Blood
Clásico
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- 11 Abr 2010
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El deporte debe estar enfocado a dos cosas:
- Disfrutar practicandolo.
- Mejorar la salud (física y mental).
El problema viene cuando uno se toma el deporte como una obligación o una obsesión.
Es verdad que puedes hacer del deporte y de la vida sana un modo de vida, pero el límite entre eso y obsesionarte tiene una línea a veces demasiado delgada (fina como el coral que dirían algunos).
Yo he tratado con varios deportistas de élite retirados y da un poco de grima escuchar como es su día a día, donde el simplemente levantarse de la cama les supone un calvario después de excesivos entrenamientos, excesivas infiltraciones y demás excesos. En el caso de un deportista de élite podríamos entender que tiene una razón de ser, ya que su vida deportiva es siempre corta y deben maximizar sus logros como sea, pero en el caso de una persona normal, que no vive de competir, el listón debe de estar muchos escalones por debajo de eso.
Yo me río mucho cuando hablo con alguno de estos flipados que comentais y que se cree un superatleta moderno, con un trabajo de 8 a 20 y quitando tiempo de sueño para poder hacer sus 2 horas de carrera o bici diarias. Luego duermen 5 horas, viven al borde de la lesión y con un estrés de caballo. Por supuesto morirán jóvenes y entre horribles sufrimientos.
Todo en la vida tiene su medida, pero muchos se han metido en una vorágine de vigorexia unida a una necesidad de reconocimiento en redes sociales que da hasta miedo.
- Disfrutar practicandolo.
- Mejorar la salud (física y mental).
El problema viene cuando uno se toma el deporte como una obligación o una obsesión.
Es verdad que puedes hacer del deporte y de la vida sana un modo de vida, pero el límite entre eso y obsesionarte tiene una línea a veces demasiado delgada (fina como el coral que dirían algunos).
Yo he tratado con varios deportistas de élite retirados y da un poco de grima escuchar como es su día a día, donde el simplemente levantarse de la cama les supone un calvario después de excesivos entrenamientos, excesivas infiltraciones y demás excesos. En el caso de un deportista de élite podríamos entender que tiene una razón de ser, ya que su vida deportiva es siempre corta y deben maximizar sus logros como sea, pero en el caso de una persona normal, que no vive de competir, el listón debe de estar muchos escalones por debajo de eso.
Yo me río mucho cuando hablo con alguno de estos flipados que comentais y que se cree un superatleta moderno, con un trabajo de 8 a 20 y quitando tiempo de sueño para poder hacer sus 2 horas de carrera o bici diarias. Luego duermen 5 horas, viven al borde de la lesión y con un estrés de caballo. Por supuesto morirán jóvenes y entre horribles sufrimientos.
Todo en la vida tiene su medida, pero muchos se han metido en una vorágine de vigorexia unida a una necesidad de reconocimiento en redes sociales que da hasta miedo.