Una de las personas con las que mejor me he llevado en mi vida fue un chileno con el que curré de vendepollas.
Yo tenía 20 años y él 35. Era doctor en Historia y ahí le tenías, limpiando lefazos.
Bueno, pues una tarde el bueno del chileno me dijo si a la salida nos íbamos a un puti, al New Girls concretamente. Yo dije que nunca había ido a uno y que en principio no me llamaba la atención pero él insistió e insistió y acabamos yendo.
Una vez en el puti le veía raro. Algo pasaba. Miraba a todos lados, estaba muy nervioso y en un momento dado convirtió su cara en una máscara sepulcral y con gesto sombrío me dijo que nos fuéramos.
En un parque cercano y bastates cervezas mediante me dijo que es que resultaba que hacía tiempo que estaba yendo a ese puticlub y que se había echado por novia a una de las putas. A una rumana. Su gesto sombrío provenía de que la había visto irse con un cliente, claro.
Me dijo que estaba muy enamorado, que en principio creía haber pensado que podría con el tema de que su novia se follase a veinte maromos por noche pero que estaba siendo muy duro. "Hombre", le dije, "desde luego si vas a ver la jugada en directo no va a ayudar" y él me decía que ya lo sabía pero que no podía evitarlo.
Bueno, a los pocos días se la trajo al curro y me la presentó. Pues eso, una rumanilla para comérsela.
La rumanilla y unas amigas putas suyas se hicieron asiduas al sec sop y rara era la noche de fin de semana que no aparecían por allí. El chileno se bajaba a follarse a la rumana a la garita que teníamos para comer y las otras se quedaban arriba, bailando.
Bueno, ¿Cómo le fue al chileno con la rumana? Pues mal, cómo le va a ir. La rumana un buen día desapareció y, se supone, desde Rumanía le pidió una suma considerable de dinero aduciendo una terrible enfermedad de su hermano a la que había que cubrir con cuantiosos gastos. El chileno pagaba y cuando se emborrachaba lloraba y me contaba que no se creía una mierda. Pero paga religiosamente con cuanto ella le pedía.
Se tiró una temporada sin pedir dinero y también sin dar señales de vida y cuando el otro la daba por perdida, apareció.
Nosotros seguíamos yendo al puti a verla follar con otros y todas las noches era lo mismo de salir y llorar y todas las noches era lo mismo de decirme que tenía que aprender a tragar con su trabajo.
Y así, un buen día, apareció por el curro a informar al chileno que estaba embarazada. Y lo estaba. Y pidió al chileno gastos para el engendro que venía en camino y el otro pagaba. Y el niño nació y ¿Sabéis lo primero que hizo la rumana nada más salir del hospital? Pues claro que lo sabéis, hombre. Pues claro que sí, se fue con viento fresco para nunca más volver y allí se quedó el chileno, sin dinero, sin puta y sin hijo.
Con anterioridad a esto y supongo que por considerarlo una extensión natural del que era su trabajo y su vida personal había conseguido trabajo de camarero en un puticlub sauna y había dejado el sec sop. Allí estaba sin contrato y sin nada así que tampoco tuvo que mover muchos papeles ni dar mucho aviso de que se iba, cosa que hizo el mismo día que me llamó por la tarde para pedirme que nos viésemos y allí que apareció con su enorme maletón de cuero y allí nos despedimos para siempre.
El resumen de la historia es que la puta le sacó el dinero, le sacó un hijo (o no, quién sabe) y le dejo hundido.
Pdta: a la larga estos acontecimientos que desencadenaron su huída a Chile le vinieron bien pues a los meses me escribió para decirme que era profesor en la universidad de Chile y me dijo que en cuanto me licenciase me fuese para allí, que me convertiría en su profesor adjunto y que estaba deseando seguir nuestras aventuras en territorio americano, cosa que nunca sucedió.
Fin.