Sobre el tema ya cerrado ¨Que opinas de follar con simias¨

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Spawner rebuznó:
Los negros y los moros también y no por eso deja de ser lol.

Son más clasistas que los moros. Bastante más. Y que los negros. Los negros son más bien "quiero y no puedo", pero no sienten desprecio por quienes están medio peldaño por debajo de ellos, ni tienen un complejo tan pronunciado.
 
A mi me gustan las jamelgas de piel sonrosada y algo generosas en carnes, pero sin llegar a estados de morbidez o sobrepeso, me gusta cierta proporción. Me parecen más saludables y naturales que esos sacos de huesos que te la comen en un antro nocturno cualquiera yendo ciegas de dronja y alcohol, que parecen directamente sacadas de una esquina, donde la chupan por una micra de heroína. Bueno, al tema, el caso es que no tengo predilección alguna por las féminas de otras razas, pese a que en alguna ocasión he follado con alguna tipa con hedores corporales nauseabundos, o con alguna rumana que no podría distinguir si era de raza eslava o jipsi.

En una ocasión, cuando vivía en Zaragoza, fui víctima del acoso por parte de una mora de mierda, además de las que tienen la piel oscura y ligeros rasgos negroides. Una tipa de esas que se había criado en nuestra piel de toro, que hablaba castellano perfectamente y estaba, en teoría, integrada en nuestra maravillosa sociedad. El caso es que nos conocíamos del trabajo, de un bar donde hacía horas extras los fines de semana, y enseguida tomó interés en mi humilde persona con claros propósitos. Ya me causó una sensación desagradable cuando la vi por primera vez, cuando entrando en el establecimiento, que era nuestro lugar de trabajo, lo hizo blasfemando y rascándose el entrepierno. Ese mismo día me dijo que llevaba tanga, y que se le metía por el ojete, y lo dijo como buscando algún tipo de respuesta picante por mi parte. Además, y para colmo de todo, llevaba el pelo de un color rubio oxigenado que, combinado con su tez parduzca, le hacía parecer una especie de aborigen australiana. La tipa en cuestión tenía bastante desparpajo hablando, parecía mentira que tuviese los orígenes étnico-raciales que tenía, y a cualquier asunto le sacaba el lado sexual, siempre con indirectas. Recuerdo una tarde, que quedamos con otros compañeros de trabajo a tomar algo, y la moraca de los cojones estuvo todo el día hablando de pollas y de la sexualidad reprimida de muchos hombres, según su teoría, y como se asustaban de una tipa como ella, muy echada para delante y sin temor a comer cuantos rabos fuesen necesarios.

La tipa trató de quedar con un servidor en un par de ocasiones, pero yo le di largas, no tenía ni la más mínima intención de pasarme por el nardo a semejante hez andante. Además me presentaba en bandeja la posibilidad de follar sin ningún esfuerzo adicional, solamente tenía que quedar con ella. Esta misma situación trasladada a muchas otras jamelgas por las que yo he derramado litros de lefa, en placeres onanísticos, hubiese sido un sueño, pero en este caso era una pesadilla.

La cuestión es que finalmente no acabó consiguiendo su objetivo, yo le di bastante de lado, y la mora de mierda acabó poniéndose a malas con un servidor y dejándole de hablar. Afortunadamente esto ocurrió hace algunos veranos, y fue un trabajo de circunstancias, por sacar algo de dinero, y no volví a ver al citado engendro. Yo sostengo que follar con simias, ya sean de Panchitolandia o el norte de África, son problemas. Es más, incluso muchas que viven plenamente integradas en la cultura occidental, capitalista y de consumo, son más putas que nuestras propias putas autóctonas. En el caso de las moras, una vez desprendidos los vínculos con sus culturas de origen, son tan putas o más que las hembras ibéricas, aunque en este caso no puedo hablar más que por lo que os cuento, dado que no me la follé, me hubiese sentido mal en caso de hacerlo y seguramente me hubiese cortado el miembro.
 
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