengo manía. Es una herramienta más, de acuerdo, pero yo vivía tranquilo con mi cartilla, y me jode tener la tarjeta a mano porque a veces me apetece gastar, y por culpa de esa tarjeta es demasiado fácil hacerlo. Sin tarjeta, ni de coña hubiera hecho los gastos que hice desde entonces, y ni de coña me estaría costando ahorrar tanto como lo estoy haciendo.

Hay muchos motivos para seguir con la cartilla, y no siempre son desde el desconocimiento. Pero bueno, que aquí se trata de meterse con quien sea, qué más os dará. Además lo entiendo, soy subnormal y sólo sirvo para eso, para que os metáis conmigo. Adelante, pues.
 
Tampoco te lo tomes así de mal, en el parte han dado buenas temperaturas para esta semana.
 
Joder estáis en lo puto cierto con lo de la hostelería aquí. Aquí se confunde un buen servicio con ser amable. Por eso te preguntan que qué tal todo, porque importarles les importa una mierda. Si te limpian la mesa con una bayeta que huele a orines o si el plato de alubias estaba frío por un lado por el exiguo calentón se microondas eso no importa, como te han preguntado 20 veces si todo ok y te han hecho un chascarrillo con el brexit pues ya te tienes que ir contento y suelta buena propina.
 
Esto es cierto. En Inglaterra me sorpendió el hecho de que la gente se queja si el servicio por el que paga no está a la altura de lo que debe estar, cosa que aquí no pasa, pero lo más sorpendente es que el que tienes enfrente TE HACE CASO si te quejas y te pide disculpas. Aún recuerdo un día que tras cenar con un colega en una terraza mi colega se le quejó al camarero de que habían tardado la de dios en traernos la comida, lo cual era cierto, unos veinte veinticinco minutos. Esa sola frase bastó para que, ojo al dato, NOS INVITARAN A LA CENA.
A mi nunca me han invitado a la cena (menudo puntazo tal y como están los precios) pero sí me tienen invitado a una botella de vino que vale casi tanto como la comida o lo típico de que te den entrantes a cuenta de la casa.
Creo que es algo cultural pero tambien es por el negocio en sí. Si se hace algo mal, aunque no sea culpa del restaurante, siempre van a quedar bien con algo así y aunque hayan tardado o la comida sea mala siempre puedes volver (igual tuvieron un mal día por X motivos) o no hablas mal del sitio a otra gente. No es ni siquiera el que hagan todo bien, es el intentarlo. Joder si hasta te puedes quejar en el Mcdonalds y te van a decir 20 veces perdón y seguro que algo rascas.
 
A mi nunca me han invitado a la cena (menudo puntazo tal y como están los precios)
Yo me quedé flipado, la verdad, me pareció una exageración la compensación por un retraso en servirte, por más que se retrasaran. Fue, lo recuerdo bien, en una terraza en St. Katharine's Docks, al lado de la Torre de Londres. No bajaba de ochenta pounds la cuenta, de hecho creo que hasta le saqué foto al recibo donde luego le descontaban otro tanto y quedaba a cero. Alucinante.

Amigos, quejaos. Que a ver si resulta que vamos a pagar por un filete, nos sirven una suela de zapato y encima lo que va a estar feo es quejarse y no que te cobren suela a precio de filete.
 
PEPE SE CRE QUE YO SOY SURNORMA Y USTEDE LO MISMO.
PEPE USA LA CARTILLA PORQUE HAY TIENE APUNTADO LOS NUMBERO DE LAS ETAIRA Y PIENSA QUE E EL UNICO SITIO ANDE NO VOY A MIRA.
YO LO QUE HAGO ES MIRA PABOTRO LADO. Y LO DELNMEGADEDE EMBUSTE TAMBIEN COMO TO LO QUE HABLA. LA PENSION MIA NO LA TOCA ESO SUS LA SEGURO.
 
PEPE SE CRE QUE YO SOY SURNORMA Y USTEDE LO MISMO.
PEPE USA LA CARTILLA PORQUE HAY TIENE APUNTADO LOS NUMBERO DE LAS ETAIRA Y PIENSA QUE E EL UNICO SITIO ANDE NO VOY A MIRA.
YO LO QUE HAGO ES MIRA PABOTRO LADO. Y LO DELNMEGADEDE EMBUSTE TAMBIEN COMO TO LO QUE HABLA. LA PENSION MIA NO LA TOCA ESO SUS LA SEGURO.

Como sigas así, voy a divorciarme y ya verás.
 
Yo me quedé flipado, la verdad, me pareció una exageración la compensación por un retraso en servirte, por más que se retrasaran. Fue, lo recuerdo bien, en una terraza en St. Katharine's Docks, al lado de la Torre de Londres. No bajaba de ochenta pounds la cuenta, de hecho creo que hasta le saqué foto al recibo donde luego le descontaban otro tanto y quedaba a cero. Alucinante.

Amigos, quejaos. Que a ver si resulta que vamos a pagar por un filete, nos sirven una suela de zapato y encima lo que va a estar feo es quejarse y no que te cobren suela a precio de filete.

Hace dos semanas me llevé a mis dos hermosísimas hijas a merendar y nos fuimos a un sitio como muy pijín y muy caro, con tartas, smoothies y mierdas de esas, donde a los batidos les llaman nosequépollas. Entramos este trío de guapos, levantando todo tipo de miradas de admiración y aprobación entre la concurrencia. Lo primero una puta cola, pero que nos vino bien para descifrar las millones de polladas que ofrecían.

Delante de mí una familia de empanados, una abuela que lo pagaba todo y una familiar panchita que le costaba la vida decidirse por algo. Acaban tras tres cuartos de hora decidiéndose. Pedimos. Resulta que te dan un número y hay que recogerlo cuando te llaman, como en un jodido TGB, no me jodas.

No sentamos, estamos conversando y con una mirada en el tipo que ultimaba los pedidos. El caso es que veo que está preparando uno que parecía el mío, en eso que llega la panchita, le interrumpe al chaval y se llevan su pedido y el mío. Mi hija me dice que habrían pedido algo parecido. Me levanto y le digo amablemente que llevo un (buen) rato esperando y que no llega. El chaval se da cuenta de que alguien se lo ha llevado, rápidamente me prepara el pedido, aumenta las bebidas al tamaño enorme (HENORME) y justo como se había acabado la tarta que había pedido mi hermosa e inteligente hija pequeña nos ofreció ponernos raciones de las que nos gustasen entre las que tenía, 3 trozos más. Por nuestra cara, esta vez también, bonita.

Hay que quejarse siempre, amablemente, con firmeza pero con empatía.

Si además, eres guapo como yo, entonces todo es más fácil.
 
Hace dos semanas me llevé a mis dos hermosísimas hijas a merendar y nos fuimos a un sitio como muy pijín y muy caro, con tartas, smoothies y mierdas de esas, donde a los batidos les llaman nosequépollas. Entramos este trío de guapos, levantando todo tipo de miradas de admiración y aprobación entre la concurrencia. Lo primero una puta cola, pero que nos vino bien para descifrar las millones de polladas que ofrecían.

Delante de mí una familia de empanados, una abuela que lo pagaba todo y una familiar panchita que le costaba la vida decidirse por algo. Acaban tras tres cuartos de hora decidiéndose. Pedimos. Resulta que te dan un número y hay que recogerlo cuando te llaman, como en un jodido TGB, no me jodas.

No sentamos, estamos conversando y con una mirada en el tipo que ultimaba los pedidos. El caso es que veo que está preparando uno que parecía el mío, en eso que llega la panchita, le interrumpe al chaval y se llevan su pedido y el mío. Mi hija me dice que habrían pedido algo parecido. Me levanto y le digo amablemente que llevo un (buen) rato esperando y que no llega. El chaval se da cuenta de que alguien se lo ha llevado, rápidamente me prepara el pedido, aumenta las bebidas al tamaño enorme (HENORME) y justo como se había acabado la tarta que había pedido mi hermosa e inteligente hija pequeña nos ofreció ponernos raciones de las que nos gustasen entre las que tenía, 3 trozos más. Por nuestra cara, esta vez también, bonita.

Hay que quejarse siempre, amablemente, con firmeza pero con empatía.

Si además, eres guapo como yo, entonces todo es más fácil.
Os vió tan gitanazos que pensó que a base de aumentaros la ración de pienso os ibais a callar la boca, como así fue y como se hace con los animales
 
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