Otro día os cuento como me converti en proactivo. Os aviso con tiempo para que asistais a la clase magistal con papel y boli. Mucha gente paga pequeñas fortunas por conocer en detalle como trasladar a su vida una metamorfosis asi; yo, como os Hamo, os lo regalo gratis, por que la felicidad debe propagarse e intentar topar con el menor número de gilipollas amargados posible. Pero eso será otro dia, hoy toca ladrillo puro y duro. Mala suerte.
Ayer, mientras me encontraba emboscado detras de una puerta, haciendo labores de bricolage comunitario, le vi a una jovencita sus bragas rojas. Ocurrió mientras se bajada de un coche que acababa de aparacar justo en frente. Abrió la puerta y en seguida pude ver que llevaba una minifalda extremadamente escueta, imposible, milagrosa. Una minifalda que no cumplia con unos minimos requisitos de pudor y que llena de gozo y alegría el alma de quien tiene la fortuna de encontrársela en sus vida. Paralice la rotación del destornillador. Me gire unos grados para conseguir el mejor ángulo posible y entonces sucedió. Al salir del coche, con las dos piernas apoyadas y abiertas en paralelo, dejo a la vista, durante unos segundos infinitos y felices, toda la parte del mollete de sus bragas rojas.
Este tipo de cosas demuestran una vez más que la fortuna, el azar la suerte, son la marca distintiva en el rumbo de una vida, son los que deciden los hechos decisivos de los que hablais. Yo tuve la suerte de estar en el lugar adecuado y en el momento preciso. Tuve suerte, la fortuna estuvo de mi parte y tuvo la generosidad de regalarme una visión con la que diluviarán pajas sobre mi polla. Pensad en ello.