Gina Gross rebuznó:
Una cosa que jamás cuento a un hombre al que medianamente respete es un vergonzoso episodio de mi vida pasada.
Había un niña en mi barrio con la que jugaba de vez en cuando y a la que odiaba profundamente, era mala persona, la típica a la que sus padres han dado todo, malcriada, cruel. Tenía una guitarra española y jamás me la dejaba. No me dejaba nada. Yo era como Fortunata, como la hija de la criada negra a la que dejan un rato en la habitación de la señorita.
Lejos de apiadarse de mi, esta niña me hacía sentir todavía más miserable; "si algún día me apetece te regalaré alguna cosa", "tus padres no ganan tanto dinero como los míos". Era una bicha y merecía sufrir.
Mientras pasaban los años a su lado, juré venganza y cuando por fin cumplí los 15 y me pusieron un teléfono en mi habitación vi la tan ansiada oportunidad.
Lo que voy a relatar a continuación es patético, me averguenzo profundamente de todo ello pero ya no puedo remediarlo. El caso es que cogí el teléfono y marqué a su casa, pregunté por ella y:
- ¿Alba?
- ¿si? ¿Quién eres?
- So...soy la persona que va a acabar contigo (ida de olla completa).
- Pero si eres una chica.
......
- Eso da igual, ten cuidado porque te voy a hacer mucho daño...
- ¿quién eres? (lloriqueando) Tenemos un domo y mi padre trabaja en telefónica, mañana averiguaremos quien eres.
- muhahahaha! (en un mundo paralelo)
Vale. Cuelgo el teléfono radiante de felicidad, había hecho justicia. En el año 99 nadie sabía lo que era un domo. Además yo era pobre, nosotros teníamos un teléfono como el de farmacia de guardia. Pensaba que se lo estaba inventando.
Problema número uno----------------------------SU PADRE TRABAJABA EN TELEFÓNICA.
Problema número dos-----------------------------Identificador de llamadas.
Al día siguiente viene mi madre a buscarme al instituto y según salgo me suelta un mamporro que casi se me cae la mochila al suelo. Ni que diré que en mi casa me esperaban los padres de la tal Alba, Alba, mi padre y mi madre que venía dándome patadas por la calle. Me tuve que disculpar con ella y con los padres, y dar una explicación para tan semejante acto de maldad.
Desde entonces en el barrio me miran de forma diferente, la gente se enteró y ella se encargó de dar una versión totalmente engordada, asegurando que era una persona peligrosa con problemas psicológicos.
Este tema me toca de verdad, si estando con un chico a alguien se le escapa y él se entera me molesta y mucho.
joder joder joder joder
A mi con 11 años me gustaba una niña de clase que fue la que primero le salieron las tetas. Resultaba raro, porque los niños se reian de ella por eso mismo, salvo otro freak que tampoco jugaba al futbol y menda. El caso es que el otro freak resulto que vivia al lado de su casa con lo que iba con ella habitualmente, acabando para mi desgracia, siendo ellos novios.
Para mi raciocinio, aquello era un desproposito, joder, los unicos que no se metian con ella y se va con el que mas se parece a milhouse de los dos... aquello me relegaba a un puesto jodido en el escalafon social de clase, y eso que recuerdo que he dicho que no jugaba al futbol, os podeis imaginar...
Mi año parecia no poder empeorar, pero un dia les vi bajarse de un r9 nuevecito, lo que me hizo asimilar que el padre del chico los habia llevado a clase.
El hecho de que el padre del chaval encima le facilitara las cosas me jodia mas si cabe, con lo que tome la determinacion de tomarla con su coche, como la rata cobarde que soy.
Me acerque una tarde por donde vivian, busque el R9 y lejos de pegarle una pedrada y largarme, se me fue la chola, me subi al capo, de ahi pase al techo y sobre este ultimo comence a saltar abollandolo, al grito de "hijodeputa hijodeputa hijodeputa hijodeputa"
Mi alegre venganza duro bien poco, ya que desde el portal donde vivia la "tetillas" salio una ronca voz que me interpelaba "PERO CHAVAL, CHAVAL, ERES TONTO O QUE?". Pero aquel hombre, extrañamente, no era el padre de milhouse cosa que hizo que empezara a sudar frio temiendome lo que poco despues confirmaron mis ojos cuando vieron a la tetillas salir del portal y coger (¿sabéis que había escrito coger con j? así de cateto y de subnormal soy) de la mano a aquel hombre.
En un alarde de inteligencia, me pire corriendo a mi casa, acto que, evidentemente no evito que al dia siguiente mi profesora me mirara con cara de saimaza mezcla odio-decepcion, al entrar en clase y acercarse a mi para decirme que habia llamado a mis padres y que estaban aqui los padres de la chica.
Mi madre, abochornada, no sabia debajo de que piedra meterse, pedia disculpas y me echaba miradas que si llega a ser el profesor xavier, me peta la cabeza fijo.
Lo mas humillante, recuerdo que fue, cuando me toco explicar el porque habia hecho aquello, siendo mi soliloquio coronado por un "PFFFMMJJJ..." de risa que mi padre no pudo retener y que mi madre sanciono con un "codazo en las costillas"