Tengamos en cuenta que en un magnetofón, las ondas sonoras que llegan hasta la membrana del micrófono, se traducen en ésta en frecuencias eléctricas cuya función matemática es análoga a la del perfil acústico primitivo. Esta señal, muy débil al principio, es amplificada por medio de circuitos transistorizados. No olvidemos además que algunas etapas de audiofrecuencia trabajan bajo los efectos de un control automático de ganancia. Esto significa que cualquier otra señal más débil inyectada en el módulo es atenuada por la señal sonora más potente, hasta casi hacerla desaparecer. Esto produce la ilusión de que una voz responde al tren de ondas anterior. Finalmente, la cabeza grabadora es excitada por estos potenciales eléctricos, produciéndose una segunda transducción en un campo magnético variable.
¿A qué nivel de este largo 'túnel' atravesado por la información, se produce el fenómeno? No hay respuesta clara. Se han conseguido psicofonías, si hemos de creer a ciertos experimentadores, con el micrófono desconectado.
Esto plantea serios interrogantes. ¿Llega la señal por medio de ondas de presión gaseosa (sonido) o se provocan alteraciones hiloclásticas en los componentes del circuito (impedancias, condensadores, semiconductores) que, modulando el flujo de intensidad eléctrica, inyecten su información trascendental? ¿Es la emulsión de la banda la que sufre directamente estas perturbaciones?
Podemos apuntar qué cosas "no son" en esta fenomenología, pero su genuina naturaleza se nos escapa por el momento.
Ummita
Clásico
Novato de mierda
Freak total