El_Corintio
Novato de mierda
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- 17 May 2006
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Malory rebuznó:A mi novio de toda la vida le tuve que explicar paso a paso las señales que evidenciaban cuándo mi ánimo estaba por los suelos, aun así jamás supo reconocer dichas señales. Es muy triste tenerle que explicar qué hacer o qué decir cuando estas mal, se supone que son reacciones que deberían salir de él.
Coño, si no reconocía las señales, ¿para qué tenemos la boquita? Si yo he tenido una mala tarde en el curro, si mi familia me ha vuelto a amargar la existencia, si estoy de mala hostia: LO DIGO. Ni señales ni pollas. Mi novia siempre sabe cuándo está la caldera caliente antes de arrimarse. Antes de arrimarse, ésto es importante.
Respecto al tema del hilo, diré que en condiciones normales sí sé discutir sin pelearme, y muy bien además. Lo que a mí me empuja a la vertiente hostil es la forma del diálogo, y no el fondo. Me explico: algo que no soporto es la demagogia, y lo jodido del tema es que parece gustar más a aquellas personas que carecen de una oratoria decente. Es decir: sueltan chorradas vergonzantes que se convierten en insultantes cuanto peor esgrimidas. Es como si darme cuenta de la catadura moral e intelectual de mi interlocutor despertara el Vegeta que llevo dentro.
Y aquí viene lo bueno: la demagogia es un recurso mucho más usado por mujeres (supongo que por lo del ego infantil de decía Wetamir) que por hombres. Aunque nosotros la usemos mejor. El chafardero intento de darle la vuelta a la tortilla, los enfados inventados a modo de represalia retroactiva, las montañas a partir de granos de cagar en tu váter. Ésos son el tipo de detalles que hacen que piense que la discusión ya no vale la pena. Y como dijo aquél: si algo no vale la pena, no vale la pena hacerlo bien. Así que liberando la frustración al menos yo me siento mejor, y a la que discute conmigo que le den por culo.
PD: Al colchonero de deben haber puesto aparato, porque tanta baba ni en los Cazafantasmas, hoyga.