Esta historia no es gran cosa, pero para mi tuvo el morbo de situarme al otro lado, de invertir la jeraquía y en lugar de ser el que ejerce la dominación, convertirme en el sumiso de una hembra con mucho carácter y una mente deliciosamente retorcida.
Ahorro los preliminares, que no sois mujeres a las que haya que lubricar, y paso directamente al folleteo. Llegamos a su casa, pasamos a la habitación y cuando estamos los dos desnudos y voy a obsequiarla con una excepcional comida de coño, pone su mano sobre mi cabeza y me detiene.
-No
-Venga, que tienes un coño muy rico, dejame que te va a gustar
-No, no...pajeate.
¿Comorrr? La moza prefería verme achuchándome el rabo en lugar de recibir unos generosos y certeros lametones...interesante. Ella se tumbó en el sofa, con las piernas abiertas, mostrando su delipado y sabroso conejo, mientras que yo, de rodillas ante la divinidad me masturbaba al tiempo que intentanba alcanzar con mi lengua su chorreante vulva. Que morbo me daba verme rebajada a una posición tan perruna, gruñendo y suplicando por un poco de su dulce flujo.
-Venga joder, déjame que te lo coma un poco, no seas asi
-No tu sigue tocándote
-No seas tan zorra, dejame, que al final se me va a bajar
-Esta bien...te dejo que me comas el coño, pero solo un minuto, pero no te corras ¿entendido?
Y ahi estaba yo, sometido a ese poderoso coño mientra que me pajeaba como un puto chucho salido. A los pocos segundos me aparta la cabeza y me impide seguir saborendo unos de los chochos más deliciosos que he devorado en mi vida. Tenia el punto justo de acidez y de humedad. Todo muy neutro y proporcionado, con unos pliegues tersos y contenidos. Una autentica delicia.
-Levantate y sigue haciéndote la paja
Hice lo que me ordenó y se coloco detrás de mi. Empezó a acariciarme la espalada, bajo su mano hasta mi culo y me introdujo un dedo en mi recto. Una gozada absoluta. Quien haya disfrutado de la estimulación anal, comprenderá perfectamente de lo que hablo. Y ahi estaba yo, con el rabo más duro y tieso que el as de bastos y una zorra dominante metiéndome un dedo por el culo mientras miraba con cara de vicio como me la estaba machando.
-Si es que los tios sois como perros...espera un segundo.
Se fue a la mesilla, abrió un cajón, lo revolvió en busca de algo y finalmente vino hacia mi con un consolador con forma de polla en la mano.
-No, eso no, un dedo de mujer entra sin problemas en mi culo, pero una polla no
-Venga, no seas asi, dejate ya veras como te gusta
-La polla no...
Enseguida comprendió que habia límetes que no iba a traspasar, así que antes de que se perdiera la magia del momento, siguió con el dedo mientras yo exprimía mi rabo con furia preeyaculatoria.
-Eso es, así, correte venga, quiero ver como te sacas toda la leche.
Una de las efectos de la estimulación anal, al menos en mi caso, son corridas más abundantes y placenteras, aunque con un semen menos espeso. Finalmente me corri dejando un charco bien hermoso en medio de la habitación.
-MMMM, joder que manera de correrse....muy bien. Ahora ponte de rodillas y limpialo.






























-Paso...
-Obedece
-No,me he corrido ya....muahahamuahahamuahahamuahaha
Pobrecilla, tan viciosa y no es capaz de comprende que cuando un hombre se corre desaparece el mono y aparece, brevemente eso si, el artista, el filósfo, el científico...el simple ser humano racional.
Al final la pobre acabó como la niña de la canción
"Asi fregaba asi asi
asi fregaba asi asi
asi fregaba que yo la vi...."