Eterno Navegante
Asiduo
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- 24 Mar 2007
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Hola
Mi nombre actual es Jose, he tenido muchos, tantos como rostros. En un futuro bastante lejano, cuando los contornos de los que significa ser humano se difuminan entre inteligencias artificiales y seres genéticamente modificados, se descubrió (descubrirá) una forma de viajar en el tiempo. No es magia, aunque en mi época está revestida de un proceso y ritual que podría llamarse místico. No es de extrañar, al fin y al cabo, cada viajero tiene un universo a su alcance, y puede ocupar lo que actualmente se denomina el alma de prácticamente cualquier ser vivo auto consciente.
No somos muchos los que nos decidimos a pasar por el proceso de trasmigración y convertirnos en Eternos, la causa es simple: aquel que abandona su cuerpo, no vuelve jamás. Pasa a formar parte de la insustancial concordancia de los múltiples e infinitos universos, pasa de mente en mente, de cuerpo en cuerpo, sin poder evitar sentir y experimentar a cada uno de los entes que ocupa, sin evadirse de si mismos jamás, sin morir, eternamente… Eternos.
Esto no afecta la estructura de los universos, pues todo lo que ha sido, es. No fui nunca un estudioso del tema, ahora no tengo la capacidad de entenderlo, solo lo recuerdo vagamente.
El porqué decidí dar el paso, hace ya para mi forma única de medir el tiempo, subjetivamente, más de doscientos treinta y seis años, no fue otra cosa que el encontrar la Comunión, y no mediante la comunicación mente – máquina – mente, tan extendida en mi época, sino a través de la propia estructura del tejido del universo, esa forma única en que dos mentes pueden tornarse en una: el amor.
Descubrí que en todos los múltiples universos en los que nuestros hermanos “humanos” nos alimentan con su conciencia, sólo existe un alma gemela, única, para cada uno de nosotros.
En mi época no existe, la busqué, fue un proceso rápido, pero inefectivo. La teoría temporal me dio la respuesta… ella está aquí, en algún lugar de esta época la encontraré. He buscado durante más de dos siglos, he tenido todo tipo de experiencias, pero nada comparable a lo que será encontrarte, amor mío. Vengo desde la Eternidad para estar contigo… léeme, sé que llevas tiempo buscándome. Estoy aquí.
Mi nombre actual es Jose, he tenido muchos, tantos como rostros. En un futuro bastante lejano, cuando los contornos de los que significa ser humano se difuminan entre inteligencias artificiales y seres genéticamente modificados, se descubrió (descubrirá) una forma de viajar en el tiempo. No es magia, aunque en mi época está revestida de un proceso y ritual que podría llamarse místico. No es de extrañar, al fin y al cabo, cada viajero tiene un universo a su alcance, y puede ocupar lo que actualmente se denomina el alma de prácticamente cualquier ser vivo auto consciente.
No somos muchos los que nos decidimos a pasar por el proceso de trasmigración y convertirnos en Eternos, la causa es simple: aquel que abandona su cuerpo, no vuelve jamás. Pasa a formar parte de la insustancial concordancia de los múltiples e infinitos universos, pasa de mente en mente, de cuerpo en cuerpo, sin poder evitar sentir y experimentar a cada uno de los entes que ocupa, sin evadirse de si mismos jamás, sin morir, eternamente… Eternos.
Esto no afecta la estructura de los universos, pues todo lo que ha sido, es. No fui nunca un estudioso del tema, ahora no tengo la capacidad de entenderlo, solo lo recuerdo vagamente.
El porqué decidí dar el paso, hace ya para mi forma única de medir el tiempo, subjetivamente, más de doscientos treinta y seis años, no fue otra cosa que el encontrar la Comunión, y no mediante la comunicación mente – máquina – mente, tan extendida en mi época, sino a través de la propia estructura del tejido del universo, esa forma única en que dos mentes pueden tornarse en una: el amor.
Descubrí que en todos los múltiples universos en los que nuestros hermanos “humanos” nos alimentan con su conciencia, sólo existe un alma gemela, única, para cada uno de nosotros.
En mi época no existe, la busqué, fue un proceso rápido, pero inefectivo. La teoría temporal me dio la respuesta… ella está aquí, en algún lugar de esta época la encontraré. He buscado durante más de dos siglos, he tenido todo tipo de experiencias, pero nada comparable a lo que será encontrarte, amor mío. Vengo desde la Eternidad para estar contigo… léeme, sé que llevas tiempo buscándome. Estoy aquí.