En que consistió este golpe y el porqué de que se diera???
El golpe de pavía tuvo lugar a las 7 de la mañana del
3 de enero de 1874. Fue la acción violenta de Pavía, un general republicano progresista. Pavía entró en el Congreso sin caballos pero sí con algunos militares y guardias civiles. Disolvió por la fuerza y sin encontrara resistencia el Congreso de Diputados.
La moción de censura a Castelar.
Había sido una noche larga y pesada en el Congreso. Finalmente triunfó la moción de censura contra el Gobierno de
Castelar. Inicialmente el ejército pensaba apoyar a Castelar.
La sesión del 2 de enero la dedicó el presidente a hablar de su buena gestión, del restablecimiento de orden público, de las dificultades de la Tercera Guerra Carlista….etc.. La sesión parlamentaria se suspendió a las siete de la tarde y se reanudó a las once de la noche con un duro discurso de
Salmerón en respuesta a Castelar. A las cinco de la madrugada se procedió a la votación de la moción de confianza, resultando contraria al gobierno de Castelar: 110 votos contra 101.
Los militares querían otra República Federal.
El Capitán General de Madrid, don
Manuel Pavía y Rodríguez de Alburquerque, un
militar progresista que el desorden y el federalismo siempre de pusieron nervioso. La posibilidad de retornar a la República Federal (guerras civiles cantonales) decidió todo. Pavía actuó inmediatamente y asestó lo que denominamos el golpe de pavía.
Casi simultáneamente con la resolución de la votación, el general Pavía se puso en marcha hacia el palacio de las Cortes. Le acompañaban dos compañías de la guardia civil, dos de infantería y una batería de montaña.
Eran las 7 de la mañanacuando se procedía a la votación para elegir al nuevo responsable de la República. Sorprendentemente el escrutinio se interrumpió con la
palabras de Salmerón:
«Señores diputados, hace pocos minutos que he recibido un recado u orden del capitán general (creo que debe ser el ex-capitán general de Madrid), por medio de dos ayudantes, para decir que se desalojase el salón en un término perentorio».
Mientras algunos diputados huían del edificio por las ventanas, entonces Castelar, se sube a la tribuna y clama:
«Yo, señores, no puedo hacer otra cosa más que morir aquí el primero con vosotros».
Los diputados le vitorean y proponen ahora concederle un voto de confianza, pero él mismo rechaza la proposición. Aparecen en el hemiciclo , con el mandato de desalojo del salón de plenos, los guardias civiles y algunos militares de Capitanía. El Presidente se les enfrenta:
«Yo declaro que me quedo aquí y aquí moriré».
Un espadón progresista facilitó el fin de la Primera República.
Los pocos políticos que quedaban, con Castelar al frente, son desalojados por la misma Guardia Civil. Eran los mismos guardias que minutos antes custodiaba el Congreso. Las Cortes se disolvieron cuando el reloj del hemiciclo marcaba las siete y media. Entonces todo se completó con la ocupación militar de los puntos estratégicos de Madrid.
Con el golpe de pavía se inicia el principio del fin de la Primera República.
Después de algunos meses llegaría la restauración borbónica.
Pérez Galdós: «En las calles no advertí el menor síntoma de inquietud ni emoción y todo el mundo en las ocupaciones habituales de cada día».
Tras el golpe de estado, Pavía convocó a los responsables de los partidos políticos excepto federalistas, cantonalistas y carlistas. Los reunidos formaron un gobierno de concentración nacional. La asamblea otorgó el poder al general
Francisco Serrano y Domínguez. Esta fue la 5ª presidencia de la 1ª República Española.
El gobierno provisional, presidido por el general Francisco Serrano, suspendió las garantías constitucionales y disolvió las Cortes republicanas. El resultad no fue bueno, continuaron activos los tres temas más conflictivos de la 1ª República: el cantonalismo, los independentistas cubanos y los carlistas.
Los monárquicos conspiran.
Continuó el descrédito del régimen republicano. El partido alfonsino, hábilmente dirigido por Cánovas del Castillo, propuso la restauración de la monarquía. El candidato propuesto, Alfonso XII , hijo de Isabel II.
Antonio Cánovas del Castillo, representante de Alfonso XII en España, contó con la ayuda. Así que dos importantes grupos de poder paralelos, los industriales catalanes y los hacendados cubanos le apostaron económicamente por la restauración..
En diciembre de 1874 Alfonso XII proclama el
Manifiesto de Sandhurst. Firmado en la academia militar del mismo nombre donde Alfonso estaba estudiando. Manifestó su disposición a ser rey de España.
«…ni dejaré de ser buen español ni, como todos mis antepasados, buen católico, ni, como hombre del siglo, verdaderamente liberal «. Alguna semanas después de produjo el cambio de régimen.
Llega la Restauración Borbónica.
El 27 de diciembre el manifiesto se publica en España.
El 29 de diciembre tras el fallido intento del
Duque de la Torre de consolidarse en el poder en una especie de dictadura republicana, el
General Martínez Campos se pronunció en Sagunto.
Este nuevo pronunciamiento contó con la aquiescencia gubernamental. No tuvo oposición popular a la restauración monárquica en la persona de don Alfonso de Borbón y Borbón.
Cánovas del Castillo tomó el control. Asumiendo el ministerio-regencia a la espera del rey. Este hecho supuso el nacimiento de la
Restauración Borbónica.
Y así terminó el régimen republicano y sin que nadie lo defendiera, solito se derrumbó.
Alfonso Guerra y el golpe de pavía.
La lengua viperina de
Alfonso Guerra, vicepresidente del gobierno español con Felipe González, le hizo en muchas ocasiones poner de manifiesto su nivel real de conocimiento de la historia de España. Ojito que don Alfonso todavía no puede ser considerado como una víctima inocente de la LOGSE.
Alfonso Guerra pretendió insultar a Adolfo Suarez y llamarle ¿golpista?. En aquel momento el vicepresidente de gobierno, le dijo con esa gracieta andaluza que tanto divertía a los socialistas españoles del momento: que ….
“le hubiera (a Adolfo Suarez ) gustado entrar en el Congreso montado en el caballo de Pavía”. Pero como todos sabemos, Pavía entro a pie en el Congreso y no necesitó mucho más para acabar con la Primera República.
Este golpe de pavía, junto con el de Primo de Rivera, han sido de los pocos golpes de estado donde el ejército español mostró unanimidad total apoyando el cambio de régimen.