ilovegintonic
Muerto por dentro+
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La caña, la milonga, el hembraje, una condescendiente mala palabra de boca de Rosendo, una palmada suya en el montón que yo trataba de sentir como una amistá: la cosa es que yo estaba lo más feliz. Me tocó una compañera muy seguidora, que iba como adivinándome la intención. El tango hacía su voluntá con nosotros y nos arriaba y nos perdía y nos ordenaba y nos volvía a encontrar. En esa diversion estaban los hombres, lo mismo que en un sueño, cuando de golpe me pareció crecida la música, y era que ya se entreveraba con ella la de los guitarreros del coche, cada vez más cercano. Después, la brisa que la trajo tiró por otro rumbo, y volví a atender a mi cuerpo y al de la companera y a las conversaciones del baile. Al rato largo llamaron a la puerta con autoridá, un golpe y una voz. En seguida un silencio general, una pechada poderosa a la puerta y el hombre estaba adentro. El hombre era parecido a la voz.
Jorge Luis Borges. Hombre de la esquina rosada
Hola, puteros.
Hola, putas.
Hola, amigos y hermanos en el fango. Hola, amigas enfangadas.
Hola también a los comemierdas, a los babosos. Hola -también- a las perras malas, que también las hay. Vosotros sí me dais asco.
Estábais en esta taberna, como en el cuento de Borges, pasándolo tan bien, con música y bebida. Con mujeres, con el hembraje fácil y de precio fijado con el que a diario os codeáis. Bailando con ellas milongueramente, dejándoos unos encandilar por sus pablaras y su piel y otros sabiendo qué teníais entre manos.
Y de repente llaman a la puerta con autoridad.
Y de repente cambia el aire, y la brisa os trae los efluvios del lodazal que hay bajo vuestros pies pero en el que no os fijáis.
Y aparece yelapoduce, y se lía a rajar. Y todos tembláis, de repente. Algunos se lo veían venir. A otros les pilla a contrapie. Los más agachan la cabeza, no vaya a ser que una bala perdida les levante la tapa de los sesos. Otros, más recios, siguen de pie. Y las balas silban, y los cuchillos vuelan. Y el suelo se empieza a cubrir de sangre y miedo, y se oyen voces escondidas tras las sombras -aquí llamados clones-. Y llega la autoridad -que es foie, que es mundele, que soy yo- y entra, y observa el panorama desde el quicio de la puerta, primero en silencio, hasta que uno empieza a hablar. Y se cruzan, de nuevo, las mentiras, las verdades, la delación y la falsedad. Y la autoridad os dice que seáis buenos, que no os peguéis, que cada uno en su sitio, y nada. Y nada. Y vosotros os empeñáis en seguir con la puñalada y con la delación.
Y uno se atribuye la culpa que la autoridad ya ha atribuido a otros, y el paisanaje dice que no. Y la autoridad repliega velas pero sigue diciendo quién es quién, para dejaros seguir hablando. Y vosotros seguís con el cuchillo filoso en la mano. Y la culpable malmetiendo, desde el rincón, oculta y protegida. Y un inocente carga con la culpa mientras otros inocentes se ven ensangrentados y un tercero porfía en negar lo que le están mostrando, y de tantos tirones mal dados la manta se desgarra.
Bien.
Pues la autoridad se cansa.
Y pone las cosas en su sitio.
Y ahora tira de la manta.
Y tira de verdad. Ante todos. Sin asomo de mentira. La autoridad ya ha visto que no bastan las palabras. Que no bastan las capturas de pantalla. Que por más que se os ponga por escrito y en imagen vosotros no creéis. Pues bien. La autoridad se cansa, y con paso firme se dirige a la inventora de todo esto y la saca de las orejas de donde se escondía, la pone en medio del bar, la coge de los tobillos y la sacude boca abajo, para que se le caigan sus cuchillos, sus armas y el dinero robado y se quede con el culo al aire, a ver si de una puta vez os dais cuenta.
Aquí el tirón de manta definitivo:
Hemos reventado el usuario yelapoduce. Le hemos cambiado la contraseña y hemos entrado en él. Hemos tirado la puerta abajo y hemos visto qué esconde.
Y ahora os invitamos a pasar, y que lo veáis con vuestros propios ojos.
Y os voy a decir cómo se pasa dentro:
- Os ponéis en fila, decís "yo quiero pasar" y os apuntamos en la lista. Por orden de llegada.
- Cuando la lista esté cerrada, el primero de la lista recibirá un mp con la contraseña de yelapoduce.
- Se logueará con ella estando nosotros presentes y monitorizando su actividad.
- Mirará sus mps.
- A los cinco minutos se deslogueará.
- Entraremos nosotros. Miraremos que no se haya tocado nada -guardamos copia de todo todito todo, así que no toquéis nada-. Cambiaremos la contraseña, y se la pasaremos al segundo.
Y luego vosotros veréis qué coño hacéis. Ya os adelanto que más de una máscara caerá, que sabréis de verdad quién es yelapoduce, quién ha chivado y quién se ha cargado con una culpa que no es suya. Y no porque os lo hayamos dicho nosotros, sino porque lo habréis visto vosotros.
El que toque un solo mp, el que se le ocurra tocar nada, correrá suerte análoga. Y no le servirá de nada, porque tenemos copia de todo, y otros lo habrán visto todo antes que él. Entrar, ver y salir. Nada más.
¿Queríais risa, tirones de manta y la verdad ante vuestros ojos? Aquí lo tenéis. Todo esto lo hacemos por vosotros, a ver si veis de una santa vez, o después seguís ciegos.
Mundele, dígales algo a nuestros amigos.[
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