La muchacha que sabía demasiado (1963) Mario Bava
Interesante cinta de suspense criminal, con maneras de intriga hitchcockiana -macguffin inicial incluido-, pero tal vez mucho más excesivo y forzado en cuanto a su resolución, como es característico de un Bava que aquí incluso percibo bastante comedido. A pesar de lo atropellado del guión en algunos tramos, me parece una de sus pelis más sólidas. Seis.
Ménilmontant (1926) Dimitri Kirsanoff
Más que interesante mediometraje, historia de pobreza, asesinatos y amores. Está narrada sin un solo intertítulo, confiando a las imágenes todo el discurso, haciendo de la película algo puro y universal, que llega a tocar lo poético en muchos momentos. Interesante también lo bien que explota el recurso de la doble exposición de imágenes, tan caraterístico de su predecesora casi coetánea La carreta fantasma de Sjöström. Siete.
Los abrazos rotos (2009) Pedro Almodóvar
Excesivo Almodóvar, como casi siempre; o por lo menos a mí me resulta excesivo. No voy a poner en duda su capacidad para crear imágenes -esta es una gran película en ese aspecto, con momentos de gran cine-, pero siempre me parece que le tiembla la mano a la hora de escribir los guiones. Me parece que tiende a justificar su personalidad en cada uno de sus personajes, haciendo endeble a la peli en ese aspecto. Pero creo que el principal problema de la forma de hacer cine de Almodóvar es que no es una disposición compatible con el melodrama, y él aún no se ha dado cuenta. Tal vez cuando ruede una cinta sencillamente gamberra, cómica, autosuficiente y sin pretensiones melodramáticas, combinándola con el gran creador de imágenes que ha venido a convertirse con años de trabajo, pueda decirse que es un gran director. Cinco.