Otra cosa asquerosa y repugnante, como no podía ser de otra forma viniendo de quien viene, es que los moros cobran los sueldos pero no consumen. El dinero que ganan los putos morupios mal huelen, no vuelve al sistema en forma de consumo. Los muy hijos de puta se lo guardan y lo mandan a sus países tercermundistas para financiar al ISIS o comprarse allí un terreno en el Sahara y 5 cabras.
Nos desangran, sacan el dinero de aquí y lo inyectan en sus mierdas de países. No verás nunca a un moro puliéndose la paga del mes en bares, centros comerciales, restaurantes, etc. Por eso creo que la morería son la peste, y puedo demostrar lo que digo.
En mi pueblo antes había bares, y cuando los mozos cobraban los jornales: se arreglaban, se perfumaban con Varón Dandy e iban a los bares a celebrar que tenían dinero en el bolsillo. El dinero corría de mano en mano, el tabernero hacía caja, podía vivir y sus hijas podían comprar minifaldas y tangas para poner cachondos a los clientes mientras les servían.
Pero llegó la peste, reventaron los salarios (porque luego viven de las ayudas y pueden permitírselo), los negocios del pueblo fueron marchitándose poco a poco, el economato empezó a quedarse sin productos porque cayeron las ventas, los bares cerraron porque la peste se cernió sobre ellos, y todas los comerciantes fueron cayendo lánguidamente. Con los impuestos que éstos pagaban como autónomos se financian los subsidios de los moros y las becas de sus repelentes hijos. El Estado les quita el dinero y se lo da a los moros, y éstos se lo guardan y lo mandan a sus países para que allí florezca el mercado, mientras que aquí, se va mustiando todo.
Son como sabandijas, están debilitando todo el sistema, la economía y a la sociedad. Cuando ya estemos consumidos y anémicos perdidos nos impondrán sus costumbres y creencias ancladas en la edad media.