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La respuesta más típica sería la de conseguir dinero fácil sabiendo que no es necesario devolverlo y gastarlo de la mejor manera posible, es decir sexo y drogas.
Sin embargo al final ese tipo de "despedidas" te dejan una sensación un tanto extraña, como de no haberlo dado todo. Se que no es lo mismo pero me he cambiado de ciudad un par de veces y he tratado de quemarlas, primero traté de quemar Bilbao, no fue para tanto, años más tarde sucedió lo mismo con Madrid. Mucha fiesta pero en realidad no se diferenció demasiado con cualquier otro período de desfase.
Estoy más con los que han respondido cosas del estilo "me iría al campo con mi mujer y un buen cargamento de vino y/o drogas" o "me reencontraría con los pocos amigos que quedan para cenar, recordar mejores tiempos pasados y emborracharse pero en ambiente tranquilo"
En cualquier caso es algo que no va a ocurrir, nadie gozará de ese privilegio a no ser que ese alguien sea el propio causante, el dedo que pulse el botón.