La capacidad de reconfiguración y regeneración del cerebro es algo tan increíble que personas que han perdido medio seso de un balazo han vuelto a un estado casi idéntico antes del disparo.
Nos enfrentamos, como siempre, a la soberbia y arrogancia de la ciencia occidental, que como según sus medios y su enfoque no puede hacer nada más por mejorar la situación de alguien, dice que es imposible hacer nada más. Ese es el matiz del demonio. A la técnica que cree que ya ha desvelado todos los misterios de la naturaleza y que si algo no funciona es porque o no se puede o porque la tecnología aún no está al alcance, no porque el enfoque que se le da al problema sea un despropósito de base. En este caso reducir el cerebro a una serie de procesos químicos de los cuales depende todo lo que piensas y tu estado de ánimo.
Por poner un ejemplo, esta muy estudiado por la propia ciencia (la cual desde su marco epistemológico no puede dar una explicación muy convincente y, claro, así han de invocar a la física cuántica para dar sentido a las cosas raras) los cambios radicales que se dan en el cerebro durante una meditación que modulan también otras constantes aparentemente involuntarias del cuerpo humano como son la temperatura, el ritmo cardiaco, cambio de ondas cerebrales y el gasto energético del cuerpo. Cualquier neurólogo (y, repito, se han hecho muchos estudios) que haya estudiado a un yogui haciendo meditación ha flipado porque ha visto cosas que son imposibles de hacer volitivamente. Coges a una amplia muestra de yoguis que meditan horas cada día y no vas a encontrar a ninguno con la química desregulada de un Max sin medicación; estudias esa misma muestra en una sociedad "desarrollada" con individuos random podrás encontrar a 5 bipolares y 6 esquizofrénicos con la química cerebral hecha unos zorros ¿c'apasao?
Yo sé que lo cognitivo configura lo químico e incluso diría que lo morfológico. Estoy seguro de ello. Ahora la psiquiatría me puede contar todas las pamplinas para dar las explicaciones que se crea que tiene (yo tampoco tengo las razones últimas sobre nada) e ir tirando con ello para que las farmacéuticas sigan sacando pastillitas de colores.
El circuito de psiquiatras y psicofármacos es para muchos la condena a no poder salir de ahí nunca. La mayor parte de las veces te patologizan y consolidan en tu trastorno a cambio de hacer más cívico y tolerable tu encaje en la sociedad, cuando es lo ambiental -esa misma sociedad- la que está excitando y provocando toda esa problemática.