Suegros, suegras, suegres y otras cosas del meter.

Se parecían los coños de ambas? Había alguna habilidad genética?
@spizo , responde tu también.

Os hubiera gustado con las dos a la vez o mejor por separado?

Ambas eran bastante parecidas físicamente. En cuanto a los coños, pues todo lo que se pueden parecer uno de 19 y uno de cuarentaytantos.

Con la mentalidad y experiencia de ahora claro que me hubiera gustado estar con las dos a la vez, pero siendo realista y un cachorro como era, tampoco había follado tanto, creo que de una en una mejor.

Respecto a la habilidad genética no coincidían mucho, por ponerte un ejemplo la hija intentaba chuparla, mientras que con la milf tenías que estar muy al loro para no correrte en su boca porque todo era pericia y dedicación. No coincidían ni en la goma, ya que con la hija era imprescindible y con la madre ni se llegó a hablar del tema en el fragor de la batalla.
 
Joder casí hay un patrón en estos de los suegros suegras suegres. El suegro un hijodelagranputa borracho, putero y ludópata, que se la suda el entorno familiar, y una suegra que es una reprimida, pero que en el fondo es una ligera de casos y bastante guarrilla.
 
y una suegra que es una reprimida, pero que en el fondo es una ligera de casos y bastante guarrilla.

Más bien amargada después de 30 años con ese carcamal venido a menos, lógico que salte a la polla del pene foreril de la hija.

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El que es un hijo de puta en casa no suele serlo fuera. Tenía una fulana que regentaba un bar. Tuvo la desfachatez de celebrar el cumpleaños de su madre en este bar y fue un esperpento. Es un puto parásito, mantenido e inútil.
Ojo que aquí hay miga.

¿Quiere usted decir que celebró el cumpleaños de la abuela de tu mujer en el bar de su amante? ¿O celebró el cumpleaños de la madre de tu mujer y cornuda?

:flipao::flipao:
 
Última edición:
Ojo que aquí hay miga.

¿Quiere usted decir que celebró el cumpleaños de la abuela de tu mujer en el bar de su amante? ¿O celebró el cumpleaños de la madre de tu mujer y cornuda?

:flipao::flipao:
Celebró el cumpleaños de su propia madre (la abuela paterna de mi mujer) en el bar de la amante. Aquello fue un esperpento. Yo suelo pasar como de la mierda de ir a reuniones familiares a no ser que sean entierros y las típicas de guardar (24, 25 y 31 de diciembre y ya). Pero aquello yo no me lo quería perder por nada del mundo.

Mi suegro tiene 4 hermanos más, cada uno con sus parejas, y en algunos casos con sus deshechos genéticos, la mayoría con evidentes taras mentales. El bar es uno de esos de jugar a las cartas o al dominó, de viejos vamos. Metieron allí a 20 personas, pegados unos a otros, y empezaron a traer embutido de Supermercado Aldi enganchado, la hija de puta y su hija que era lo más zorra que he visto en mi vida, no se habían molestado ni siquiera en separar las lonchas. Evidentemente al acabar los cacho pan con embutido, empezaron los licores y las tragaperras. Mi suegra y sus hijas tenían una cara de agobio e incomodidad evidente, yo no, estaba a gusto con ese enjambre de hijos de puta ludópatas y borrachos. Cada uno se turnaba para explicarme como había que reventar la máquina. Ni que decir tiene que después de un par de horas de echar monedas se habían quedado sin cambio. Al final salí de allí y llevé a mi señora y mi suegra a casa con media sonrisa... aunque mi suegra me daba pena, nadie debería pasar por eso.

Decir que la amanta de mi suegro era un ser repugnante, tenía en el pelo más aceite que la freidora, la cual podría servir para dar combustible a una tropa de camiones. La hija de puta no hacía más que hablar de sus dolencias y de su madre. Esa tarde descubrimos que mi suegro se llevaba a la madre de su amante al bingo cada jueves por la tarde, e imagino que ahí desplumaba a la vieja. Además, la puta imbécil nos enseño sus piernas llenas de ríos como diciendo "mira que pena, con lo bonita que yo era".

Pocas veces he estado en un lugar con tanta mugre, decadencia y asco como aquella vez... y sí, se repitió lo mismo 3 o 4 años seguidos.
 
No tengo líos con mis suegros, hasta me va bien con ellos. Pero es cierto que mi suegro (todo esto cogedlo con pinzas, yo no estoy casado, aunque al uso el trato es ese), me dice lo de "por lo menoh por lo zivih".

El domingo me dio la brasa pero bien, estamos haciendo un barbacoa con ladrillos refractarios para asar cosas y frotarnos las pollas y me estuvo comiendo la cabeza. Tan caliente me puso la quijotera que me dio un cigarro y me fumé el paquete con la tontería de ponerlo encima de los sacos de Portland, junto al mechero.
 
Celebró el cumpleaños de su propia madre (la abuela paterna de mi mujer) en el bar de la amante. Aquello fue un esperpento. Yo suelo pasar como de la mierda de ir a reuniones familiares a no ser que sean entierros y las típicas de guardar (24, 25 y 31 de diciembre y ya). Pero aquello yo no me lo quería perder por nada del mundo.

Mi suegro tiene 4 hermanos más, cada uno con sus parejas, y en algunos casos con sus deshechos genéticos, la mayoría con evidentes taras mentales. El bar es uno de esos de jugar a las cartas o al dominó, de viejos vamos. Metieron allí a 20 personas, pegados unos a otros, y empezaron a traer embutido de Supermercado Aldi enganchado, la hija de puta y su hija que era lo más zorra que he visto en mi vida, no se habían molestado ni siquiera en separar las lonchas. Evidentemente al acabar los cacho pan con embutido, empezaron los licores y las tragaperras. Mi suegra y sus hijas tenían una cara de agobio e incomodidad evidente, yo no, estaba a gusto con ese enjambre de hijos de puta ludópatas y borrachos. Cada uno se turnaba para explicarme como había que reventar la máquina. Ni que decir tiene que después de un par de horas de echar monedas se habían quedado sin cambio. Al final salí de allí y llevé a mi señora y mi suegra a casa con media sonrisa... aunque mi suegra me daba pena, nadie debería pasar por eso.

Decir que la amanta de mi suegro era un ser repugnante, tenía en el pelo más aceite que la freidora, la cual podría servir para dar combustible a una tropa de camiones. La hija de puta no hacía más que hablar de sus dolencias y de su madre. Esa tarde descubrimos que mi suegro se llevaba a la madre de su amante al bingo cada jueves por la tarde, e imagino que ahí desplumaba a la vieja. Además, la puta imbécil nos enseño sus piernas llenas de ríos como diciendo "mira que pena, con lo bonita que yo era".

Pocas veces he estado en un lugar con tanta mugre, decadencia y asco como aquella vez... y sí, se repitió lo mismo 3 o 4 años seguidos.
Pregunta obvia.

Cual es la razon para que no le den/dieron la patada en su dia?

Y lo digo con conocimiento de causa, en mi casa teniamos algo parecido (no igual) y mi madre dijo basta con una posicion economica delicada comparada con la de tu suegra.
 
Última edición:
Yo en su momento ya hablé de mis suegros:

Yo no tengo quejas con mis suegros: él era un sevillano borracho que me miraba mal desde que empecé a salir con su hija, y palmó relativamente pronto dejando una buena herencia a mi señora. Mi suegra es la típica sevillana analfabeta, simple y noble, que trabajó desde los 10 años y que, una vez jubilada, se viene a casa algunos días a ayudar a su hija (aunque acaba haciendo todo ella) porque se aburre soberanamente en su casa. Siempre me ha tratado bien, en contraposición con su marido, y me considera algo así como su hijo.

Ese hilo acaba entroncando con este:


A mí mi suegro siempre me cayó mal: se las daba de intelectual y lo único que hacía era leer el periódico y pimplarse una botella de whisky al día. Evidentemente murió de cirrosis hepática, dando varios episodios de vómitos con sangre por varices esofágicas (que sufrió mi esposa como buena enfermera). Al tiempo nos fuimos enterando por mi suegra, a la que a veces se le iba la lengua, que era un putero de cuidado.

Recuerdo una vez que nos pilló en un piso que tenían alquilado (y vacío) en pleno polvo. Yo subiéndome los pantalones como podía, mi mujer (en aquellos entonces novia) hablando con él de que estaba enseñándome el piso y tal (con todo cerrado, a oscuras y un golor a frungimiento que ponía el pelo morado). Bien muerto está...
 
A mi Manolo me caía bien. Lo que pasa es que se hizo presidente de un club de fútbol femenino de primera y me tuve que tragar cuatro temporadas completas incluido amistosos y la Copa de la Reina. Me cago en Dios Manolo, que encima eran todas culonas y bolleras.
 
Pregunta obvia.

Cual es la razon para que no le den/dieron la patada en su dia?
Miedo. ¿Miedo a qué? no lo sé, es algo irracional. Las hijas le han ido perdiendo el miedo, pero mi suegra le tiene pánico. Y no estoy hablando de palizas, es algo más psicológico y un rollo muy Estocolmo con el devenir de los años. Los comentarios, la crueldad, las miradas, los silencios, los gestos y la forma de humillar es al patrón que se repite.

Yo me he ofrecido para hablar con él y cantarle las cuarenta, pero no me han dejado, sería peor.
Y lo digo con conocimiento de causa, en mi casa teniamos algo parecido (no igual) y mi madre dijo basta con una posicion economica delicada comparada con la de tu suegra.
Pues tu madre tuvo lo que hay que tener. Mi suegra es una buena mujer, un trozo de pan que se ha visto sometida toda su vida y es lo que conoce. Seguramente cuando mi suegro la palme, que no le queda mucho porque cada día está más amarillo, a mi suegra le faltará algo. Hasta que un día despierte y se de cuenta de lo que significa ser libre.
 
Seguramente cuando mi suegro la palme, que no le queda mucho porque cada día está más amarillo, a mi suegra le faltará algo. Hasta que un día despierte y se de cuenta de lo que significa ser libre.
Mi abuelo paterno era un tirano y un trompa;estar en casa de mi abuela era equivalente a ver dos viejos gritarse sin parar.

Cuando murio parecia que se habia ido un santo y le subieron a los altares.

Ya nos contaras lo que sucede en tu familia.

PD: Date el gusto de cantarle las cuarenta y agarrarle del pecho antes de que se muera, no te cortes.
 
PD: Date el gusto de cantarle las cuarenta y agarrarle del pecho antes de que se muera, no te cortes.
Si lo hiciera quién lo pagaría sería mi suegra. Si ella tomara la decisión de irse de casa, que podría hacerlo perfectamente (tiene otra residencia a donde va los fines de semana para no verlo), sería el primero que le pararía los pies, pero como de lunes a viernes la mujer está ahí para servirle las comidas, poco puede hacer. Sus hijas también se lo han dicho. Es difícil de entender, pero es otra mentalidad y otra forma de ver las cosas.
 
Se parecían los coños de ambas? Había alguna habilidad genética?
@spizo , responde tu también.

Os hubiera gustado con las dos a la vez o mejor por separado?
Pero qué cerda eres, las mujeres sois insectos disfrazadas de humanos.
Se ponen una madre y una hija a follar conmigo y lo primero un lanzallamas para purificarlas del puterío que traen.
 
Foreros con suegros y suegras... mecagonvuestraputisimasmadres!!
 
Poco puedo decir de los míos (que claro está ya no lo son): eran encantadores, se esforzaban mucho por hacerse entender (eran al igual que mi ex, guiris) y agradecían mis esfuerzos con el alemán. Juntar a las dos familias era por supuesto algo digno de una película de Steve Martin, con mi ex y yo haciendo de intérprete prácticamente para todo con mis padres, (mis hermanos en inglés medio se defendían).

Ambos vivieron los rigores de la RDA, por contra su educación era exquisita, y tenían una cultura acojonante. A pesar de que eran capaces, preferían no tener que hablar ruso (no es difícil imaginar el por qué), mi suegra cocinaba de perlas y mi suegro gustaba de pescar en ríos y lagos, pero nunca coincidieron las fechas para que me fuera con él (no dejaba de ser un alivio, me arrancaría la cabeza). Nunca nos dejaban sacar la cartera ni para pagar un café. Eran un encanto.

Hasta aquí mi aportación de mierda.
 
. Es difícil de entender, pero es otra mentalidad y otra forma de ver las cosas.
Es bastante acojonante que con todo eso que cuentas la mujer aguante ahí y no coja la puerta. Hoy la cogen "porque ya no siento mariposas en el estómago".

No sé, me parece que hemos ido de un extremo nocivo a otro no menos nocivo.
 
En todos los pueblos hay un tonto, un borracho y un mangante.

Bien, el tonto en más ocasiones de las deseables he sido yo, el borracho es mi primo y el manguta era mi primer suegro. Voy a hablar de él porque sucede que la moza con la que llevo amancebado unos cuantos años tuvo el buen gusto de quedarse huérfana de chiquitica, así que relataré alguna mierdilla que recuerdo del padre de una de mis primeras novias a la que estuve cilindrándome dos o tres años cuando ambos teníamos unos veintipocos.

Le llamaremos Don Carmelo.

Este cabronazo sin oficio ni beneficio tenia vetada la entrada a varios polígonos industriales pues el principal negociado del señor perista era la chatarra y todo lo que no estuviese remachado al suelo, puesto que lo que iba atornillado tampoco suponía mucho problema para sus manos de descuidero.

Una de la más sonadas que contaban sobre él y que recuerdo desde crío y de antes de liarme con su hija, acaeció durante un funeral. Sucede que la palmo uno de los integrantes de la extensa familia que habitaba la casa del molino y que durante las exequias Don Carmelo tuvo a bien penetrar dentro de la propiedad para evitar que algún mal nacido aprovechase a desvalijar a la doliente familia antes que él. No contaba el truhán con la jauría de perros jabalineros que pacían alegre y famélicamente sueltos montando fiel guardia frente a indeseables.

A la vuelta del sepelio, lo encontraron encaramado a un peral, y en merced a la agreste y cerril naturaleza de los nativos fue agasajado con una ración de buenas y merecidas hostias antes de que la guardia civil llegase para retirar sus despojos. De esa somanta palos arrastro Don Carmelo una notoria y característica cojera para los restos.

Llevaba yo una buena temporada liado con su hija, y habiendo ya cierta confianza entre nosotros, una noche tonta poteando por el pueblo me entró a hablar en el bar requiriéndome a ver si por favor le acompañaba a coger cangrejos al pantano sabiendo de mi natural inclinación y talentos a la hora de esquilmar la fauna local y dorándome la píldora para que le enseñase. Acepté por no tener otra cosa mejor que hacer y montamos ambos en su furgoneta fiándome de su palabra de que tenia los reteles y el cebo metidos ahí dentro.

Cuando pasamos de largo el pantano, empecé a olerme la tostada.

Nos metimos en el polígono industrial más cercano según él para hacer un recado rápido y recoger cierto material suyo del patio de una empresa en la que nos internamos al amparo de la noche. Reacio a ser grabado en la eventualidad de hubiese videocámaras le dije que si quería cangrejos que se mojase él el culo, y me abrí por los aledaños a fumarme un piti mientras con la cara compungida por mi negativa se dedicaba el bueno de Don Carmelo a rellenar la parte de atrás de su furgoneta de material de obra. Al de un rato escuche la voz imperativa de una hembra y la temerosa de mi suegro dándole la replica.

Qué coño, supongo que ya habrá prescrito. Haciendo buen provecho de mi felina capacidad de moverme por la espesura de la noche sin ser oído, me acerque con precaución a la escena del delito para encontrarme las espaldas de una oronda guarda de seguridad encañonando de lejos a Don Carmelo y gritándole cosas. Le vine por detrás a la pobre barrilete de sebos y le calcé un chalo a sotamano en toda la oreja que dió con su mórbida humanidad en el suelo dejándola picha arriba vulva arriba. Pillé primero la cacharra que se le había caido a la tipa al suelo con la manga del jersey por encima de la mano y la tiré por ahí lejos, después al atónito imbécil de mi suegro de la pechera y lo metí a empellones en la fula, que sacamos de allí picando rueda.

Cagándome en su puta estirpe y advirtiéndole de que no me conocía si venían preguntando, volvimos al pueblo a descargar el paupérrimo botín a su cochera. Una alargadera eléctrica, un par de caballetes de obra y un montón de bloques preformados de cemento. Una vez acabada la tarea, miré primero el fruto del saqueo y después a los ojos de Jacques Cassandri, y de nuevo presa de un encabrone homicida mandé a tomar por culo de forma gráfica y lírica al puto idiota conteniéndome para no reventarle el puto cráneo ahí mismo.

Alguna pirula de menor enjundia ya me volvió a hacer, pues no era un tipo muy formal, ni de los que aprendían de los errores, Don Carmelo.

Al menos pude devolvérselas.

En otra ocasión ya casi al final de mi relación con su hija, que de estar apeteciblemente jamonísima ya empezaba a apuntar hechuras de futura gorda y maneras de amargada, me lo encontré en el dispensario-puticlub que le había montado mi colega el Trafi a su hermano en un chalet del pueblo de al lado. Habíamos ido un colega y yo a comprarle un poco de mandanga pues esa noche creo que teníamos cena de cuadrilla por ser ese día alguna de las aldeanas fiestas de guardar en la que los boronos cenamos opíparamente, nos ponemos hasta el culo y sacamos a pasear la mano por la cara del primer forastero que nos mire mal.

Estábamos departiendo de lo humano y lo divino mi colega y yo con el hermano del Trafi pintándonos unos surcos sobre espejo de cristal y cerrando el trato sentados en el sofá de la planta baja, cuando al trote y pegado por las manos a un culo brasileño apareció Don Carmelo bajando las escaleras en camiseta de tirantes, el recién desnatado txistu al aire y con un risueño puro en la boca.

Es difícil de expresar como puede pasar en un segundo la expresión de la cara de un hombre de la estupefacción inicial, a la desazón por haber sido pillado en un renuncio a justo después la inquisitiva mirada de sospecha con la que trataba de dilucidar si estaba yo allí poniéndole también los tubos a su hija.

Después de saludarle a él y al brasileño culo por su nombre ya le aclaré que estaba ahí por otros asuntos que no ponían para nada en riesgo el honor de su hija, y que mejor que tal encuentro quedase olvidado en la memoria de ambos por el bien común. Aliviado, agradecido y risueño se ofreció él a pagarnos la mandanga, y le dijo al hermano del Trafi que pusiese en su cuenta lo que se llevasen aquel par de puros y castos varones. Luego desapareció escaleras arriba y amarrado al culo para el siguiente asalto.

Le dejé un cañonazo al sátiro de ochocientos merquels en farlopa.

La última vez que le ví fue en la boda de su hija, con la que sorprendentemente acabé bien y la cual siendo ambos de la misma cuadrilla de un pueblo pequeño, tuvo a bien invitarme a tal evento en que se desposaba con un parguela dócil y subnormal. A los postres y sorprendentemente sobrio se vino a sentar conmigo y me agasajó con un buen Davidoff y allí empezó a sincerarse conmigo mezclando la alegría de ver casada a la hija con el reproche y sospecha de que lo hacia con un pusilánime mariquita sangre de nabo. Me contó que hubiese preferido que hubiese sido yo, pues siempre le había parecido buen y leal mozo, y que todavía me guardaba aprecio. Así estuvimos compartiendo entre el humo confidencias fruto del aprecio mutuo hasta que se retiro abatido a casa.

Esa misma noche y siguiendo la fiesta en un momento me encontré con la blanca y radiante novia en el baño del restaurante para pintarnos unas buenas rayas, puesto que la amistad todavía nos unía. Fetichista como soy pues se me fue un poco la mano al ceñido culo de cretona blanca y allí mismo consume con mi ex su futuro y fallido matrimonio. Pero esa es otra historia.

Lo que no sabía es que a Don Carmelo por entonces ya le tenia agarrado por sus tenebrosas pinzas un cabrón de cangrejo que al poco se lo llevo a la tumba. Supongo que lo enterraron con el mismo traje que llevaba ese día.

Descanse en paz, Don Carmelo, y átese bien fuerte el bastardo de San Pedro las llaves del cielo, que el hijo de puta mangante se lo tiene ganao.
 
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