Todo sobre (la asquerosa de) mi madre

Alcaudon

RangoClásico
Registro
18 Abr 2005
Mensajes
4.552
Reacciones
4.105
Cuenta más sobre esa bella persona.
¿De la manipuladora y sacomierda de mi madre?

1711207432961.png


Maltrato físico desde que tengo uso de razón, y psicológico non-stop continuo desde que di el estirón.

Suelta su amargor existencial e histeria a todo el que ve más débil, agregado en el ámbito familiar con chantaje emocional para que la perdones in aeternum.
Yo conseguí deshacerme de la dependencia emocional que me había insuflado, cultivada desde niño, ya que crear dependencia emocional es el primer rasgo de la personalidad maltratadora.
Me salió caro, porque no he podido volver a tener una comida/cena familiar desde entonces, especialmente con mi abuelo. Pero era eso o acabar en la cárcel antes o después.

A mi padre siempre lo ha tratado como a un trapo.
Nunca un "por favor", nunca un "gracias". Todo son "haz esto", "tráeme lo otro", "por qué no has hecho tal", con una voz que parece que vomite las palabras, de pensarlo me dan ganas de romper cosas. Tiene la cara tan asqueada que parece que tenga bocio sin tenerlo, como si ahí tuviera un nido de sapos.
Eso sí, a ella ni una mala mirada, porque se pone como una berseker.
En la última etapa, aparte del metralleo constante, las discusiones solían empezar con yo diciéndole: "no le hables así a mi padre, al menos delante de mí".

Es muy complejo explicar las dinámicas de maltrato, los maltratos de verdad a lo largo de años, porque no son como un azote, sino más bien como la tortura de las gotita de agua en la cabeza. Obvio no te puedes quejar de una simple gota, pero hay una que te hace explotar.
A mi favor diré que jamás la he tocado, aunque debería haberle dado un buen bofetón a rodabrazo hace décadas.
Y mi pobre padre, aparte de somatizar toda esa tortura diaria durante casi cincuenta años, sigue defendiéndola, aunque le esté costando la salud.
 
Última edición:
¿De la asquerosa, manipuladora y sacomierda de mi madre?
Maltrato físico desde que tengo uso de razón, y psicológico non-stop continuo desde que di el estirón.

Suelta su amargor existencial e histeria a todo el que ve más débil, agregado en el ámbito familiar con chantaje emocional para que la perdones in aeternum.
Yo conseguí deshacerme de la dependencia emocional que me había insuflado, cultivada desde niño, ya que crear dependencia emocional es el primer rasgo de la personalidad maltratadora.
Me salió caro, porque no he podido volver a tener una comida/cena familiar desde entonces, especialmente con mi abuelo. Pero era eso o acabar en la cárcel antes o después.

A mi padre siempre lo ha tratado como a un trapo.
Nunca un "por favor", nunca un "gracias". Todo son "haz esto", "tráeme lo otro", "por qué no has hecho tal", con una voz que parece que vomite las palabras, de pensarlo me dan ganas de romper cosas. Tiene la cara tan asqueada que parece que tenga bocio sin tenerlo, como si ahí tuviera un nido de sapos.
Eso sí, a ella ni una mala mirada, porque se pone como una berseker.
En la última etapa, aparte del metralleo constante, las discusiones solían empezar con yo diciéndole: "no le hables así a mi padre, al menos delante de mí".

Es muy complejo explicar las dinámicas de maltrato, los maltratos de verdad a lo largo de años, porque no son como un azote, sino más bien como la tortura de las gotita de agua en la cabeza. Obvio no te puedes quejar de una simple gota, pero hay una que te hace explotar.
A mi favor diré que jamás la he tocado, aunque debería haberle dado un buen bofetón a rodabrazo hace décadas.
Y mi pobre padre, aparte de somatizar toda esa tortura diaria durante casi cincuenta años, sigue defendiéndola, aunque le esté costando la salud.

Mi madre es socialista y obliga a mí padre a ver La Sexta.

No llores.
 
¿De la manipuladora y sacomierda de mi madre?

Ver el archivos adjunto 158515

Maltrato físico desde que tengo uso de razón, y psicológico non-stop continuo desde que di el estirón.

Suelta su amargor existencial e histeria a todo el que ve más débil, agregado en el ámbito familiar con chantaje emocional para que la perdones in aeternum.
Yo conseguí deshacerme de la dependencia emocional que me había insuflado, cultivada desde niño, ya que crear dependencia emocional es el primer rasgo de la personalidad maltratadora.
Me salió caro, porque no he podido volver a tener una comida/cena familiar desde entonces, especialmente con mi abuelo. Pero era eso o acabar en la cárcel antes o después.

A mi padre siempre lo ha tratado como a un trapo.
Nunca un "por favor", nunca un "gracias". Todo son "haz esto", "tráeme lo otro", "por qué no has hecho tal", con una voz que parece que vomite las palabras, de pensarlo me dan ganas de romper cosas. Tiene la cara tan asqueada que parece que tenga bocio sin tenerlo, como si ahí tuviera un nido de sapos.
Eso sí, a ella ni una mala mirada, porque se pone como una berseker.
En la última etapa, aparte del metralleo constante, las discusiones solían empezar con yo diciéndole: "no le hables así a mi padre, al menos delante de mí".

Es muy complejo explicar las dinámicas de maltrato, los maltratos de verdad a lo largo de años, porque no son como un azote, sino más bien como la tortura de las gotita de agua en la cabeza. Obvio no te puedes quejar de una simple gota, pero hay una que te hace explotar.
A mi favor diré que jamás la he tocado, aunque debería haberle dado un buen bofetón a rodabrazo hace décadas.
Y mi pobre padre, aparte de somatizar toda esa tortura diaria durante casi cincuenta años, sigue defendiéndola, aunque le esté costando la salud.

Y por eso estás aquí. Son mucho peor los insultos, las denigraciones, la falta de respeto, el chantaje emocional, que que te den cuatro hostias una vez al día. En el primer caso te marca de por vida, en el segundo te haces grande y lo dejas ir y ves que no era más que un pobre desgraciao, un frustrado de mierda que lo expresó de otra forma más fácil de digerir, porque no sabía hacerlo de otra forma.

Yo pienso que los hijos no tienen ninguna obligación de respetar a sus padres, son los padres los que tienen que respetar a sus hijos, porque el ser humano aprebpor imitación, y si respetas a tus hijos, ocurrirá un pequeño milagro, que ellos se respetaran a si mismos (y por tanto no permitirán violencia doméstica en el futuro), a sus padres, a todo el mundo, y serán buenas personas.

Menudas las madres que hacen enabling con padres de mierda eso yes. Pero esos padres también es que están atrapados s no ser que tengan pasta para largarse y dar dinero de sobra para quitarse el complejo de mal padre.

En fin, culpa hay para repartir por todos lados.

Has dicho:

, especialmente con mi abuelo.

Eso es raro, los abuelos se dan cuenta de las cosas e intentan compensar. Si no te sienta un mal trago podrías contar más, aunque sea sin entrar en detalles
 
Y por eso estás aquí. Son mucho peor los insultos, las denigraciones, la falta de respeto, el chantaje emocional, que que te den cuatro hostias una vez al día. En el primer caso te marca de por vida, en el segundo te haces grande y lo dejas ir y ves que no era más que un pobre desgraciao, un frustrado de mierda que lo expresó de otra forma más fácil de digerir, porque no sabía hacerlo de otra forma.
Bueno, hostias me he llevado por parte de los dos, mi padre era muy bruto y no conocía otra cosa, más en esa época que estaba bastante normalizado.
Pero era diferente, ya que mi padre me medía el lomo cuando las liaba bien liadas, el resto eran castigos típicos de privación de juguetes, castigado sin salir o escribir cien veces lo que fuera.

Mi madre, sin embargo, me tenía de sparring diario, hostia va y hostia viene, que desayunes más rápido, que así no se coje el lápiz, que no has hecho bien la cama, que te has ensuciado la rodilla del chándal.

Con mi padre se superó esa fase enseguida, pero mi madre lo hubiera seguido haciendo si un día con el estirón no le hubiera cogido del brazo por instinto, evitando el inminente bofetón.

Yo pienso que los hijos no tienen ninguna obligación de respetar a sus padres, son los padres los que tienen que respetar a sus hijos, porque el ser humano aprebpor imitación, y si respetas a tus hijos, ocurrirá un pequeño milagro, que ellos se respetaran a si mismos (y por tanto no permitirán violencia doméstica en el futuro), a sus padres, a todo el mundo, y serán buenas personas.
Por imitación, yo crecí pensando que el mundo era una selva de hostias y destrucción, soltarse con lo que uno tenía a mano. La casa de mis vecinos era un refugio de toda aquella hostilidad externa, su madre era una santa, donde jugábamos a la NES y los Warhammer.

Menos mal que tras mi época destroyer (con el estirón me junté con unos punkis a beber y destrozar cosas), conocí buenos amigos bastante mayores que yo, que fueron los primeros en tratarme como un adulto y transmitirme valores.

Menudas las madres que hacen enabling con padres de mierda eso yes. Pero esos padres también es que están atrapados s no ser que tengan pasta para largarse y dar dinero de sobra para quitarse el complejo de mal padre.
Mi padre ha pasado lo que no está escrito, y ni conozco la punta del iceberg.
Un hombre sencillo y espartano.
Mi mejor amigo a día de hoy, me dice que soy la única persona con la que puede hablar en tranquilidad de lo que le gusta. Él me metió en el cuerpo toda la curiosidad que siempre he tenido, ahora mermada por la edad.

Aguanta porque la vida le enseñó que hay que aguantarlo todo, no tiene más vuelta.
Pero ya tiene casi 70 palos y le está empezando a pasar factura.

Eso es raro, los abuelos se dan cuenta de las cosas e intentan compensar. Si no te sienta un mal trago podrías contar más, aunque sea sin entrar en detalles
No no, delante de mis abuelos nunca me tocaba los cojones, porque ella tenía que ser perfecta y ejemplar.
Siempre estuvo obsesionada con aparentar, con ropa pijilla del Corte Inglés en rebajas que odiaba con toda mi alma, la casa como en una revista de interiorismo para las visitas pero sin poder tocar prácticamente nada, dejándose la piel en las cenas familiares sólo para que salieran los platos perfectos en las fotos, belenes que sólo podía montar y tocar ella.

De hecho, vivíamos todos con mis abuelos hasta poco antes de cumplir los cinco años. Esa etapa fue maravillosa, todo cariño.
También la calma previa a la tormenta.
Fue mudarme con mis padres, los tres a solas, y convertirse todo en un infierno. No entendía aquel cambio, era como si me hubieran adoptado unos completos desconocidos.
Siempre discutían, yo me escondía a llorar, nadie se preocupaba por cómo estaba, vivía aterrado.
Fue la época en la que mi madre domó a mi padre.

Recuerdo que cuando íbamos de viaje a algún sitio de mierda, mi madre me decía que sonriera a la cámara, cosa que no entendía, porque uno sonríe cuando es feliz. En todas aquellas fotos salgo con una sonrisa que parece pegada con Photoshop sobre una expresión de total apatía, mirada de los mil metros.
Algo así:

IMG_20240323_210411.jpg


Lo último que he sabido de ella es que le cambiaron el turno tras dos décadas de quejas de sus compañeras de trabajo, poniéndola de tardes supervisando no sé qué mierdas a ella sola.
 
Última edición:
Con los padres suele aparecer una gran contradicción. Lo normal es que sean las personas que más nos quieren pero también las que más (o de las que más) daño nos hacen.

En mi familia es donde han nacido mis inseguridades, mis manías y mis traumitas. Pocas personas en el mundo me he cruzado me han dicho cosas tan hirientes (ni siquiera aquellas que realmente han tenido esa intención).

Hay que entender varias cosas:

1) Nuestros padres también son víctimas de sus padres, probablemente.
2) Salvo excepciones, el daño nos lo hacen porque no saben gestionar mejor las cosas, por ignorancia, etc.
3) Perdonarles es liberarse.

Y si realmente son tan tóxicos como dices, lo mejor es perdonar y desasirse de ellos, irse en paz. Soy partidaria de que el hecho de ser familia no implica la obligación de tener relación con ellos.
 
¿De la manipuladora y sacomierda de mi madre?

Ver el archivos adjunto 158515

Maltrato físico desde que tengo uso de razón, y psicológico non-stop continuo desde que di el estirón.

Suelta su amargor existencial e histeria a todo el que ve más débil, agregado en el ámbito familiar con chantaje emocional para que la perdones in aeternum.
Yo conseguí deshacerme de la dependencia emocional que me había insuflado, cultivada desde niño, ya que crear dependencia emocional es el primer rasgo de la personalidad maltratadora.
Me salió caro, porque no he podido volver a tener una comida/cena familiar desde entonces, especialmente con mi abuelo. Pero era eso o acabar en la cárcel antes o después.

A mi padre siempre lo ha tratado como a un trapo.
Nunca un "por favor", nunca un "gracias". Todo son "haz esto", "tráeme lo otro", "por qué no has hecho tal", con una voz que parece que vomite las palabras, de pensarlo me dan ganas de romper cosas. Tiene la cara tan asqueada que parece que tenga bocio sin tenerlo, como si ahí tuviera un nido de sapos.
Eso sí, a ella ni una mala mirada, porque se pone como una berseker.
En la última etapa, aparte del metralleo constante, las discusiones solían empezar con yo diciéndole: "no le hables así a mi padre, al menos delante de mí".

Es muy complejo explicar las dinámicas de maltrato, los maltratos de verdad a lo largo de años, porque no son como un azote, sino más bien como la tortura de las gotita de agua en la cabeza. Obvio no te puedes quejar de una simple gota, pero hay una que te hace explotar.
A mi favor diré que jamás la he tocado, aunque debería haberle dado un buen bofetón a rodabrazo hace décadas.
Y mi pobre padre, aparte de somatizar toda esa tortura diaria durante casi cincuenta años, sigue defendiéndola, aunque le esté costando la salud.
Lo de maltrato físico y psicológico lo hemos sufrido todos creo jeje
 
Bueno, hostias me he llevado por parte de los dos, mi padre era muy bruto y no conocía otra cosa, más en esa época que estaba bastante normalizado.
Pero era diferente, ya que mi padre me medía el lomo cuando las liaba bien liadas, el resto eran castigos típicos de privación de juguetes, castigado sin salir o escribir cien veces lo que fuera.

Mi madre, sin embargo, me tenía de sparring diario, hostia va y hostia viene, que desayunes más rápido, que así no se coje el lápiz, que no has hecho bien la cama, que te has ensuciado la rodilla del chándal.

Con mi padre se superó esa fase enseguida, pero mi madre lo hubiera seguido haciendo si un día con el estirón no le hubiera cogido del brazo por instinto, evitando el inminente bofetón.


Por imitación, yo crecí pensando que el mundo era una selva de hostias y destrucción, soltarse con lo que uno tenía a mano. La casa de mis vecinos era un refugio de toda aquella hostilidad externa, su madre era una santa, donde jugábamos a la NES y los Warhammer.

Menos mal que tras mi época destroyer (con el estirón me junté con unos punkis a beber y destrozar cosas), conocí buenos amigos bastante mayores que yo, que fueron los primeros en tratarme como un adulto y transmitirme valores.


Mi padre ha pasado lo que no está escrito, y ni conozco la punta del iceberg.
Un hombre sencillo y espartano.
Mi mejor amigo a día de hoy, me dice que soy la única persona con la que puede hablar en tranquilidad de lo que le gusta. Él me metió en el cuerpo toda la curiosidad que siempre he tenido, ahora mermada por la edad.

Aguanta porque la vida le enseñó que hay que aguantarlo todo, no tiene más vuelta.
Pero ya tiene casi 70 palos y le está empezando a pasar factura.


No no, delante de mis abuelos nunca me tocaba los cojones, porque ella tenía que ser perfecta y ejemplar.
Siempre estuvo obsesionada con aparentar, con ropa pijilla del Corte Inglés en rebajas que odiaba con toda mi alma, la casa como en una revista de interiorismo para las visitas pero sin poder tocar prácticamente nada, dejándose la piel en las cenas familiares sólo para que salieran los platos perfectos en las fotos, belenes que sólo podía montar y tocar ella.
De hecho, vivíamos todos con mis abuelos hasta poco antes de cumplir los cinco años. Esa etapa fue maravillosa, todo cariño.

También la calma previa a la tormenta.
Fue mudarme con mis padres, los tres a solas, y convertirse todo en un infierno. No entendía aquel cambio, era como si me hubieran adoptado unos completos desconocidos.
Siempre discutían, yo me escondía a llorar, nadie se preocupaba por cómo estaba, vivía aterrado.
Fue la época en la que mi madre domó a mi padre.

Recuerdo que cuando íbamos de viaje a algún sitio de mierda, mi madre me decía que sonriera a la cámara, cosa que no entendía, porque uno sonríe cuando es feliz. En todas aquellas fotos salgo con una sonrisa que parece pegada con Photoshop sobre una expresión de total apatía, mirada de los mil metros.
Algo así:

Ver el archivos adjunto 158530

Lo último que he sabido de ella es que le cambiaron el turno tras dos décadas de quejas de sus compañeras de trabajo, poniéndola de tardes supervisando no sé qué mierdas a ella sola.
Yo tb tengo mirada de las tres mil yardas
 
Con los padres suele aparecer una gran contradicción. Lo normal es que sean las personas que más nos quieren pero también las que más (o de las que más) daño nos hacen.
Como los buenos amigos.
Cuanto más amas a alguien, más daño es capaz de hacerte.
Lo que me diga un mamarracho de la calle me suda por completo los cojones.

En mi familia es donde han nacido mis inseguridades, mis manías y mis traumitas. Pocas personas en el mundo me he cruzado me han dicho cosas tan hirientes (ni siquiera aquellas que realmente han tenido esa intención).
Ya lo siento.

Hay que entender varias cosas:

1) Nuestros padres también son víctimas de sus padres, probablemente.
No lo pongo en duda.
Pero opino que una persona adulta ha de saber frenar esa cascada de mierda, ese dominó de traumas. Si yo tengo un hijo, lo último que haré será utilizarle para "vengarme" de lo que sufrí yo, no le veo sentido.

Y si realmente son tan tóxicos como dices, lo mejor es perdonar y desasirse de ellos, irse en paz.
Me costó, pero la borré totalmente de mi vida.
Eso sí, el perdón no tiene sentido sin arrepentimiento real. Ya la he perdonado centenares de veces.
Sólo la volveré a ver si enferma antes que mi padre, por quitarle faena a él. Aunque si consigue ahorrar un mínimo de energía para darme por culo incluso en sus últimos momentos, no dudaré...

Para ver este contenido, necesitaremos su consentimiento para configurar cookies de terceros.
Para obtener información más detallada, consulte nuestra página de cookies.


Soy partidaria de que el hecho de ser familia no implica la obligación de tener relación con ellos.
Por supuesto.

Lo de maltrato físico y psicológico lo hemos sufrido todos creo jeje
Sí, pero hay niveles.
Que llevarse una hostia bien merecida es una cosa, y ver a tu madre regodearse de tus miserias y tratarte como un trapo desde los cinco años es otra muy distinta.

Yo tb tengo mirada de las tres mil yardas
Yo no, sólo la tuve de crío.
Me supe recomponer, más o menos.
 
Última edición:
La madre hostigadora narcisista, donde todo el mundo debe bailarle sus argumentos y arrebatos victimistas en total armonía a pasos de claqué, dominando como perra de presa a todo su puto entorno.
Creo que me parió una de esas, pero el karma, hamijos míos, es infinito y justo, pues ahora se desliza en pañales llenos de mierda entre una silla de ruedas y una cama, en un bucle eterno, en un asilo barato, mientras que su afilada lengua muta a un inútil apéndice babeante que le cuelga de la boca.
 
Mi madre siempre pasó de mí olímpicamente en lo bueno pero me tenía vigilada como si fuera una delincuente a pesar de sacar siempre buenas notas y dar poca guerra. Siempre machacando con el rictus de disgusto y desconfianza. A mí no me cae nada bien pero me joderé y la cuidaré.
 
Estoy viendo que tenéis mas problemas con madre que con padre. Estos perfiles de madre responden muchas veces a dejación de padre.

Dicho esto, si padre no hace, una vez adquirida cierta corpulencia, no tiene que ser mucha, el hijo tiene que darle un puñetazo en el ojo a la madre. Un ojo morado es una cosa muy buena porque es la típica señal de mujer maltratada, tras varios días de gente preguntando que ha pasado ella misma asumirá el rol de mujer maltratada, humillada y dócil
 
Arriba Pie