Disculpenme todos los hermanos. Me he despertado con un resacón bestial justo a la hora del comienzo del partido del Carcelona, ayer fui al alumbrao y me dejé embaucar, en parte por culpa de las raias de coqueta que consumí, para beberme varias jarras de ese mejunje infernal llamado rebujito. Uno ya tiene una edac y no está para mezclas tan cochambrosas y radioactivas. Lamento venir contando que no pude, una vez más, después de la final del Beti, fockarme a ninguna flamenca, pero sí fui testigo de varios episodios loleantes como solo la Feria puede proporcionar.
El primero fue justo antes de que se encendieran las bombillas que daban el pistoletazo de salida al evento más cutre y rancio que jamás acogio la noble ciudac de Híspalis. Me hallaba yo papeando una picsa en una de las calles aledañas a Asunción, arteria que va a desembocar en to la portada. Allí, entre trozos de papeo italiano y sorbos a una lata de Caca Cola, presencié una pelea de parejita que ya me encendió el bombillo de la demonología en la cabeza. Comienzo a oír cierto estruendo parejíl en la calle, pongo atención y veo a una tipa hecha una furia, gritando enloquecidamente a su novio o marido lo siguiente:
-Hiho puta! 'Que te las follao! 'Que te las follao, cabrón!, aderezado todo con llantos estridentes y desconsolados.
-¡Que te prometo que no, que no he estao con ella, coooñoooo!
Buaaaaaah y más buah de ella, que sale disparada de su pareja para perderse en las callejuelas de los Remedios. Como ya soy perro viejo en estas lindes, solté el cacho de picsa que me quedaba y salí del local para stalkearla. La encontré sentada en un bordillo lloriqueando, tres esquinas más pallá, sola y enrabietada. Como vi que le sudaba todo tres cojones, decidí acercarme a una distancia prudencial y comprobé cómo varios adolescentes to moraos se sacaban el nabo para mear entre unos coches aparcados justo al lado de ella. La colega ni se inmutaba teniendo varias pollas a unos escasos dos metros de su cara, de modo que, ¿qué podía hacer yo? Pues seguir el ejemplo de los mozalbetes y colocarme lo más cerca posible de ella para imitar la operación, además, tenía ganas de mear, con lo cual pues dos pájaros de un tiro.
Me saqué el nabo, intentando que me lo viera y comencé a soltar el chorro amarillento y apestoso. Como es de lógica, sabía que no podía mearle encima directamente, pero intenté que el meao cayera lo más cerca posible de donde se hallaba, para que, aprovechando las leyes de la phísica, algunas gotas salieran despedidas al chocar contra el asfalto y terminaran alojándose en su chaqueta, que yacía a su lado hecha un desastre en el puto suelo. Lo conseguí y con creces, pues la meada, dado el volumen de la misma, se extendió tímida pero inexorablemente en dirección a la chaqueta de la colega llegando a empaparle una de las esquinas inferiores.
Me guardé el carajo mientras ella seguía gritando "hijo de puta" a los dioses del Olimpo, mirando al cielo y ajena a lo que estaba pasando.
Total, que vuelvo a la picsería y me reuno con los dos notas que me acompañaban. Eran las doce menos diez y nos encaminamos hacia la portada para ver cómo se iluminaba toda la movida. Por el camino, el tsunami de tiparracas era una auténtica locura. Zorracas a punta pala, tetones, culazos, caras de zorra, todo en una, etecé. Yo, porsupu, intenté pegar el paquete al culo de alguna, pero no pude conseguirlo al existir siempre una distancia de separación lo suficientemente cantosa como para haber sido descubierto en caso de haberlo intentado.
Se encienden las bombillas y venga, pa una caseta pública, porque al ser tres putapénicos roñosos y tiesos ninguno tenía caseta privada. Fuimos a la del distrito Triana y allí, muuuuuchas cerdas, priva mala, papeo peor y todo carísimo; bueno, ya lo sabíamos, ¿qué más da?
Fijo mis ojos en una puerca con una cara de bukkakera de Turbo que tiraba patrás, y me dije: "Hits, esta gorfa termina esta noche en tu mansión, por LOL nuestro señor". Justo al terminar de decirme eso a mí mismo escucho por detrás:
-¡Killo, qué! Te gusta mi parienta, ¿no? Te vi a matá, maricona.
Me doy la vuelta pensando que me iban a apalizar entre unos cuantos, porque cuando alguien salta así tan a saco es que trae camarilla con él. Cuando me fijo en la cara del menda, le reconozco. No sabía cómo se llamaba ni nada, pero en seguida lo ubiqué. Le conocía de vista del patio 3 del talego y a eso me agarré.
-Killo, primero, no estaba mirando a tu parienta, estaba mirando a la que está detrás, a esa del traje blanco, la morena del pelo liso; y segundo... ¿tú estabas en el módulo 3 de cumplimiento en Sevilla 1 hace unos añitos, no? Yo te conozco, tío.
-Sí, ¿tú también?
-Aro canijo, yo rulaba siempre con "el tostá" y con Manolo "el feo"
-¡Me cago en mis muertos! ¿Cómo te llama tú, killo?
-Hitsfromthebong
-Po el Manolo está ahí conmigo, vente pacá
Efectivamente, allí estaba Manolo "el feo".
-¡Hits, mecagontuputamadre! (abrazos efusivos) ¿Qué ase, mamona? Vete pa la barra ahora mismo y pide lo que te salga de los cojones, que yo invito, a ti y a tus colegas.
Eso hice. Me di la mano con el novio de la puerca y hubo paz, gloria, risas, alcoholol, comida chunga y chabacanería verbal a raudales hasta eso de las cuatro de la mañana. El alcoholol resultó ser rebujito mezclado a su vez con ginebra de garrafón y con una coca no muy buena que digamos. A esa hora, todos decidimos irnos entre cánticos borrachuzos y anécdotas talegueras contadas a voz en grito. Nos dimos un pateo de la hostia (o eso me pareció a mí) hasta el charco de la pava, donde Manolo y su colega, el novio de la bukkakera, tenían aparcados los bólidos. Nos dejaron en el Parque Amate antes de seguir para su Torreblanca natal y nos despedimos con la promesa de volvernos a ver antes de que terminase la feria.
Al llegar al keli y entrar me encontré a mi viejo sobao en el sofá, con el mando de la tele en la mano sostenido de no sé qué manera y la camisa de cuadros del mercadillo llena de ceniza, roncando como un bisonte mientras ofertaban no sé qué mierda en la teletienda.
Me metí en la cueva, me tumbé en la bed, me sobé un poco los cojones, me tiré dos peos potentes y a los pocos segundos me quedé dormido como un angelito.
He despertado como si tuviera al señor Cabezas tocando el cuerno dentro de mi cerebro, he visto la puta mierda de partido del Farsa y ahora ando un poco desvelao, asín que creo que voy a fumar algo y a ver un poco de porno desviado para soltar unos calostros y volver a dormirme. Mañana pensaré en la próxima jugada feriante. No creo que vaya mucho, quizás un día más y yastá, pero intentaré traer alguna historiera digna de contarse. Si puede ser, mejor o mejores que las que acabo de contar.
Señor Thorndike, los platos de papeo que ha posteado tenían muy buena pinta, pero menos mal que no los tuvo que pagar, porque miedo me da el montante que deben sumar entre todos. En lo tocante al panorama feríl (feria es una palabra jodida de adaptar al lenguaje del Foro), pues lo de todos los años: putones, horteras, vanidosos, ridículos, kinkis (como nosotros), borrachos, coqueros y demás gente del mal vivir.