Comienza el drama. Os narro una historia digna de Ken Follet:
Resulta que hace 2 días, mi compañero de piso se fue y, como me debía dinero, acordamos que su fianza (más de 300 euros) me la darían a mí directamente. La cosa es que hace 3 días que la casera me dice que si puedo ir yo a su casa y blao blao o que no puede. Y yo, ahora mismo, tengo cero euros. Con lo cual si quiero ir a por la tía de aquí a un rato necesito dinero y sí, me lo dejaría mi alemana, pero ahí está el otro problema.
Mi EXcompañero (nótese el ex, es otro y no el mentado en el primer párrafo) de piso, el italiano, el que vendrá de visita con esta italiana, se odia a muerte con la alemana y la sueca desde que vivió aquí, líos de cama, celos y toda la pesca. Y como no se tragan, me dijo que no le comentara a ellas que él iba a venir. Y no lo he hecho.
Pues bien, ahora me ha llamado la casera. En teoría, yo tenía que recoger a esta italiana y llevarla a otro piso de mi casera donde, una vez allí, me daría la fianza y fin del problema. PERO NO. Ahora la casera me ha salido con que no ha tenido tiempo, que no ha podido acondicionar el otro piso, etc. y que si la tía se puede quedar en mi piso, en la habitación que era de mi compañero de piso hasta hace dos 2 días. Y aquí ya la hemos liado.
Bueno no, no la hemos liado. No la hemos liado tanto si lo comparamos con que mi casera quiere que yo le pida a la italiana 150 euros así como así, por los días que se alojará, y que me da otros 170 y así ya nos quitamos la deuda.
Así que en un segundo se me han juntado una convivencia, un mal rollo forzado y posible rencor, una deuda no saldada, y una primera imagen nefasta teniendo en cuenta que se va a pensar que la estafo cual ladrón de las ramblas.
Si es que ahora mismo no tengo ni para comer
ayer comí un plato de macarrones en todo el día. Hoy, de momento, nada.