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A colación de un comentario de @Césped Alí, os invoco para que pongáis aquí las situaciones estrambóticas y las rabietas a tope de power y de epic que tuvieron ellas en el momento en que hicisteis bomba de humo o les cerrasteis la puerta en la puta cara.
Así a bote pronto, la más épica fue en los lavabos de la Hunibersidak... lo habíamos dejado, y yo estaba tonteando con una tetuda amante de los juegos de rol, de la que ya comenté las simpáticas aventuras con semejante espécimen por estos lares. El caso es que un día me viene a buscar y me dice que quedamos en el lavabo a tal hora. Cuando estábamos juntos, el lavabo era nuestro picadero. No había día que no follaramos como auténticos conejos en los lavabos de tías rodeados de orín, caca y esmegma. Siempre he sido un romántico.
Llego al lavabo a la hora acordada con la polla entiesa dispuesto a reventarle el Ohio cuando me la encuentro de pie, con la cabeza baja y llorando. Empezó a gritar que si yo era un hijo de puta, que me había follado a la subnormal del rol, que yo lo tenía todo, que ella no tenía nada, etc, etc... un drama brutal al cual yo no estaba acostumbrado más allá de los gritos de mi padre. En esto que yo como soy subnormal, y ya sabía que con esa puta subnormal no podía llegar a ningún sitio, le dije: "a ver, qué quieres que haga".
- No sé, tú sabrás. Eres un hijo de puta, te ha faltado tiempo.
- A ver, pero dime, qué quieres que haga. Ya no estamos juntos y no he hecho nada con la tetuda del rol.
- Eres un hijo de puta, me has arruinado la vida.
- Y qué quieres, ¿pegarme?
- Sí.
Zasca, y me soltó una patada en la espinilla que es como si se hubieran juntado la defensa del Zebiya y del At. Mandril de los 90 para verme, Pablo Alfaro y López estaban allí conmigo. Me saltaron las lágrimas. Solo atiné a decir, "bueno, ¿ya está no?", intentando acabar con esa puta tarada de la manera más "digna" posible... se agachó, me bajó los pantalones y me hizo una mamada.
Hagan juego.
Así a bote pronto, la más épica fue en los lavabos de la Hunibersidak... lo habíamos dejado, y yo estaba tonteando con una tetuda amante de los juegos de rol, de la que ya comenté las simpáticas aventuras con semejante espécimen por estos lares. El caso es que un día me viene a buscar y me dice que quedamos en el lavabo a tal hora. Cuando estábamos juntos, el lavabo era nuestro picadero. No había día que no follaramos como auténticos conejos en los lavabos de tías rodeados de orín, caca y esmegma. Siempre he sido un romántico.
Llego al lavabo a la hora acordada con la polla entiesa dispuesto a reventarle el Ohio cuando me la encuentro de pie, con la cabeza baja y llorando. Empezó a gritar que si yo era un hijo de puta, que me había follado a la subnormal del rol, que yo lo tenía todo, que ella no tenía nada, etc, etc... un drama brutal al cual yo no estaba acostumbrado más allá de los gritos de mi padre. En esto que yo como soy subnormal, y ya sabía que con esa puta subnormal no podía llegar a ningún sitio, le dije: "a ver, qué quieres que haga".
- No sé, tú sabrás. Eres un hijo de puta, te ha faltado tiempo.
- A ver, pero dime, qué quieres que haga. Ya no estamos juntos y no he hecho nada con la tetuda del rol.
- Eres un hijo de puta, me has arruinado la vida.
- Y qué quieres, ¿pegarme?
- Sí.
Zasca, y me soltó una patada en la espinilla que es como si se hubieran juntado la defensa del Zebiya y del At. Mandril de los 90 para verme, Pablo Alfaro y López estaban allí conmigo. Me saltaron las lágrimas. Solo atiné a decir, "bueno, ¿ya está no?", intentando acabar con esa puta tarada de la manera más "digna" posible... se agachó, me bajó los pantalones y me hizo una mamada.
Hagan juego.