Semanario de un tullido Peludo.

  • Iniciador del tema Iniciador del tema Spawner
  • Fecha de inicio Fecha de inicio
le sauternes rebuznó:
Eso, eso. Que se rompa un par de tendones al día para dar mas realismo y tensión narrativa a sus posts.

Lo que sea con tal de tener entretenido al personal y que la próxima vez haya sangre a borbotones.

Si hace falta que concluya el relato la viuda de Spawner, pero The show must go on :lol:


Ioputas todos.
Calla puta, Spawnie volverá a competir y a ganar. Por mí.
 
iskariote rebuznó:
Buenísimo, mejor de lo esperado. Si nos vas a contar así de bien todos tus combates, merecen hilo propio.

Aterradora la parte de urgencias, me he puesto de una mala leche terrible sólo de imaginármelo. Y espeluznante la descripción del momento de la lesión.

Espero polla en mano la siguiente semana.

Espero mantener el listón. El resto de esa primera semana que va desde la lesión hasta la operación creo que la dividiré en dos partes, que sino me va a salir un ladrillo darkiano que no se va a leer nadie.

iskariote rebuznó:
Mientras tanto, unas preguntas:

¿En qué se notan los vicios de un kickboxer que pelea en boxeo? ¿Lo de sacar el codo puede considerarse infracción? ¿Te acordaste del forero Niño Difícil en tu calvario?

Sólo se considerará infracción si hay voluntariedad. Si yo voy a pegar un hook al cuerpo y tú estás cargando un gancho al mentón y, por el camino, me das un codazo, pues son gajes del oficio, cosas fortuitas y poco más.

Lo de Niño Difícil no lo pillo, imagino que es algún avatar que no visualizo.

En cuanto a lo de lo vicios de un kickboxer, no es tanto que tengan vicios con que, aunque no lo parezca, es un deporte distinto. Yo, que soy diestro, intento terminar mis secuencias o, al menos, marcar los tiempos, eso que se llama la cadencia de golpeo, el ritmo, la música del cuero, de manera que los "puntos álgidos" sean técnicas de mano derecha. Un kickboxer hará lo mismo con la técnica de pierna; es muy raro ver a un kickboxer terminar sus series con golpes de puño. Por otro lado, soléis ir con las manos mucho más altas y separadas de los costados, especialmente en Muay, donde, además, podéis agarrar piernas y hacer proyecciones. Y, por último y sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal), las distancias; en casi cualquier deporte de contacto se marcan las distancias en función de la envergadura de los miembros con los que se puede impactar, en boxeo, los brazos, en kick, los brazos y las piernas; como consecuencia, en boxeo tenemos tres distancias: lejana, media y cercana; en kick es muy raro avanzar hasta distancia cercana, lo que en boxeo se llama la distancia de la verdad, porque el miembro más potente está lejos. En Muay sí se avanza más, por aquello de las rodillas, pero es un follón más raro si cabe.

ensaladadeestacas rebuznó:
Lo de los médicos de traca. ¿Lo que sentiste fue parecido a como si te bajaras la cremallera del pantalón de golpe, pero sobre el músculo?

No sabría decirte, la palabra que mejor lo describe es latigazo, no de dolor, porque doler, lo que se dice doler, no me dolió gran cosa, pero sentí un latigazo, un tirón y como un calambrazo.

ignaciofdez rebuznó:
Interesante, creo, el punto de inflexión:
"Es un dolor raro, no le doy importancia...
"

Jdrrr, el puro cuerpo siempre suele avisar, y nosotros, en caliente, ó no tan en caliente, no le hacemos puro caso.
Ahora, facilito a toro pasado, ya sabemos que si nuestro héroe hubiese parado en ese preciso momento, la lesión hubiera sido muchísmo más leve que lo que fue tras forzar.

Cuántas veces no me he dicho yo a mí mismo eso.

Kokillo rebuznó:
Eh, eso digo yo, que ya estaba metido en el combate agarrado a la mesa y con la lengua doblada mordiéndomela.

Me ha molado. Continúe.

Espero continuar en la línea.
 
Joder coincido con el resto, muy buena narrativa. Me había metido en la pelea, solo que en mi cabeza había un gran público voceando, una cachonda paseando con un letrero y tu entrenador era sexagenario y llevaba un gorro de lana. Cosecha mía.:lol:
 
La historia de la pelea muy bien contada. Me ha recordado el único combate que hice en kick ya hace casi 9 años.
Nosotros también solíamos entrenar con alguno de boxeo y va bien para mejorar la técnica de puños.
Recuperese pronto y ánimos, Que da gusto leer historias tan bien contadas.
 
Magnífica narración Spawner, sólo me llama la atención una cosa, el trato del hospital, ¿No tenéis seguro médico privado entrenando a ese nivel?, se me hace raro que no tengas tu médico de referencia al que ir y que te haga las pruebas necesarias, además ni eco ni pollas, en la última mia le dije que quería una resonancia y por algo infinitamente menos grave que lo tuyo, creo que entrenando a ese nivel merece la pena tener un seguro médico privado.
 
Joder, que hijosdeputa los del hospital. La inmensa mayoría no tienen ni puta idea de nada, dejo un primate atendiendo al personal y sacamos el mismo partido. Mierda de sanidad actual en el país. Lo que no entiendo es cómo templas los nervios para encajar semejante diagnóstico, yo les monto un berenjenal de narices.

Los que hemos estado lesionados alguna vez sabemos lo duro y complicado que es a nivel mental, ya no por el dolor físico o la lesión en sí, sino por las consecuencias que desencadena. Recupérate bien, y piensa -visualízate- que en pocos meses estarás ahí dándolo todo de nuevo
 
Estoy con el Pato, no tenéis seguro privado? Si cuando yo me rompí unas fibras del gemelo fui al médico que teníamos como árbitros federados de fútbol y me atendieron sin rechistar, no quiero ni pensar si ya pagas por ello. No es que la sanidad pública sea mala, que no lo es, es que no están especializados en lesiones deportivas y mucho menos en urgencias.

Seguiremos atentos al hilo. Por cierto, la Perrina vio ayer tus fotos tho perita y luego tho flojúo y dijo "ay pobre, como se le nota"
 
Perrino Chico rebuznó:
Seguiremos atentos al hilo. Por cierto, la Perrina vio ayer tus fotos tho perita y luego tho flojúo y dijo "ay pobre, como se le nota"
No mese sostribe mucho Perri no vaya a ser que al final de tho vaya a...
images


l◄arma pelúa.
 
Esta noche espero escribir más. Que he estado fuera y el otro día, cuando me iba a poner, me encontré con el Judenato.
 
CAPÍTULO 1:

[26 OCTUBRE – 3 NOVIEMBRE] - LA SEMÁNA TRÁGICA DE SPAWNER. PARTE 2.

VIERNES 26 DE OCTUBRE [NOCHE]:

- ¿Sabes? A los 30 segundos de empezar del último asalto, ya sabía qué te iba a decir cuando sonara el crono.

Mi entrenador tiene la sana costumbre de soltarnos una frase a cada uno cuando nos bajamos del ring, una especie de conclusión o reflexión que nos haga pensar cómo hemos peleado, si vamos por el buen camino o si nos merecemos una reprimenda.

- Tal y como ha acabado la cosa, espero que sea algo bueno.

Hemos salido del Hospital, con un diagnóstico que no nos convence a ninguno, aunque mi entrenador trata de ser optimista. Sin embargo, su gesto lo delata y es evidente que tiene tantas dudas como yo. Estamos en un bar cutre tomando un café haciendo tiempo hasta que me toque entrar a trabajar en el gimnasio.

- Si peleas como has peleado en el último asalto, no hay quien te pare. Le estabas pasando por encima.
- Pues al Campeonato de Andalucía va a haber que decirle adiós, me parece a mí, Mickey –no se llama así, obviamente, pero es un buen pseudónimo.
- Bueno, ya habrá más; de todas formas, esperemos a ver que te dicen el martes. Aún así, deberíamos llamar al Presidente, ¿no? Para eso hay un seguro médico, quizá podamos ir a la clínica que tenga aquí la Federación, sea cual sea.
- Imagino que sí, llámalo y hablamos con él.
- Salgo fuera, que hay ruido y ahora entro.

Me quedo con otro compañero que nos ha acompañado al Hospital. Su novia actual es una brasileña demasiado joven y que está demasiado buena, el padre de ésta es portero de discoteca y, según me cuenta, se rompió el bíceps hace cosa de un año, cuando su hermano, que cargaba una lavadora junto a él en una mudanza, tropezó y le tiro el cacharro encima.

- Tío, es imposible que te hayas roto el bíceps, al menos no del todo.
- ¿Y eso?
- El padre de mi novia se lo jodió y yo lo llevé al Hospital. Iba llorando como un cerdo, un tío de casi dos metros llorando de dolor y tú casi no has sentido dolor. ¿Te duele ahora?
- No, la verdad, ya has visto que he venido conduciendo sin problemas.
- Qué va, tío, imposible que estés roto. ¿Puedes hacer fuerza?
- Pues, la verdad, es que no me ha dado por probar, no vaya a ser que eso esté medio pillado ahí y la termine de joder.
- Claro.

Pero la semilla de la duda estaba sembrada y uno, que es de natural gato, lleva la curiosidad muy adentro.

- Voy a hacer un gesto de curl con ambas a la vez -le digo a mi compañero- ya me has hecho dudar y quiero quedarme tranquilo, dime cómo lo ves y sé sincero, cabrón.
- ¿Estás seguro?
- Sí, o no, no lo sé. Tú dime lo que ves.

Me remango, extiendo ambos brazos y, desde el principio, se ve que eso no está normal. El brazo derecho está plano desde el codo hasta la mitad de lo que debería ser mi bíceps. Muy lentamente empiezo a realizar el movimiento, casi sin hacer fuerza, lo justo para congestionar algo el brazo y no, qué va, eso no está nada bien; mientras el brazo izquierdo, el sano, está perfectamente elástico, tenso en ambos extremos, hombro y codo, el derecho hace cosas raras. Es difícil de explicar la sensación que recuerdo, lo más gráfico será decir que es como si un gusano enorme se deslizase dentro de mi piel, entre mi carne y mi hueso, y avanzase caracoleando por el brazo hasta el codo.

- Para, tío, es muy raro. Es como cuando en las películas uno de los buenos, el negro que se muere, tiene un parásito que le avanza por debajo de la piel. ¿Qué sientes?

Me toco un poco, mientras intento mantener la congestión.

- En el hombro está tenso, duro, como siempre, pero por abajo no, por el codo no noto tensión ninguna, está blando. Y la sensación es muy rara, esto no está bien.

Me da por pensar cómo explicarle qué siento al intentar congestionar y lo único que se me ocurre decirle es que cuando desvirgan a una tía debe sentir algo parecido a esto.

- Mira que eres burro, cabrón.

Entra mi entrenador. Trae muy mala cara, no se lleva muy bien con el Presidente; yo si me llevo bastante bien desde que en una velada mi rival no pudo pelear y me quedé haciendo las veces de hombre de la campana y el Presi, un viejo más cercano a los 80 que a los 70, se pasó los 8 combates contándome batallitas.

- Hola, ¿cómo va la cosa?
- Hombre, pues, ahora mismo, asustado, la verdad.

El Presidente además de mayor, es un sevillano de estos de pantalón de pana, camisa, polo de cuello de pico, chaqueta, gafas ahumadas y voz estridente que, a la mínima, se lía a dar voces. Midiendo 1.60 y poco, es muy gracioso verlo enfadado.

- Bueno, tranquilo, que eso seguro que no es nada, aunque ya me ha dicho Mickey que este año al Campeonato no llegas, ¿no?
- Hombre, pues tiene mala pinta.
- Es una pena, este año lo tenías muy bien encarrilao. Pero la salud es lo primero. Hablando de eso, ya se lo he dicho a Mickey, la Federación Andaluza tiene médico, claro.
- Ya, ya lo sé, para algo nos hacemos el reconocimiento, la cosa es saber dónde por si podemos acelerar el jaleo. Si puedes dame el teléfono o la dirección, ¿mañana me recibirá? ¿Tienen Urgencias?
- Sólo tenemos UN médico.
- No te sigo.
- Que sólo hay un médico, aquí en una clínica en Sevilla.
- ¿Cómo?
- Que si quieres hacerte una prueba, tienes que venir aquí y, claro, el lunes.
- No me jodas.
- Mi consejo es que te lo hagas en Granada en Urgencias, a fin de cuentas el resultado es el mismo.
- …
- Ya sabes cómo son estas cosas, los seguros los hacemos porque nos obligan pero, sinceramente, no sirven para nada. De hecho si la lesión no ha sido en competición puede ser que te hagan el lío y que la póliza no te cubra nada.
- Y, si tuviera que operarme, ¿también sería en Sevilla?
- Eh… sí, claro.
- Cojonudo.

Me despido como buenamente puedo, pero estoy un poco en shock. Sé que voy a estar subiéndome por las paredes hasta el martes. Aún no he comentado nada a mi Vegui, que está en el trabajo, ni a la familia, que para qué.

Salimos del bar y me voy al trabajo, mi entrenador se ha quedado muy afectado, está muy preocupado y se siente algo culpable. Después de decirme mil y una vez que lo llame para cualquier cosa, coge el coche y se van él y el otro compañero. Así que, ya, por fin solo para pensar un poco, voy camino al trabajo y, como es normal, me voy tocando el brazo. Cierro los ojos para que el aspecto no me impresione ni condicione y toco alternativamente un brazo y otro, intentando buscar similitudes y diferencias, rezando porque no note nada raro. Y una polla.

Mientras un brazo es MI BRAZO, el otro no. Es grande, claro que es grande, pero está fofo y nada congestionado. Con los ojos aún cerrados, me da por reír porque lo que se me viene a la cabeza cuando agarro mi brazo malo con una mano, es que estoy agarrando una teta, bueno, más bien una ubre. El tacto, el movimiento, la textura… son exactamente idénticos. Y me río pensando que, por la noche, le pondré el brazo entre las tetas a mi chica y le diré que es la puta de Desafío Total.

Y en éstas ando cuando, por fin llego al trabajo, y ya todo el mundo se ha enterado de que es muy probable que esté lesionado.

- ¿Qué te han dicho? –Me pregunta mi jefe, un ex-culturista majo como él solo.
- Pues que es una rotura parcial y que se curará sólo. Que ibuprofeno y reposo.
- ¿Puedo verlo?
- Claro. –Me quito la camiseta. Me agarra los dos brazos, los mira con detenimiento. Me los gira, ambos a la vez y, después, alternativamente. Se tira como 10 minutos meneándome los brazos, lo que viene a ser 10 veces más tiempo del que duró el examen médico de Urgencias.- ¿Y bien?
- Mira, yo no soy médico, pero esto de parcial…
- Tiene poco, ¿verdad?
- Hombre, ya te digo que yo no soy médico, yo lo que sé lo sé por los módulos de anatomía que hice hace años…
- Si yo pienso lo mismo, no te preocupes.
- ¿Te van a hacer alguna prueba de contraste?
- Sí, una ecografía el martes.
- Mierda de Seguridad Social.

Me disculpo para entrar a dar mi clase. Entro y los alumnos están más por mirarme el brazo que por entrenar, es viernes y los viernes los estudiantes sólo quieren sudar, pero no en un gimnasio. La clase es más ligera que otra cosa y yo no me atrevo a poner manoplas, así que trabajan técnica y poco más.

Yo mientras intento hacer el gesto de pegar al saco sin pegarle y las sensaciones son raras de narices. Mi brazo se bambolea con el tríceps de una sexagenaria pasada de kilos cuando baila sevillanas. Cada movimiento que hago me convence, aún más, de que eso no está bien.

Llega un whatsapp, mi señora, que nos vemos en el bar de siempre. Recojo mis cosas y me voy para allá mientras voy pensando cómo se lo cuento.

Llego, está contenta, lleva poco tiempo en un trabajo nuevo y quiere celebrarlo cada día. Empieza a contarme de todo: sus compañeros, los clientes, los horarios… Pero, evidentemente, me ve distraído.

- ¿Qué te pasa?
- Bueno, verás, hoy me he lesionado.
- ¿Otro esguince? Tienes que cambiar de botas, que están hechas una mierda y te vas a acabar haciendo algo serio. Mira, con el primer sueldo, te compro unas y las llevas a los Campeonatos de Andalucía.
- No, no es un esguince.
- ¿Entonces? La nariz la tienes bien.
- El brazo.
- ¿Cómo?
- Mira.

Me quito la camiseta y le enseño ambos brazos; los extiendo como si estuviera pidiendo limosna, con las palmas hacia arriba. Se me queda mirando, es evidente que no le gusta NADA lo que ve.

- La puta. ¿Qué te han dicho? ¿Qué te han hecho?
- Que es una rotura parcial.
- Y una polla.
- Tengo una ecografía el martes.
- Vámonos a casa, cariño, y me lo cuentas todo.
 
A los que preguntabais por el seguro privado no os he contestado antes porque con lo que pensaba contar, ya os respondía.
 
Muy interesante el relato, Spawn. Se está usted marcando un hilazo. Siga así.
 
El de la federación de fútbol hasta hace un par de años era igual.
 
Spawner rebuznó:
El de la federación de fútbol hasta hace un par de años era igual.

Pues vaya mierda, mírate uno privado o lo que sea, para el futuro quiero decir. Yo era un árbitro de mierda de primer año y ya te digo que me hicieron de todo y como no pude pitar ese fin de semana creo que hasta me pagaron y todo. Cobraba 500 o 600 pesetas por cada partido de benjamines, pero me las pagaron que es el caso. Creo recordar, fue hace más de 20 años, que me hicieron 3 o 4 radiografías y me dieron pastillas para varios días y no pagué ni un duro. Aparte de que llegué y estaba la sala de espera llena, dije que era árbitro pero que aún no tenía el carnet y que me había lesionado entrenando y me metieron directo a la sala de urgencias. Vino un médico especialista, luego me enteré que era el médico de la UD. Salamanca, me miró y me preguntó por síntomas y dolores. Bien es cierto que luego no volví a verle y me atendió algún médico intermedio.
 
Leyendo el relato del Pelúo me imagino las escenas llenas de humo, con gente fumando:
En el ring, en el coche, en el bar con la novia, en urgencias, Mickey se quita el puro de la boca para dirigirse al Pelúo, el jefe le palpa ambos brazos mientras fuma un Güinston,...

l◄arma e hilazo.
 
Cuando la Vegui le dé un descanso sexual a nuestro púgil, a ver si éste continúa con su estupenda narración...
 
Este fin de semana me abandona, así que podré escribir.
 
Arriba Pie