Pero qué teoría ni qué hostias. Lo que yo he escrito es la práctica, y la práctica me dice que nunca he tenido una amistad en el sentido literal y puro de la palabra con ninguna mujer que haya conocido, no por falta de oportunidad, sino porque no he sentido ninguna gana. ¿Por qué no he sentido ninguna gana? Por la misma razón que no tengo ganas de tener amistad con un tio cuyos temas de conversación me aburran, cuyos inteses sean opuestos a los míos, o porque me parezca gilipollas sin más. ¿Lo pilla?
La práctica me dice que las que me han atraído ha sido porque había un componente sexual, y cuando dicho componente ha desaparecido, o no lo ha habido desde el principio, mis ganas de estar más de 10 minutos con esa mujer son NULAS. Y eso es práctica, no teoría.
Y si por práctica tenemos que tomar como ejemplo su historia con "su amiguito del alma" (al cual le quiere sacar hasta la última gota de lefa), pues es la reafirmación total de los que aquí hemos manifestrado nuestra no creencia en la amistad hombre-mujer.