Martensita_
Novato de mierda
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- 15 Jun 2004
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Hola todos, primero de todo decir que siempre he sido una chica muy muy tímida, cuando era pequeña me diagnosticaron fobia social, no en un alto grado pero si tenia algo, ya que según mi psicologo cuando la timidez condiciona tu vida esto pasa a ser fobia.
Ahora tengo 22 años y estoy estudiando administración y dirección de empresas y debería ir mucho mejor de lo que voy, ya que cada vez que tengo que exponer un trabajo para alguna asignatura no voy a clase y esto me baja mucho la nota, y en ocasiones llega a costarme el suspenso, pero es que no puedo, no tengo valor para enfrentar mis miedo.
Pues resulta que hará un mes o así, casi cuando iban a terminar las clases, nos mandaron hacer un trabajo, el profesor no dijo que tendríamos que exponer, asi que lo hice y fuí a clase. Y una vez allí el profesor entró y nos dió clase normalmente, pero cuando faltaban 20 minutos para que terminase la clase, dijo: - como queda todavía un rato voy a sacar a algunos al azar para que expongan el trabajo -. Yo me puse nerviosa, aunque no mucho porque la probabilidad que me toque a mí de toda la gente que hay es muy baja.
Así que el profesor cogió la lista y sacó a un chico, el cual hizo bastante bien la exposición, cuando terminó se sentó y el profesor volvió a coger otra vez la lista para coger a otro. Entonces fue cuando dijo mi nombre, al principio no contesté, pero mis compañeras se me quedaron mirando, así que me puse en pie e hice un ligero gesto con la mano para que viese que estaba allí, a lo que él dijo - venga sal -. Me levanté y salí, subí a la plataforma esa donde el profesor da clase y me puse a mirar el trabajo, estaba muy nerviosa, notaba un ardor en la cara terrible, parecía que me iba a explotar la cabeza, el corazón me latía muy deprisa y empecé a hablar pero no podía, no hacía más que tartamudear. En ese mismo instante fue cuando me dí cuenta que no podía exponer, pensé en irme corriendo de la clase y no volver nunca más, pero no tenía fuerzas, así que volví a intentar hablar pero dije la primera frase, tartamudeando y atragantándome con la saliva.
Todos empezaron a reírse de una forma bestial, me sentí la chica más patética del mundo, quería morirme, - ojalá cayese muerta al suelo, así acabaría este sufrimiento - pensé. Hasta que el profesor les mandó callar a voces, quedándose todos en silencio, después me miró a mi, se acercó y empezo a gritarme, ¡Esto es un cachondeo!, a lo que yo le respondí ¡Esto es... Esparta!! al momento que le pegaba una patada en el pecho, éste salió volando hacia atrás, rompiéndo una ventana y cayéndo al vacío. Pero resulta que el impacto del profesor contra la ventana provocó una onda expansiva que hizo romper el resto de ventanas, los cristales salieron disparados cercenando las cabezas de los chavales cuyos cuellos estaban a la altura idónea para tal suceso. En cuestión de segundo se produjo una neblina sangrienta que impedía la visión, pero como yo estaba en la plataforma elevada podía ver lo que ocurría, los que sobrevivieron a la carnicería quedaron cegados por la sangre que salía disparada de un lado para otro, quedando estos sumidos en la confusión y en el pánico echaron a correr sin darse cuenta que se aventuraban al hueco que habían dejado las ventanas precipitándose por el vacío.
Bueno, pues espero que os lo hayais leído todo porque me he matado a escribir, y si fuese posible me gustaría que me dieseis un consejo de que puedo empezar a hacer para superar esta timidez que tanto me hace sufrir.
Un saludo a todos!
Ahora tengo 22 años y estoy estudiando administración y dirección de empresas y debería ir mucho mejor de lo que voy, ya que cada vez que tengo que exponer un trabajo para alguna asignatura no voy a clase y esto me baja mucho la nota, y en ocasiones llega a costarme el suspenso, pero es que no puedo, no tengo valor para enfrentar mis miedo.
Pues resulta que hará un mes o así, casi cuando iban a terminar las clases, nos mandaron hacer un trabajo, el profesor no dijo que tendríamos que exponer, asi que lo hice y fuí a clase. Y una vez allí el profesor entró y nos dió clase normalmente, pero cuando faltaban 20 minutos para que terminase la clase, dijo: - como queda todavía un rato voy a sacar a algunos al azar para que expongan el trabajo -. Yo me puse nerviosa, aunque no mucho porque la probabilidad que me toque a mí de toda la gente que hay es muy baja.
Así que el profesor cogió la lista y sacó a un chico, el cual hizo bastante bien la exposición, cuando terminó se sentó y el profesor volvió a coger otra vez la lista para coger a otro. Entonces fue cuando dijo mi nombre, al principio no contesté, pero mis compañeras se me quedaron mirando, así que me puse en pie e hice un ligero gesto con la mano para que viese que estaba allí, a lo que él dijo - venga sal -. Me levanté y salí, subí a la plataforma esa donde el profesor da clase y me puse a mirar el trabajo, estaba muy nerviosa, notaba un ardor en la cara terrible, parecía que me iba a explotar la cabeza, el corazón me latía muy deprisa y empecé a hablar pero no podía, no hacía más que tartamudear. En ese mismo instante fue cuando me dí cuenta que no podía exponer, pensé en irme corriendo de la clase y no volver nunca más, pero no tenía fuerzas, así que volví a intentar hablar pero dije la primera frase, tartamudeando y atragantándome con la saliva.
Todos empezaron a reírse de una forma bestial, me sentí la chica más patética del mundo, quería morirme, - ojalá cayese muerta al suelo, así acabaría este sufrimiento - pensé. Hasta que el profesor les mandó callar a voces, quedándose todos en silencio, después me miró a mi, se acercó y empezo a gritarme, ¡Esto es un cachondeo!, a lo que yo le respondí ¡Esto es... Esparta!! al momento que le pegaba una patada en el pecho, éste salió volando hacia atrás, rompiéndo una ventana y cayéndo al vacío. Pero resulta que el impacto del profesor contra la ventana provocó una onda expansiva que hizo romper el resto de ventanas, los cristales salieron disparados cercenando las cabezas de los chavales cuyos cuellos estaban a la altura idónea para tal suceso. En cuestión de segundo se produjo una neblina sangrienta que impedía la visión, pero como yo estaba en la plataforma elevada podía ver lo que ocurría, los que sobrevivieron a la carnicería quedaron cegados por la sangre que salía disparada de un lado para otro, quedando estos sumidos en la confusión y en el pánico echaron a correr sin darse cuenta que se aventuraban al hueco que habían dejado las ventanas precipitándose por el vacío.
Bueno, pues espero que os lo hayais leído todo porque me he matado a escribir, y si fuese posible me gustaría que me dieseis un consejo de que puedo empezar a hacer para superar esta timidez que tanto me hace sufrir.
Un saludo a todos!
