Jimmy Rajatangas rebuznó:
Bueno zabawny aqui te puedes escudar bajo el anonimato para contar lo que te plazca.
Es más, me parece superinteresantisimo como y porqué has llegado a los 30 sin conocer mujer. Para estas cosas soy supercurioso.
Es decir, es o fue un problema de confianza en ti mismo?, eres feo?, tenías un trauma? o simplemente no se dio el caso. Puede ser que vivas en un pueblo muy pequeño, o que se yo! no has sido muy ado a las salidas nocturnas. Es que no lo entiendo!
Te explico,
Jimmy Rajatangas, ya que pareces genuinamente interesado en mi frikismo (y así, de paso te utliizo para desahogarme
![lol :lol: :lol:](/images/rangos/UEsfajG.gif)
)
No fue un problema de fealdad (no extrema, por lo menos, ya que puede decirse que soy del montoncillo), y tampoco de trauma personal ni de lugar de residencia.
Fue más bien, como pasa casi siempre en la vida cuando se siguen caminos al margen de lo socialmente normal y aceptable, una suma de factores.
En una cosa aciertas: nunca fui un tío dado a los ambientes nocturnos, que es donde se suponía y parece ser que todavía hoy se supone que se liga. Es más, directamente no los soportaba y yo mismo (rebeldía típica de adolescente) me recreaba en mi inadaptación social y mis pajas, respecto a las que (a diferencia de otros jovenes de mi edad) nunca tuve ningún complejo.
Ademas, siendo ya por naturaleza mayormente nulo para las relaciones sociales, imaginate lo que era para ligar, o sea cuando ya entran en juego esos seres extraterrestres llamados mujeres (piensa en mis años de acné no existían ciberforos como éste con sus guías de ligoteo).
Resumiendo: durante muchos años pensé que la combinación del desahogo que me aportaba el pajeo y la pereza de ligar fueron los que me mantuvieron en ese "círculo vicioso", aun siendo como era y soy un baboso total con los cuerpos de las tías.
Pero hoy, en cambio, si hago balance, pienso que todo aquello quizá no tuvo tanto peso en mi larguísima virginidad, y que lo que más me marcó fue el rechazo inhumano de mi primer amor, una rusa compañera de curro a la que pagafanteé durante años, a principios de mis 20, sin obtener ni una migaja de piedad sexual por su parte. Hasta el punto que cuando se largó de vuelta a su país sin dejarme ni que la despidiera en el aeropuerto ("para no hacerte daño"... anda y que te den, tía), yo ya había perdido totalmente mi autoconfianza, y salvo casos muy muy puntuales, ni siquiera me molestaba entrarle a ninguna mujer.
Pero como otro lado, la curiosidad que sentía por descubrir por mí mismo aquello de lo que todo dios hablaba prodigios era muy grande, opté por la vía más cómoda, que fue irme de putas. Por entonces ya tenía 26, pero en mala hora, joder. Fue peor el remedio que la enfermedad. La mezcla de sensación de culpa, de cague, y de plantearme "qué coño estoy haciendo yo aquí con ésta" hizo que no se me hubiera levantado ni con 10 viagras, de haber existido entonces. Aun lo intenté, con el paso de los meses, unas cuantas veces más, pero todo inútil. Recuerdo aquello como una de las épocas más amargas de mi vida: con tías "normales" no había manera, ni siquiera podía llevármelas a la cama.... con putas tampoco, cuando las tenía en la cama, nada de nada.... ¿qué me quedaba ya entonces? ... Joder, algo así hay que vivirlo en carne propia para llegar a entenderlo, amigos. Te sientes el tío más infrahumano de la tierra.
Y así en como entras en un circulo hipervicioso, en una mierda cada vez más grande, en que incluso llegas ya a perder el interés por el sexo, el amor propio y hasta el amor por la polla propia.
Hasta que conocí a la que luego sería mi primera novieta, ya a los 33. Pero ese es ya otro ladrillo.