En cualquier campo de la personalidad y el comportamiento humano creo, y veo más lógica, la influencia y las variables del medio que las genéticas (juegan también su papel, pero en un porcentaje bastante menor).
El L'orealismo se adquiere, es imitación pura. El fenómeno sigue un desarrollo paralelo al de cualquier otra forma humana de actuar. Es una conducta que hacen suya más tarde o más temprano, como consecuencia de encajar en lo socialmente bien visto por el grupito de amigas y las tías que las rodean.
Unas, las que lo adquieren antes, lo llevan con más naturalidad, y por tanto es un poco menos repulsivo (sólo un poquito) que el postureo cogido con pinzas de otras.
Suelen ser las que están de medianamente potables para arriba. La autoestima influye mucho aquí. Creo que el ambiente familiar y social en el que se han criado tiene un gran peso, ya que, como dije, es una conducta que se va madurando poco a poco. Quiero decir con esto, que una madre o familiar fémina que vea que la niña es guapilla, de una manera (más o menos sibilina, según el caso) u otra va a hacer ver a la niña que ha de utilizar ese potencial a su favor.
A mis ojos, este L'orealismo practicado desde Primaria, se nos presenta, por ejemplo, en ciertos matices de feminidad y orgullo femenino. El hecho que hace que no sea tan repulsivo de cojones es que se muestra como una manera natural de actuar.
Luego, en el otro extremo, están las estropeadas que no han atraído una mirada o una atención realmente sincera por parte de un hombre en su puta vida. Son chavalas dadas al poco autocontrol personal y actitudes más histáricas a la media femenina aun si cabe. No llegan al nivel mínimo de autoestima necesario para moverse de una manera desenvuelta en ésta, nuestra agradable sociedad.
Estas zorras son las peores, porque encima de ser horripilantes, pillar de espanto, follar aún peor y ser una putas estrechas en general... hacen pagar a cualquier hombre los palos que se han llevado anteriormente (un buen camión de sacos). He visto a muchas gordas, feas y manipuladoras (de poco éxito) adquirir comportamientos l'orealísticos de niveles alarmantes.
Zorras a las que se arrejuntan o hombres con pedos flipantes o perdedores primazos que están dispuestos a ser ninguneados y pisoteados por poder tocar (cuando a la insegura le apetece) culos celulíticos y besar labios y lenguas que se mueven con poca sincronía y brío.
Cuando termino con alguna de éstas la calo rápidamente y adquiero modo Cossa Nostra on. Es decir, les hago creer que soy un primo más, hasta conseguir sacarla lo que quiero y luego se la pego por sorpresa, así disfruto de su derrumbe personal y me llevo para siempre otro cachito de su muy mermada autoestima. Es mi cruzada personal, soy un justiciero. Hago lo que otros muchos no fueron capaces de hacer antes, quizás por poco entrenamiento en el tema o por ser unos panolis crónicos. Pero sobre todo actúo así por mí, ya faltaba. Es una cuestión de en qué escalón del podio quieres quedar, yo quiero uno por encima de ella.
No es cruel, este tipo de lerdas se merecen que las trate así.