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- 15 Mar 2007
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Pues eso, que últimamente estoy hecha un lío, parece que no sé nada, es como si mi capacidad de decisión se hubiera esfumado casi por completo, antes era mucho más radical, tenía las cosas claras, extraordinariamente claras. De repente me dio por relativizar todo, por intentar analizar los comportamientos ajenos de forma empática para llegar a comprenderlos y, de tanto ponerme en lugar de los demás, siento que se me ha olvidado dónde estoy y lo que quiero, si es que alguna vez lo supe realmente.
Me siento a veces como los pollos a los que les cortan la cabeza y corren dando tumbos a ciegas de un sitio a otro hasta que se desploman. Esta desorientación, como no podía ser de otra forma, afecta también al plano sentimentaloide, que es el que pega aquí. Vereis, hace unos meses empecé a salir con un amigo. Nos conocimos hace dos años y entre pitos y flautas, con el rollito de la amistad (que no pagafantismo) consiguió darme caza de la forma más tradicional, la de "pobre pesado saca mendrugo" o "pico pala", como querais llamarlo. Pensé que era sólo morbo y que al liarme con él me dejaría de gustar ipso facto, pero con la tontería llevo ya 7 meses y la verdad es que aún no me he aburrido ni un solo minuto.
Pues bien, esta personita es la antítesis de lo que yo considero "atractivo" en un tío. Físicamente me encanta, pero si tuviera que escribir en el hilo ese de qué buscas en un chico, probablemente diría que me llaman la atención los hombres serios, reflexivos y prudentes, y ,mira por dónde, él es todo lo contrario, un auténtico polvorín con patas. Tiene lo que para mí son las "virtudes básicas": Bondad por un tubo, inteligencia, energía y optimismo, pero acostumbrada como estoy al saber estar, a la discreción y a la reserva, porque es lo que me han inculcado desde que era enana, con este hombre las paso canutas (en serio, a veces paso corte). Nuestra educación ha sido diferente, nuestras vidas más aún, igual por eso nos hicimos tan amigos. Al principio lo tenía totalmente asexuado, me parecía un crío muy divertido, que estaba como un cencerro y empecé a tener con él una amistad de estas de cole, de malear juntos, hasta que "la mirada del otro" o lo que sea, hizo que reparara en lo bueno que está y la cagué, pero bueno, al grano.
El caso es que el polvorín con patas, una vez logrado su objetivo, empezó a sentirse inseguro y tuvo la brillante idea de ponerme celosa. Como todo lo hace a lo bestia, no se le ocurrió una forma más truculenta de cabrearme que enseñarme sus fotos del móvil entre las que estaba el desnudo integral de una amiguita suya. "Mira qué cuerpo, blablablabla... (vítores varios)". Yo, atónita, no pude por más que darle la razón, callar lo sumamente photoshopeada que estaba la menda y lo flipante que me parecía que siendo una estudiante normal, nacida en una casa normal, con una vida normal, se dedicara a obsequiar a sus coleguitas con desnudos gratis. Mi orgullo me impidió mostrar un solo atisbo de indignación y hasta le dije que sí, que qué cuerpazo etc, para que pasara foto cuanto antes y poder reponerme del shock. (Aquí ya empiezan las dudas esas de la que os hablo, tiempo atrás me hubiera parecido una desfachatez imperdonable y hubiera montado en cólera, ahora siento que igual soy demasiado remilgada o carca y callo y lo pienso).
A este episodio le siguió un despliegue sin parangón de comentarios varios, admirando los atributos de cuanta moza de buen ver se cruzaba en nuestro camino, un par de fotos más de otras amigas ligeritas de ropa y, cada vez más, críticas a mi cuerpo un día, piropos otro, más críticas, más piropos, más mirar a otras, más comentar sobre otras etc etc etc, hasta que un mal día, presa de la ira y la autocompasión, exploté (numerito lacrimógeno incluido). Él me pidió perdón, me dijo que había sido un imbécil porque se sentía poca cosa a mi lado y como me gusta tanto pensé: borrón y cuenta nueva.
Después de eso se volvió más normal, vamos, que el tío es ligón, lo lleva dentro, le gusta gustar, lo necesita, creo, pero ya no era ese no parar de los primeros meses, aún así, sigue intentando porculear, a veces me cabreo y encima parece que padezco celopitia aguda con lo que me jode, porque, al menos para mí, los celos son algo intimísimo.
A esto hay que sumarle que el angelito miente. Le he pillado algunas trolas sin importancia, para impresionarme! pero mentiras al fin y al cabo y, siento que podría llegar a perderle el respeto por este motivo, si es que no se lo he perdido ya.
Leyendo esto cualquiera diría que está todo bastante clarito, que me he juntado con un elemento de los de agárrate y no te menees y que, cómo no, me lo merezco, por puta, pero es que no es un quinqui cualquiera, es que me gusta muchísimo y no sé qué hacer, si mandarle a hacer puñetas y echarle de menos hasta que se me pase, porque fijo que no me dura más de un mes el drama, seguir con él de legal, seguir con él y darle cañita en vez de ser tan sumamente pánfila... (estas dos últimas opciones incluyen el compartir piso , de ahí mi desazón)
Necesito opiniones al respecto. Si alguien quiere contar otro rollo personal porque lo considera la mejor manera de ejemplificar una opinión, lo agradecería, así de paso se diluye la responsabilidad del ladrillaco, que a mí esto me da mucho palo... pero quería saber qué opinais, si os ha pasado algo parecido, si habeis estado con alguien con quien no pegarais ni con cola porque os hiciera felices y si también estais hechos un lío, que es lo que realmente me preocupa, el no saber nada y dudarlo todo!
Me siento a veces como los pollos a los que les cortan la cabeza y corren dando tumbos a ciegas de un sitio a otro hasta que se desploman. Esta desorientación, como no podía ser de otra forma, afecta también al plano sentimentaloide, que es el que pega aquí. Vereis, hace unos meses empecé a salir con un amigo. Nos conocimos hace dos años y entre pitos y flautas, con el rollito de la amistad (que no pagafantismo) consiguió darme caza de la forma más tradicional, la de "pobre pesado saca mendrugo" o "pico pala", como querais llamarlo. Pensé que era sólo morbo y que al liarme con él me dejaría de gustar ipso facto, pero con la tontería llevo ya 7 meses y la verdad es que aún no me he aburrido ni un solo minuto.
Pues bien, esta personita es la antítesis de lo que yo considero "atractivo" en un tío. Físicamente me encanta, pero si tuviera que escribir en el hilo ese de qué buscas en un chico, probablemente diría que me llaman la atención los hombres serios, reflexivos y prudentes, y ,mira por dónde, él es todo lo contrario, un auténtico polvorín con patas. Tiene lo que para mí son las "virtudes básicas": Bondad por un tubo, inteligencia, energía y optimismo, pero acostumbrada como estoy al saber estar, a la discreción y a la reserva, porque es lo que me han inculcado desde que era enana, con este hombre las paso canutas (en serio, a veces paso corte). Nuestra educación ha sido diferente, nuestras vidas más aún, igual por eso nos hicimos tan amigos. Al principio lo tenía totalmente asexuado, me parecía un crío muy divertido, que estaba como un cencerro y empecé a tener con él una amistad de estas de cole, de malear juntos, hasta que "la mirada del otro" o lo que sea, hizo que reparara en lo bueno que está y la cagué, pero bueno, al grano.
El caso es que el polvorín con patas, una vez logrado su objetivo, empezó a sentirse inseguro y tuvo la brillante idea de ponerme celosa. Como todo lo hace a lo bestia, no se le ocurrió una forma más truculenta de cabrearme que enseñarme sus fotos del móvil entre las que estaba el desnudo integral de una amiguita suya. "Mira qué cuerpo, blablablabla... (vítores varios)". Yo, atónita, no pude por más que darle la razón, callar lo sumamente photoshopeada que estaba la menda y lo flipante que me parecía que siendo una estudiante normal, nacida en una casa normal, con una vida normal, se dedicara a obsequiar a sus coleguitas con desnudos gratis. Mi orgullo me impidió mostrar un solo atisbo de indignación y hasta le dije que sí, que qué cuerpazo etc, para que pasara foto cuanto antes y poder reponerme del shock. (Aquí ya empiezan las dudas esas de la que os hablo, tiempo atrás me hubiera parecido una desfachatez imperdonable y hubiera montado en cólera, ahora siento que igual soy demasiado remilgada o carca y callo y lo pienso).
A este episodio le siguió un despliegue sin parangón de comentarios varios, admirando los atributos de cuanta moza de buen ver se cruzaba en nuestro camino, un par de fotos más de otras amigas ligeritas de ropa y, cada vez más, críticas a mi cuerpo un día, piropos otro, más críticas, más piropos, más mirar a otras, más comentar sobre otras etc etc etc, hasta que un mal día, presa de la ira y la autocompasión, exploté (numerito lacrimógeno incluido). Él me pidió perdón, me dijo que había sido un imbécil porque se sentía poca cosa a mi lado y como me gusta tanto pensé: borrón y cuenta nueva.
Después de eso se volvió más normal, vamos, que el tío es ligón, lo lleva dentro, le gusta gustar, lo necesita, creo, pero ya no era ese no parar de los primeros meses, aún así, sigue intentando porculear, a veces me cabreo y encima parece que padezco celopitia aguda con lo que me jode, porque, al menos para mí, los celos son algo intimísimo.
A esto hay que sumarle que el angelito miente. Le he pillado algunas trolas sin importancia, para impresionarme! pero mentiras al fin y al cabo y, siento que podría llegar a perderle el respeto por este motivo, si es que no se lo he perdido ya.
Leyendo esto cualquiera diría que está todo bastante clarito, que me he juntado con un elemento de los de agárrate y no te menees y que, cómo no, me lo merezco, por puta, pero es que no es un quinqui cualquiera, es que me gusta muchísimo y no sé qué hacer, si mandarle a hacer puñetas y echarle de menos hasta que se me pase, porque fijo que no me dura más de un mes el drama, seguir con él de legal, seguir con él y darle cañita en vez de ser tan sumamente pánfila... (estas dos últimas opciones incluyen el compartir piso , de ahí mi desazón)
Necesito opiniones al respecto. Si alguien quiere contar otro rollo personal porque lo considera la mejor manera de ejemplificar una opinión, lo agradecería, así de paso se diluye la responsabilidad del ladrillaco, que a mí esto me da mucho palo... pero quería saber qué opinais, si os ha pasado algo parecido, si habeis estado con alguien con quien no pegarais ni con cola porque os hiciera felices y si también estais hechos un lío, que es lo que realmente me preocupa, el no saber nada y dudarlo todo!