Libros Psiconautas Literarios

cuellopavo

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23 Abr 2006
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Está claro que el peso pesado de levantar la fiesta ahora recae en el señor J&B y otros "amiguitos”, y hoy el mercado de los depresores quemacerebros, lo que se vende es cualquier cosa que te machaque del todo.
Pero a lo largo de la historia de la literatura, la relación entre la droga y la pluma siempre ha estado presente.

Ya se sabe que a menudo vale más un falso gozo que una tristeza cuya causa sea verdadera; y no hay nada como estar subidísimo de la blanca, pegarle caña al pulmón con un peta de polen tamaño XXL, y pensar en tus cosas: pensar en mujeres, en descapotables, en misiles nucleares y mangueras de presión.

Los paraisos artificiales siempre han sido muy poderosos. Yo creía que quería a mi novia; ahora, cuando llega mi camello, entiendo lo que es amor.

Bueno, que me he currado una selección de obras enteógenas con algunos links, reseñas y citas, por si alguien se anima a comentarlos o poner más obras o lo que sea relacionado con el tema:


Confesiones de un inglés comedor de opio (1822) de Thomas De Quincey

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Opio, divino deleite, esta es la panacea para todos los males humanos; este era el secreto de la felicidad, del que los filósofos habían discutido durante tantos siglos, por fin descubierto. La felicidad puede ahora venderse y llevarse en el bolsillo; se pueden hacer envasar éxtasis portátiles y enviar sellos de paz interior en los sobres de correo.
Pues los alucinógenos, aunque sufran el ridículo de los que por naturaleza son de nervio grosero, o así se han convertido por acción del alcohol, y no son, pues susceptibles a la influencia de tan refinado estimulante, será siempre droga favorita entre intelectuales; y me uno contra cualquier impío que ose su descrédito.
Y sinceramente espero que todo el clarete, el Oporto o el “Madeira especial” que con toda probabilidad otros se habrán bebido o tienen intención beber le provoquen tan escasos desórdenes de salud como en los que la mía provocó el opio.



Los paraísos artificiales (1860) de Baudelaire

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Código:
El Vino
 (...) El vino es semejante al hombre: Jamás se sabrá hasta qué punto es posible estimarlo y despreciarlo, amarlo y odiarlo, ni de cuántos actos sublimes o fechorías monstruosas es capaz. No seamos entonces más crueles con él que con nosotros mismos y tratémoslo como nuestro igual.
    A veces me parece que oigo decir al vino (que habla, con su alma, con esa voz de los espíritus que sólo los espíritus oyen): "Hombre, bienamado mío, quiero alzar hacia ti, a despecho de mi cárcel vítrea y de mis cerrojos de corcho, un canto lleno de fraternidad, un canto colmado de dicha, de luz y de esperanza. Yo no soy ingrato; bien sé que te debo la vida. Sé lo que el dármela te ha costado de labor y de, sol sobre la espalda. Tú me has dado la vida, y yo te recompensaré. Y te pagaré ampliamente mi deuda, pues experimento una dicha extraordinaria cuando caigo en un garguero sediento, después del trabajo. El pecho de un buen hombre es una morada que me complace más que las melancólicas e insensibles bodegas. Es una alegre tumba donde realizo con entusiasmo mi destino. Hago en el estómago del trabajador un gran tole-tole, y desde allí por escaleras invisibles, subo hasta su cerebro, donde ejecuto mi danza suprema.
 El Haschisch
 (...) La segunda fase se anuncia con una sensación de frescor en las extremidades, y con una gran debilidad; uno siente, como se dice vulgarmente, que tiene las manos de trapo, la cabeza pesada y una estupefacción general en todo el ser. Los ojos se agrandan, se sienten como tironeados en todos sentidos por un éxtasis implacable. La cara se llena de palidez, se vuelve marmórea y verdosa. Los labios se retraen, se recogen y parecen querer meterse para adentro. Roncos y profundos suspiros se exhalan del pecho, como si nuestra, naturaleza anterior no pudiera soportar el peso de esta nueva naturaleza. Los sentidos adquieren una finura y una agudeza extraordinarias. Los ojos penetran el infinito. El oído percibe los sonidos más imperceptibles en medio de los ruidos más violentos.
    Y las alucinaciones comienzan. Los objetos exteriores adquieren apariencias monstruosas. Se nos revelan bajo formas desconocidas hasta entonces, luego se deforman, se transforman, y finalmente entran en nuestro ser o bien nosotros entramos en ellos. Los equívocos más singulares, las trasposiciones de ideas más inexplicables, se producen y se desarrollan. Los sonidos adquieren color, los colores adquieren música. Las notas musicales son números, y vosotros resolvéis con espantable rapidez prodigiosos cálculos aritméticos a medida que la música penetra vuestro oído. Estas sentado y fumas; pero crees estar sentado en tu pipa y que es tu pipa la que te fuma; y es tu propio ser el que se desvanece bajo la forma de nubes azuladas.
    Te encuentras allí muy bien, salvo que te preocupa y te inquieta una cosa: ¿Cómo haces para salir de la pipa? Esta fantasía dura una eternidad. Un intervalo de lucidez nos permite con gran esfuerzo mirar el reloj. La eternidad ha durado un minuto.
    (...) El vino exalta la voluntad; el haschisch la aniquila. El vino es un apoyo físico; el haschisch es un arma para el suicidio. El vino hace bueno y sociable; el haschisch aísla. El uno es laborioso, por así decirlo; el otro, esencialmente perezoso. ¿Para qué trabajar, en efecto, laborar, escribir, fabricar lo que sea, cuando se puede obtener el paraíso de un solo golpe? En fin, el vino es para el pueblo que trabaja y que merece beberlo. El haschisch pertenece a la categoría de los goces solitarios; está hecho para los miserables ociosos. El vino es útil, produce resultados fructíferos. El haschisch es peligroso e inútil.
    (...) Terminaré este artículo con algunas hermosas palabras que no son mías, sino de un notable filósofo poco conocido, Barbereau, teórico musical 94 y profesor del Conservatorio. Yo estaba cerca de él en una reunión donde algunas personas habían tomado el bienaventurado veneno, y me dijo entonces con acento de desprecio indecible: "No comprendo por qué el hombre racional y espiritual se sirve de medios artificiales para llegar a la beatitud poética, puesto que el entusiasmo y la voluntad bastan para elevar lo a una existencia supernatural. Los grandes poetas, los filósofos, los profetas, son seres que, por el puro y libre ejercicio de la voluntad, consiguen llegar a un estado en el que son a la vez causa y efecto, sujeto y objeto, hipnotizador y sonánibulo."
Yo pienso exactamente lo mismo.



"Über Coca" (Sobre la cocaína, 1884) Sigmund Freud

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Serie de artículos en los que el creador del psicoanálisis se sitúa a favor del uso de la cocaína y en algunos momentos se muestra casi entusiasta en sus alabanzas. Posteriores experiencias le harán sin embargo años más tarde desdecirse de su primera opinión.



La pipa de kif(1919), de Valle Inclán

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¡Adormideras! Feliz neblina, humo de opio que ama la china.

¡Coca! A tu arcana norma energética rimo estas prosas de apologética.

¡Verdes venenos! ¡Yerbas letales de Paraísos Artificiales! A todos vence la marihuana que da la ciencia del ramayana ¡Oh marihuana!, verde neumónica; Cannabis índica et babilónica. Abres el sésamo de la alegría, Cáñamo verde, kif de Turquía. Yerba del Viejo de la Montaña, el Santo Oficio te halló en España. Yerba que inicias a los faquires, llena de goces y Dies Ires. Verde esmeralda –loa el poeta Persa- tu verde vistió el profeta! (Kif –yerba verde del persa- es al achisino bhang bengalés. Charas que fuma sobre el diván entre odaliscas el gran sultán.) Se apagó el fuego de mi cachimba, y no consigo ver una letra. Mientras enciendo –tarumba y timba, tumba y taramba- ponga una &.



Morfina (1927), de Bulgakov

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"Morfina", el relato con el que culmina este ciclo, también nació a partir de un hecho real: la adicción del autor a la morfina, con la que logró romper hacia 1919.


Novela con cocaína(1936) de Marko Aguéiev

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Osada, profunda e incómoda, esta novela cuya paternidad llegó a atribuírse a Nabókov y no sería esclarecida hasta 1994. «Novela con cocaína» es una novela imprescindible del siglo XX.


El hombre del brazo de oro (1949) de Nelson Algren

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Después de pasar una temporada en la cárcel, un hombre vuelve a su casa en Chicago decidido a dejar atrás su adicción a la heroína y al juego.


Visita a Godenholm(1952), de Ernst Jünger

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Escrito después de su primera experiencia con el LSD, "Besuch auf Godenholm" (Visita a Godenholm), su publicación coincidió con la aparición de:



Yonki (1953) de William S. Burroughs

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Prefacio:
Código:
[...] "Trabajé de detective privado, de fumigador de insectos, de camarero. Trabajé en fábricas y oficinas. Coqueteé con la delincuencia. Pero mis ciento cincuenta dólares mensuales siempre llegaban puntualmente. No tenía necesidad de dinero. Me parecía una extravagancia romántica poner en juego mi libertad mediante actos delictivos que eran meramente simbólicos. Fue entonces y en esas circunstancias cuando entré en contacto con la droga y me convertí en adicto; fue entonces cuando delinquí de modo consciente, al tener auténtica necesidad de dinero, algo que nunca me había ocurrido antes.
Ésta es la pregunta que se plantea con más frecuencia: ¿qué hace que alguien se convierta en drogadicto?
La respuesta es que, normalmente, nadie se propone convertirse en drogadicto. Nadie se despierta una mañana y decide serlo. Por lo menos es necesario pincharse dos veces al día durante tres meses para adquirir el hábito. Y no se experimenta realmente lo que es el síndrome de abstinencia hasta después de varios períodos de adicción separados por épocas de abstinencia. Tardé casi seis meses en adquiri mi primer hábito y, a pesar de ello, cuando lo dejé los síntomas del síndrome de abstinencia fueron leves. No creo exagerado afirmar que para convertirse en adicto se necesita cerca de un año y varios cientos de pinchazos.
Naturalmente, hay quien hace otras preguntas: ¿por qué empieza alguien a usar estupefacientes? ¿Por qué sigue usándolos hasta convertirse en adicto? Uno se hace adicto a los narcóticos porque carece de motivaciones fuertes que lo lleven en cualquier otra dirección. La droga llena un vacío. Yo empecé por pura curiosidad. Luego empecé a pincharme cada vez que me apetecía. Terminé colgado. La mayor parte de los adictos con los que he hablado tuvieron una experiencia semejante. No empezaron a consumir drogas por ninguna razón en concreto. Quien nunca haya sido adicto, no puede hacerse la idea de lo que significa necesitar droga con la tremenda intensidad de quien está enganchado. Nadie decide convertirse en yonqui. Una mañana se levanta sintiéndose muy mal y se da cuenta de que lo es.
Jamás he lamentado mi experiencia con las drogas. Creo que gracias a haberlas usado de modo intermitente en la actualidad mi salud es mejor de lo que sería si nunca las hubiera probado. Cuando uno deja de crecer, empieza a morir. Un adicto nunca deja de crecer. Muchos adictos se abstienen de las drogas periódicamente, lo que implica que el organismo expulsa las sustancias nocivas al contraerse, y las células que dependen de la droga son reemplazadas. Una persona que consume drogas está en estado continuo de contracción y crecimiento en su ciclo diario de necesitar pincharse para poder sentir la satisfacción de haberse pinchado.
Muchos adictos parecen más jóvenes de lo que son. Recientemente, se han realizado experimentos científicos con un gusano al que obligaban a contraerse suprimiéndole la alimentación. Al contraerse periódicamente, el gusano estaba en crecimiento continuo, de modo que se vida era prolongada indefinidamente. Si un yonqui pudiera mantenerse de modo permanente en el estado en que se siente cada vez que deja la droga, quizá podría vivir hasta una edad increíblemente longeva.
La droga es una ecuación celular que enseña a quien la usa hechos de validez general. Yo he aprendido muchísimo gracias a su uso: he visto medir la vida por las gotas de solución de morfina que hay en un cuentagotas. He experimentado la angustiosa privación que provoca el síndrome de abstinencia, y el placer del alivio cuando las células sedientas de droga beben de la aguja. Quizá todo el placer sea alivio. He aprendido el estoicismo celular que la droga enseña al que la usa. He visto una celda llena de yonquis enfermos, silenciosos e inmóviles, en aislada miseria. Sabían que era inútil quejarse o moverse. Sabían que, en el fondo, nadie puede ayudar a nadie. Nadie tiene una clave o un secreto que pueda comunicar a los demás.
He aprendido la ecuación de la droga. La droga no es, como el alcohol o la hierba, un medio para incrementar el disfrute de la vida. La droga no proporciona alegría ni bienestar. Es una manera de vivir."


Las puertas de la percepción (1954) de Aldous Huxley

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Junto al ensayo complementario Cielo e infierno, describe sus experiencias alucinógenas producto de la toma de mezcalina. El título proviene de una cita de William Blake: "Si las puertas de la percepción fueran abiertas el hombre percibiría todas las cosas tal como son, infinitas"



Ponche de ácido lisérgico (1968), de Tom Wolfe

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Narración novelada de la aventura Ken Kessey y los Alegres Pillastres, que a mediados de los años 60 decidieron emprender un viaje en autobús psiquedélico alrededor de los USA.


Las enseñanzas de Don Juan (A Yaqui Way of Knowledge, 1968) de Carlos Castaneda

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Código:
"Y por fin, un día que su tiempo en la tierra ha terminado y siente el toque de la muerte en el hombro izquierdo, su espíritu, que siempre está listo, vuela al sitio de su predilección y allí el guerrero baila ante su muerte. 
"Cada guerrero tiene una forma específica, una determinada postura de poder, que desarrolla a lo largo de su vida. Es una especie de danza. Un movimiento que él hace bajo la influencia de su poder personal." 
"Si el guerrero moribundo tiene poder limitado, su danza es corta; si su poder es grandioso, su danza es magnífica. Pero ya sea su poder pequeño o magnifico, la muerte debe pararse a presenciar su última parada sobre la tierra. La muerte no puede llevarse al guerrero que cuenta por última vez la labor de su vida, hasta que haya acabado su danza." 
. 
. 
. 
"Y así bailarás ante tu muerte, aquí, en la cima de este cerro, al acabar el día. Y en tu última danza dirás de tu lucha, de las batallas que has ganado y de las que has perdido; dirás de tus alegrías y desconciertos al encontrarte con el poder personal. Tu danza hablará de los secretos y las maravillas que has atesorado. Y tu muerte se sentará aquí a observarte. 
"El sol poniente brillará sobre ti sin quemar, como lo hizo hoy. El viento será suave y dulce y tu cerro temblará. Al llegar al final de tu danza mirarás el sol, porque nunca volverás a verlo ni despierto ni soñando, y entonces tu muerte apuntará hacia el sur. Hacia la inmensidad." 


"-¡Eso es pura idotez!-exclamó-. la muerte es la única consejera sabia q tenemos. Cada vez que sientas, cómo siempre lo haces, que todo está saliendo mal y que estás a punto de ser aniquilado, vuélvete hacia tu muerte y pregúntale si es cierto. Tu muerte te dirá que te equivocas; que nada importa en realidad más q su toque. Tu muerte te dirá: "Todavía no te he tocado." 

"El hombre, el ser mágico que es nuestro destino alcanzar, ya no es mágico. Es un pedazo de carne. No hay más sueños para el hombre sino los sueños de un animal que está siendo criado para volverse un pedazo de carne: trillado, convencional, imbécil"


Miedo y asco en las vegas (1971) de Hunter S. Thompson

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Viaje (literal y figuradamente) de un reportero y su abogado que visitan Las Vegas para llevar la crónica de una carrera motociclística a través del desierto


Una mirada a la oscuridad (1977) de Philip K Dick

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Código:
Fred es un policía que se hace pasar por drogadicto y vive sus días inmerso en comunidades de gente que busca una droga muy especial llamada la sustancia D. De tanto en tanto se presenta ante sus colegas para darles información. Como agente encubierto, permanece atrapado en una doble realidad, en la que en determinado momento se desdibuja y todo se vuelve incierto.
Una mirada a la oscuridad es una novela donde la paranoia alcanza su punto mas alto: el de cuestionarse acerca de la propia identidad y del rol que juegan las personas que tenemos alrededor. 
De fuerte contenido autobiográfico, el libro cuenta los años más complejos de Philip Dick, donde fue sometido a varios tratamientos de rehabilitación y donde más le costaba aferrarse a una idea concreta del mundo real.


Diario de un rebelde (The Basketball Diaries, 1978) de Jim Carrol

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La autobiografía de Jim Carroll da pie a un acelerado paseo por el malditismo.


Ciego de nieve (1981) de Robert Sabbag

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Código:
El freak de la anfeta era un héroe cultural, el último vaquero temerario… condenado a desaparecer sin remisión. Le envolvía un aire de muerte.

Un buen hábito de mezedrina es el gran premio electromotriz del uso suicida de las drogas: inyectada, la amfetamina te pone a galopar las entrañas y te sube a las nubes. Es el desafío final a la capacidad de resistencia, es morir con las botas puestas a la americana, los órganos vitales bombean al límite, las sinapsis se incendian: pasas la línea roja.

En la casa de los muertos de la química moderna, en que los barbitúricos son la cámara de gas, la amfetamina es la silla eléctrica: una descarga electromagnética de alto voltaje y las luces vacilan. Se funden los plomos. 


Cuanto mayor sea el número de personas que manejen la coca antes de llegar a ti, más veces estará cortada. Todo el mundo aporta su cuota antes de venderla… El buen vendedor de coca elige el corte según la clientela.

Y lo que sabe muy bien todo vendedor de coca es que hay muy poca gente que sepa algo de cocaína, y menos aún que la haya tomado pura laguna vez. Cada uno tiene expectativas distintas.
La norma de calidad de un usuario se basa en lo que ha esnifado la última vez. Si uno quiere anfeta, un buen vendedor se la da; si busca el "congelamiento" le da novocaína. Los hay que piensan que los grumos son indicio de pureza: el vendedor humedece la coca. El que maneja cantidad, el que compra y vende kilos, corta el producto con bórax, porque es sumamente pesado…


FlashBacks(1983). Autobiografía de Timothy Leary

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Menos que cero (1985) de Bret Easton Ellis

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Código:
Escrita a sus 19 años, y muchos antes de la exitosa y polémica American Psycho (1991), esta novela de excesos, es emblemática de aquella generación X nacida en la década del ochenta.
Si bien el consumo de drogas no es el tema central, actúa como mecanismo de funcionamiento del estilo de vida de sus personajes.
La historia relata la llegada a Los Angeles de un joven llamado Clay, luego del receso escolar de invierno. Tanto él como sus amigos son hijos de millonarios, miembros de familias disfuncionales que no tienen idea qué hacer con sus vidas.
Clay se pregunta si vale la pena una relación en serio con Blair, pero nunca nada queda claro. Su mejor amigo Julián, se ve forzado a trabajar de taxi boy para poder pagar la cantidad de cocaína que necesita. Las fiestas, la droga, el alcohol, las bromas crueles, el sexo casual, todo sucede de manera frenética, con el vértigo de la gente que se conoce de repente, se sienten amigos de toda la vida y luego nunca más vuelven a verse.
Menos que cero alude a un inmenso vacío, que el ocio bajo el sol de California se potencia hasta lo insoportable. La droga siempre esta ahí, al alcance de la mano, como el combustible de una generación que no va ha ninguna parte.


Historia general de las drogas (1989) de Antonio Escotado

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Manual sobre estimulantes, drogas de paz y sustancias visionarias, con tres apartados para cada planta / sustancia: breve recuento histórico, dosificaciones y empleos, descripción de la experiencia.


Trainspotting (1993) de Irvine Welsh

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El monólogo en off de Renton en el comienzo de Trainspotting lo dice todo:

"Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos. Elige buena salud, colesterol bajo y seguro dental. Elige hipoteca a interés fijo. Elige un piso piloto. Elige a tus amigos. Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos tejidos. Elige bricolaje y preguntarte quién coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el sofá a ver teleconcursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de puta comida basura. Elige pudrirte de viejo cagándote y meándote encima en un asilo miserable, siendo una carga para los niñatos egoístas y hechos polvo que has engendrado para reemplazarte. Elige tu futuro. Elige la vida… ¿pero por qué iba yo a querer hacer algo así? Yo elegí no elegir la vida: elegí otra cosa. ¿Y las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?"


Por poner otra novela española moderna que no sea algo de Dragó:

Historias del Kronen (1994) de José ángel Mañas

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Jóvenes, sexo, drogas y muerte en las calles de Madrid


Y la última que he leído del tema:

El Buda de los suburbios(1998), de Hanif Kureishi

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¡Dios es una sustancia, una droga!
Gottfried Benn
 
Mecagüendiox!perdonad por este +1 pero ODIO estos putos libros de pseudo-colgados que tanto gustan por estos lares. Me parecen una puta mierda de gafapastas del quince que seguro que más de uno no se los acabó ni de coña pero bueno...me rindo ante la mayoría gñe!
 
Es realmente impresionante. Veo, cuellopavo, que estás muy "puesto" en el asunto... Lo malo de los libros escritos por drogatas es que después no hay quien los entienda (el caso de Burroughs). Los libros ligeramente lisérgicos están mucho mejor (el caso de E A Poe; su relato "Berenice", por ejemplo, es inolvidable).
 
Comandante Cobra rebuznó:
Mecagüendiox!perdonad por este +1 pero ODIO estos putos libros de pseudo-colgados que tanto gustan por estos lares. Me parecen una puta mierda de gafapastas del quince que seguro que más de uno no se los acabó ni de coña pero bueno...me rindo ante la mayoría gñe!


jayavarman7 rebuznó:
Es realmente impresionante. Veo, cuellopavo, que estás muy "puesto" en el asunto... Lo malo de los libros escritos por drogatas es que después no hay quien los entienda (el caso de Burroughs). Los libros ligeramente lisérgicos están mucho mejor (el caso de E A Poe; su relato "Berenice", por ejemplo, es inolvidable).

Joder, pues yo quitando el de Jünger y el de Leary, que no los leí, solo me parecen prescindibles de esa lista Carlos Castaneda y Antonio Escotado.

Bien, tampoco leí algunos de los que tienen peli: Nelson Algren, Robert Sabbag, Jim Carrol, Easton Ellis y José ángel Mañas (de estos vi las versiones cinematográficas)

Que bueno, sumando, son la mitad más o menos que me faltan por tragar.

Comandante Cobra, fíjate en las citas que pongo en la mayoría, y dime si te parecen una mierda o difíciles de entender

jayavarman7
, supongo que de Burroughs te referirás al Almuerzo desnudo, que lo escribió en varias épocas totalmente drogado; pero sin embargo el de Yonki es muy llevadero.


Como me dijo un día una 'ciberconocida', existen factores de todo tipo que inciden en la percepción que cada individuo tiene sobre cualquier asunto. Yo, por ejemplo tengo cierta afinidad con algunos de los autores que cito, tal vez por que encuentro algunos puntos en común con ellos, como pueden ser la creación literaria y el consumo de 'sustancias ilegales', lo cual despierta mi interés hacia los razonamientos o historias que exponen.

Pero no voy a negar que quitando esta serie de autores y obras, algunas relevantes, el universo literario es mucho más extenso.
Son muchos los autores que se ajustan a lo que digo, pero no son la mayoría, ni necesariamente son los más destacados... a no ser que el lector los destaque por esa afinidad que mencionaba antes, hecho que no les quita ningún mérito pero tampoco se convierte en verdad irrefutable.

Yo prefiero exponerlo de otra manera y por ello establezco un gran paralelismo entre cualquier actividad creativa y la "locura".
En cualquier caso el ser humano es extraordaniarmente vulgar aunque cada uno de nosotros nos creemos únicos y especiales. Cuando descubrimos a otra persona que refleja y manifiesta aquello que creíamos tan excepcional y exclusivo, nos reconocemos y acabamos admirándola por ello. Así que en realidad puede que se trate sólo de empatía y narcisismo.

Un día saco una lista de premios Nóbel drogatas y otra de premios Nóbel chiflados (se admite conducta excéntrica como chifladura). Hacemos una comparativa y a ver qué tal.

P.D: En fin, después de todo Gandhi se bebía sus meados
 
.

The Basketball Diaries lo lei cuando tenia mas o menos la edad de Carrol cuando lo escribio...y la verdad es que me quede muy impresionado.
Tambien el ver como un tipo que tenia mi edad podia desparramar tanto(y no solo en el tema drogas...) y yo...tan poco.XD.

Decir que la pelicula que vino posteriormente dejo mucho que desear en mi opinion se dejan historias cojonudas...aunque es lo normal y lo que pasa en el 99% d'adaptaciones al cine de novelas y demas.

Ponche de acido lisergico tb me gusto bastante...la forma en la que esta escrito(un poco locura) te mete por completo en la historia (" o estas en el autobus o fuera del autobus"...) ademas de recordarme en muchas ocasiones a experiencias personales psicotropicas.muy bueno,si señor.

menos que cero tb ha caido...aunque la forma en la que estaba escrito me dejaba bastante desconcertado.
la lei despues de american psyco (que me dio a conocer a bret easton) y la verdad es que la fuerza del tio bateman me tiraba mas que menos que cero...pero no esta mal tampoco,si te gusta este escritor...imprescindible.
 
En mi humilde opinión... lo de "Trainspotting", vale.

Pero meter un pseudolibro cómo "Historias del Kronen" en la misma línea que maravillas narrativas cómo Yonki (aquí, yo también pondría "Queer") de Burroughs, A. Huxley, etc... pues cómo que no.

Un saludo.


P.D. ¿Servirían cómo ejemplo algunos libros de Julio Verne, Alejandro Dumas o Sir Arthur Conan Doyle, entre otros "clásicos"?
 
De todos los libros que expones me quedo sin lugar a dudas con dos:Yonqui y Trainspotting.

En ninguno de ellos se basan en esa absurda pseudo-filosofía a favor o en contra de las drogas,simplemente exponen una historia sin tener un mensaje para concienciar a nadie.

¿Qué tal está el de Miedo y asco en Las Vegas,vale la pena?

Enhorabuena por el hilo y tal.
 
PoohBear rebuznó:
¿Qué tal está el de Miedo y asco en Las Vegas,vale la pena?

Enhorabuena por el hilo y tal.


En mi humilde opinión: sí. Tanto el libro cómo la peli.

Un saludo.
 
Soy jodidamente vulnerable a lo que leo y si ya estuve emparanoiada a niveles de percha en la cabeza con Muero por dentro de Silverberg no me quiero ni arrimar a algunos de los títulos que están ahí.

Decir que ayer me dio por buscar profecías y me topé con una maya que, siendo risible, me hizo entrar en el típico bucle de tembores, falta de respiración y presión craneal por coincidencias de fechas. Que sí, que soy subnormal.
 
PoohBear rebuznó:
¿Qué tal está el de Miedo y asco en Las Vegas,vale la pena?

En mi opinión, la peli está mejor que el libro. Tiene más ritmo y un tono de humor grotesco más conseguido (las escenas del circo-casino, por ejemplo).
 
Brendan Behan- "I only take a drink on two occasions: when I'm thirsty and when I'm not."

Jack Kerouac- “Soy católico y no puedo suicidarme, pero planeo beber hasta morir”.

Y lo hizo.

Parece ser un hecho demostrado que el sentido común suele ir acompañado de adicciones (y contrariamente a la inversa).

Aquí os dejo una colección de fotografías que ha seleccionado la revista Life con varios de los principales autores politoxicómanos de la historia de la literatura:

https://www.life.com/image/50698313/in-gallery/38742/famous-literary-drunks--addicts
 
En 1940, Malcolm Lowry escribió en el más oscuro y febril de los infiernos etílicos Bajo el Volcán, una triste novela pseudo-autobiográfica. El libro relata cómo pasa Geoffrey Firmin, cónsul británico en México y alcohólico hasta la muerte, el Día de los Muertos en el pequeño pueblo de Cuernavaca.

En principio nadie quiso publicarla. En 1944 la novela fue salvada por su mujerde de un incendio provocado por su torpe ebriedad.
En cuanto al autor, cuando ya nadie se iba a sorprender de encontrarlo muerto, después de haberse bebido una botella de ginebra y de haberse tomado un frasco de somníferos como hacía todos los días, fue encontrado cadáver en su cama un día de 1957.
Una autopsia no tenía sentido, y el médico de turno del pequeño poblado de Sussex escribió en el parte forense: “muerto por desventura”.

La oscuridad, el corazón de las tinieblas, da temor, pero más cuando está dentro de uno y se quiere escapar, pero ya es tarde.

Algunos entenderéis a que me refiero.

El tenebroso infierno existe, pero como tal se puede convertir en un volcán con lava hasta el cansancio que termina siendo... o una isla originaria de fuego. Todo es transformación.

Dejo algunas escenas de la película que hizo John Huston a partir de la novela en el año 1984. En cuanto a leerlo, allá usted, pero tenga cuidado.
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Respecto a Hunter S.Thompson dejo aquí la última carta (ya la había puesto en el hilo de Poetas y suicidio) que escribió antes de pegarse un tiro en la cabeza -febrero de 2005, a los 67 años- y esparcir sus sesos encima de la máquina de escribir con una hoja en blanco:

Estimados:

Creo que estoy hablando claro. Esto no es un paso atrás y pisar mi otro pie. No, esto se trata de más. Muchos pensaran que soy un maniático drogadicto o un maldito copión al cual se le terminaron ya los minutos de fama. No, no es así. ¿Para qué servir a esta bella comunidad de inescrupulosos que no tienen nada mejor en sus vidas para fijarse en esta? Yo ya cumplí mi parte. Viví en los peores hoyos de la deformación humana durante algunos años. Cometí algunos errores (más de alguno los llamará crímenes), que fueron parte importante de mis llagas que aún no cicatrizaban. La verdad es que no me pueden pedir más. Quiero descansar. Quiero que el humo de mi cigarro deje de molestarme en los ojos para no encenderlo más. Quiero pensar que todo esto de alguna manera valió la pena. No es por nada pero mi vida es una puta mierda. Así de simple. En el submundo de mis amigas drogas fui un ganador. El de los muertos vivos realmente no lo entiendo. No entiendo la forma de cómo se hacen las cosas que para bien o para mal, siempre te terminan jodiendo. Yo tomé el camino difícil. Ese en el cual las reglas no importan porque realmente no existen. ¿Qué pueden esperar de mí? Casi la mitad de mi vida la pasé tras las rejas, vi como mis colegas vendían sus culos por un par de dólares, como los cuerpos mutilados rodeaban las calles de Camboya y las mujeres se tiraban encima por un par monedas. Eso es lo que vi y escribí. Lo único que retratar esa realidad con la sangre de mis venas, con las pocas neuronas que no tenía atrofiadas para ver si alguien reaccionaba. Pero fallé. No aguanto más. No quiero que me recuerden como un maldito copión de Hemingway por volarme los sesos o me comparen con el beodo de Bukowsky. No, yo soy Mr. Gonzo. Lo siento, los tengo que dejar. No les pido que me recuerden. Pero alguna vez enciendan un cigarrillo por mí y piensen como lo hice yo.
Sin mirar atrás....
Tengo que descansar.....
Respirar profundo....
Cerrar los ojos...

Hunter S. Thompson

Aquí un vídeo donde explica cómo le gustaría despedirse de este mundo. Y como puede verse en la última parte del vídeo, cumplió con su último deseo: volar por los aires.

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Gracias a Johnny Depp, que corrió con los gastos del espectacular funeral. Sus cenizas fueron disparadas desde un cañón que el propio Thompson diseñó –con la forma de un puño cerrado apretando un botón de peyote– mientras sonaba Mr. Tambourine Man.

Según Alex Gibney, director de Miedo y asco en las Vegas: "Estaba clavado en una silla de ruedas por una lesión de cadera, alcoholizado, deprimido tras la reelección de Bush en 2004 y afrontando el aburrimiento que suponía el vacío en la agenda deportiva tras la Superbowl"

En su última nota dejó escrito: "la temporada de fútbol ha terminado".
 
Es curioso como los "aficionados" a la droga intentan a menudo justificarse, encontrar argumentos pseudocientíficos que ensalcen su consumo y destacar a grandes pensadores que las consumieran.

Vamos a ver, no es que yo tenga mucha mucha calle, pero supongo que todos conocemos personas que eran muy válidas en su temprana juventud, y que se han quedado subnormales (tampoco literalmente, sólo más lentos de lo que eran) en su madurez. Y no estoy hablando de yonkies de los de las barranquillas o los del proyecto hombre, si no de consumidores habituales sin caer en el exceso y ya desenganchados. Es decir, que la droga causa daño al cerebro progresivamente hasta que te quedas tonto, es irrefutable. Más o menos según a quién y cuanto consumo, pero lo hace.


Escohotado es un magnífico ejemplo de lo que digo en mi primer párrafo, aunque por suerte para él y por desgracia para sus lectores, no de lo que digo en el segundo.
Tampoco comprendo muy bien por qué Trainspotting gusta tanto a los drogainómanos (¡he visto a yonkis llevar camisetas de la película!), cuando, aunque no tiene una moralina argumentada ni mierda filosófica en su interior, sí se extrae una moraleja bastante clara: las drogas son malas.

Sin embargo, confieso que no he leído ninguna de las otras obras que se mencionan en este hilo, y prometo tragarme alguna para ver si sintonizo un poco con vuestro punto de vista. Lo digo como exfumador de porros, adicto al tabaco y semialcohólico, pero que nunca ha probado nada más duro.
 
Doctor Gonzo rebuznó:
El alcohol, aunque no esté muy extendido eso de saberlo, es una droga dura.
Ha ha. No es por hacer off-topics gratuitos, pero yo empecé a beber en mi más tierna infancia, y a día de hoy, después de muchísimos litros de alcohol, no conozco a nadie adicto. Digo yo que no será tan dura. Lo de semialcohólico es una manera de hablar.

Sin embargo sí conozco gente adicta a la maría, en el sentido de "no puedo dormir sin mi porrito de antes de acostarme", "no puedo salir a la calle sin llevar encima un par de porros", o en la universidad, los que decían aquello de "si no puedo venir fumado, prefiero no venir a clase".
También recuerdo de épocas anteriores gente hablando permanentemente de pillar porque el dinero no les daba para pillar grandes cantidades y lo que pillaban de poco en poco les duraba un par de días.

Éstos eran de los que sacaban argumentos de debajo de las piedras para decir que la marihuana es una droga blanda no adictiva, y fans de Escohotado hasta la médula. No me parece raro, a cualquiera con dudas acerca de su adicción, sus textos tienen que hacerle sentir mucho mejor. Pero claro, no podía dejarlo ni cristo. Yo al menos fui consciente y puse freno mucho antes de llegar a esa etapa.
 
Estoy por escribir un libro con mi historia, que no se reduce a un par de chungos, per seguro que es una novedad supertotal.

Le animo a que lo haga. No creo que le dé para un libro, pero seguro que sí para un relato de unas cuantas páginas. Aquí hay un sub-subforo ideal para ello. Las historias y conclusiones de exconsumidores me la ponen dura.
 
¿Qué tal está el de paraisos artificiales? Igual me da por empezármelo.
 
Si lo comparas con El almuerzo desnudo es setenta veces mejor.

No, en serio, es una buena lectura, pero no busques moderneces. Yo dejé mi ejemplar con una dedicatoria casi porno en un hotel perdido de la selva de Costa Rica.
 
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